Por qué el cine 3D está muriendo
Cine
La sensación del año pasado parece perder fuerza entre los clientes de las salas de cine; Hollywood aún cree que hay grandes ganancias en el uso de la tecnología, pero sus ventas caen.
Hubo una época en la que Hollywood producía demasiados personajes de dos dimensiones. Ahora, los amantes de las películas comienzan a quejarse de que tienen que pagar por verlos en tercera dimensión también.
Mientras que los altos precios para comprar un boleto de cine de una película en 3D han satisfecho los bolsillos de los estudios en los últimos años, esto no ha mostrado que haya hordas de gente que vaya a ver sus películas., Los precios de las películas han ido en picada desde hace más de 10 años y a pesar de su auge en 2009, la información muestra que el público está dejando de visitar tanto su cine local.
La encuesta de taquillas de Hollywood.com mostró que la asistencia a los cines hasta el 18 de julio iba 2.2% abajo en comparación con 2009. El fin de semana del Día de los Caídos, conocido por ser uno de los días más ocupados del año, registró las asistencias más bajas en 17 años.
Además el río de películas de mediana calidad no ayuda a mejorar la asistencia, pero el río de películas sobrevaloradas en 3D podría estar comenzando a caer. Una encuesta realizada en julio por BTIG a más de 2,000 cinéfilos, descubrió un aumento en el disgusto por el alto costo de las películas 3D, que suelen incluir un recargo de 4 dólares. Esto hace que un boleto para que un niño vea Mi villano favorito cueste 13 dólares en comparación con el precio regular de 9 dólares, en Nueva York, un verdadero abuso para un producto que ofrece poco valor a la experiencia de ir al cine.
Los estudios cinematográficos nunca han arriesgado a sus clientes frecuentes porque los precios de los boletos han permanecido relativamente bajos. Claro, la asistencia a las salas de cine se ha visto afectada por el auge del DVD y la facilidad de descargar películas en Internet, pero la tecnología 3D le ha ofrecido a los cines un enfoque distinto, porque la experiencia visual no puede ser replicada en casa.
No vale su precio
Foto: Internet
El drástico aumento de los precios de películas 3D amenaza con perjudicar el rebote de ganancias que los estudios han visto en los últimos años, poniendo a prueba la “nueva normalidad” de los estudios y su creencia de que la tecnología 3D es a prueba de recesiones. “Un aumento de 4 dólares para ver una película en 3D es un aumento fuerte”, dijo Richard Greenfield, analista mediático de BTIG. “A pesar del éxito de algunas películas, la asistencia a las salas ha sido baja, y esto no es una buena señal”.
The Last Airbender, el fracaso épico de M. Night Shyamalan en las taquillas, se ha vuelto el ejemplo principal de la costosa promesa de la tecnología 3D. Roger Ebert, quien recientemente dijo que la prisa de Hollywood por introducir 3D en todas las películas es una estrategia “suicida”, y describió los precios de esas películas como “una extorsión a los padres“, guardó algo de veneno para Airbender, llamándola “una experiencia agonizante en todas las formas que existen y en las que aún están por inventarse”. Joe Morgenstern, de The Wall Street Journal, también comparó a la película con “una forma de tortura china”.
Aunque la película no habría sido la mejor, incluso en 2 dimensiones, lo que decepcionó a la mayoría de los críticos fue el destrozo que provocó incluir la tecnología. Como dice Ebert, el proceso convirtió a Airbender en “la película más monótona, oscura y ruidosa” que ha visto en años.
El problema con las películas 3D no es sólo el alto precio de los boletos, sino que el proceso de la tecnología puede hacer que las películas luzcan más oscuras y deslavadas, como si el proyector estuviera embarrado de vaselina. El proceso de 3D requiere que una escena sea separada en una imagen para cada ojo, haciendo que la luz se nivele a la mitad en comparación con las películas en dos dimensiones. Con respecto a su decisión de mantener su aclamada película Inception en dos dimensiones, el director Chris Nolan explicó recientemente en el Festival de Cine Hero Complex que la calidad de la tecnología aún no había llegado para su película, pues “las dimensiones de la imagen estaban muy alejadas”.
Si las preocupaciones por el precio y la calidad no fueron problema suficientes para el movimiento 3D, Consumer Reports publicó recientemente que el esfuerzo cerebral por generar las imágenes en 3D puede causar dolores de cabeza y ojos en gente con ciertos problemas de visión. Eso no es lo que un padre quiere escuchar cuando su hijo le ruega que lo lleve a ver Toy Story 3.
La opción del 2D va en aumento
Los estudios han limpiado las preocupaciones de que están aniquilando a su última máquina de dinero. Mientras que el presidente ejecutivo de Disney, Bob Iger, recientemente dio a conocer sus preocupaciones por el número de lanzamientos fílmicos en 3D, el presidente de distribución de Universal, Nikki Rocco, dijo a The Hollywood Reporter que “sigue habiendo una ventaja fuerte tanto para los distribuidores como para los presentadores” en las películas 3D. Tal como muestran las estadísticas de las ventas en taquillas de Hollywood.com, a pesar de la baja en el consumo cinematográfico este año, los estudios siguen generando ganancias con los boletos de películas 3D, lo que les ayuda a discutir un aumento de 4% en los ingresos brutos actuales.
Pero el aumento de ingresos no es algo que los consumidores vayan a concederle a la tecnología. De hecho, existe evidencia de que no están siguiendo a los estudios a la realidad paralela más novedosa de la tercera dimensión, una que fue separada por los intentos de las décadas de los 50, 60 y 80, cuando no se contaba con lentes de cartón de colores o porque las películas que presentaba eran de horror y pornografía suave, aunque ahora parece que todo eso está renaciendo.
Las películas 3D que serán ofrecidas este verano han reducido el número de complejos disponibles para el lanzamiento de una película. Como las grandes películas requieren grandes lanzamientos, se emplean más pantallas en 2D, ofreciendo a la gente la opción de ver la película en su formato regular. Dada la opción, varios prefieren la película regular que la truculenta tercera dimensión.
Aunque los boletos en 3D representaron el 82% de los ingresos en taquillas de Avatar cuando salió a las pantallas en diciembre de 2009, el estreno de julio de Mi villano favorito generó el 45% de sus ingresos en las pantallas en 3D. Esta baja es seguida por otros lanzamientos en 3D como Toy Story 3 y How to Train Your Dragon, hasta el refrito de Tim Burton de Alicia en el país de las maravillas.
Según Greenfield, lo más interesante es que, en algunos casos, las películas con mayor presencia en pantallas 3D tienen peor desempeño en ingresos en complejos 3D que las películas con menor presencia en esas pantallas. Shrek Forever After, por ejemplo, obtuvo un porcentaje de ingresos menor de las pantallas en 3D que How to Train a Dragon, a pesar de haber sido lanzada en 200 complejos más. “Un mayor porcentaje de consumidores prefirió ver la película en formato 2D”, escribió en su publicación de mayo en el blog de BTIG, y agregó que “lo último que la industria necesita es que los consumidores comiencen a creer que la tecnología 3D no vale la pena”.
Con el próximo lanzamiento de Jackass 3D, Ebert podría volver a reconsiderar lo que es una experiencia agonizante.
La sensación del año pasado parece perder fuerza entre los clientes de las salas de cine; Hollywood aún cree que hay grandes ganancias en el uso de la tecnología, pero sus ventas caen.
Hubo una época en la que Hollywood producía demasiados personajes de dos dimensiones. Ahora, los amantes de las películas comienzan a quejarse de que tienen que pagar por verlos en tercera dimensión también.
Mientras que los altos precios para comprar un boleto de cine de una película en 3D han satisfecho los bolsillos de los estudios en los últimos años, esto no ha mostrado que haya hordas de gente que vaya a ver sus películas., Los precios de las películas han ido en picada desde hace más de 10 años y a pesar de su auge en 2009, la información muestra que el público está dejando de visitar tanto su cine local.
La encuesta de taquillas de Hollywood.com mostró que la asistencia a los cines hasta el 18 de julio iba 2.2% abajo en comparación con 2009. El fin de semana del Día de los Caídos, conocido por ser uno de los días más ocupados del año, registró las asistencias más bajas en 17 años.
Además el río de películas de mediana calidad no ayuda a mejorar la asistencia, pero el río de películas sobrevaloradas en 3D podría estar comenzando a caer. Una encuesta realizada en julio por BTIG a más de 2,000 cinéfilos, descubrió un aumento en el disgusto por el alto costo de las películas 3D, que suelen incluir un recargo de 4 dólares. Esto hace que un boleto para que un niño vea Mi villano favorito cueste 13 dólares en comparación con el precio regular de 9 dólares, en Nueva York, un verdadero abuso para un producto que ofrece poco valor a la experiencia de ir al cine.
Los estudios cinematográficos nunca han arriesgado a sus clientes frecuentes porque los precios de los boletos han permanecido relativamente bajos. Claro, la asistencia a las salas de cine se ha visto afectada por el auge del DVD y la facilidad de descargar películas en Internet, pero la tecnología 3D le ha ofrecido a los cines un enfoque distinto, porque la experiencia visual no puede ser replicada en casa.
No vale su precio
Foto: Internet
El drástico aumento de los precios de películas 3D amenaza con perjudicar el rebote de ganancias que los estudios han visto en los últimos años, poniendo a prueba la “nueva normalidad” de los estudios y su creencia de que la tecnología 3D es a prueba de recesiones. “Un aumento de 4 dólares para ver una película en 3D es un aumento fuerte”, dijo Richard Greenfield, analista mediático de BTIG. “A pesar del éxito de algunas películas, la asistencia a las salas ha sido baja, y esto no es una buena señal”.
The Last Airbender, el fracaso épico de M. Night Shyamalan en las taquillas, se ha vuelto el ejemplo principal de la costosa promesa de la tecnología 3D. Roger Ebert, quien recientemente dijo que la prisa de Hollywood por introducir 3D en todas las películas es una estrategia “suicida”, y describió los precios de esas películas como “una extorsión a los padres“, guardó algo de veneno para Airbender, llamándola “una experiencia agonizante en todas las formas que existen y en las que aún están por inventarse”. Joe Morgenstern, de The Wall Street Journal, también comparó a la película con “una forma de tortura china”.
Aunque la película no habría sido la mejor, incluso en 2 dimensiones, lo que decepcionó a la mayoría de los críticos fue el destrozo que provocó incluir la tecnología. Como dice Ebert, el proceso convirtió a Airbender en “la película más monótona, oscura y ruidosa” que ha visto en años.
El problema con las películas 3D no es sólo el alto precio de los boletos, sino que el proceso de la tecnología puede hacer que las películas luzcan más oscuras y deslavadas, como si el proyector estuviera embarrado de vaselina. El proceso de 3D requiere que una escena sea separada en una imagen para cada ojo, haciendo que la luz se nivele a la mitad en comparación con las películas en dos dimensiones. Con respecto a su decisión de mantener su aclamada película Inception en dos dimensiones, el director Chris Nolan explicó recientemente en el Festival de Cine Hero Complex que la calidad de la tecnología aún no había llegado para su película, pues “las dimensiones de la imagen estaban muy alejadas”.
Si las preocupaciones por el precio y la calidad no fueron problema suficientes para el movimiento 3D, Consumer Reports publicó recientemente que el esfuerzo cerebral por generar las imágenes en 3D puede causar dolores de cabeza y ojos en gente con ciertos problemas de visión. Eso no es lo que un padre quiere escuchar cuando su hijo le ruega que lo lleve a ver Toy Story 3.
La opción del 2D va en aumento
Los estudios han limpiado las preocupaciones de que están aniquilando a su última máquina de dinero. Mientras que el presidente ejecutivo de Disney, Bob Iger, recientemente dio a conocer sus preocupaciones por el número de lanzamientos fílmicos en 3D, el presidente de distribución de Universal, Nikki Rocco, dijo a The Hollywood Reporter que “sigue habiendo una ventaja fuerte tanto para los distribuidores como para los presentadores” en las películas 3D. Tal como muestran las estadísticas de las ventas en taquillas de Hollywood.com, a pesar de la baja en el consumo cinematográfico este año, los estudios siguen generando ganancias con los boletos de películas 3D, lo que les ayuda a discutir un aumento de 4% en los ingresos brutos actuales.
Pero el aumento de ingresos no es algo que los consumidores vayan a concederle a la tecnología. De hecho, existe evidencia de que no están siguiendo a los estudios a la realidad paralela más novedosa de la tercera dimensión, una que fue separada por los intentos de las décadas de los 50, 60 y 80, cuando no se contaba con lentes de cartón de colores o porque las películas que presentaba eran de horror y pornografía suave, aunque ahora parece que todo eso está renaciendo.
Las películas 3D que serán ofrecidas este verano han reducido el número de complejos disponibles para el lanzamiento de una película. Como las grandes películas requieren grandes lanzamientos, se emplean más pantallas en 2D, ofreciendo a la gente la opción de ver la película en su formato regular. Dada la opción, varios prefieren la película regular que la truculenta tercera dimensión.
Aunque los boletos en 3D representaron el 82% de los ingresos en taquillas de Avatar cuando salió a las pantallas en diciembre de 2009, el estreno de julio de Mi villano favorito generó el 45% de sus ingresos en las pantallas en 3D. Esta baja es seguida por otros lanzamientos en 3D como Toy Story 3 y How to Train Your Dragon, hasta el refrito de Tim Burton de Alicia en el país de las maravillas.
Según Greenfield, lo más interesante es que, en algunos casos, las películas con mayor presencia en pantallas 3D tienen peor desempeño en ingresos en complejos 3D que las películas con menor presencia en esas pantallas. Shrek Forever After, por ejemplo, obtuvo un porcentaje de ingresos menor de las pantallas en 3D que How to Train a Dragon, a pesar de haber sido lanzada en 200 complejos más. “Un mayor porcentaje de consumidores prefirió ver la película en formato 2D”, escribió en su publicación de mayo en el blog de BTIG, y agregó que “lo último que la industria necesita es que los consumidores comiencen a creer que la tecnología 3D no vale la pena”.
Con el próximo lanzamiento de Jackass 3D, Ebert podría volver a reconsiderar lo que es una experiencia agonizante.