Ola de atentados deja 19 muertos en Irak
Irak, AP
Una ola de ataques con explosivos perpetrados contra habitantes de zonas étnicamente disputadas y peregrinos chiíes mató el lunes a 19 personas e hirió a decenas más.
Los ataques enervan el temor de que extremistas busquen reencender la violencia étnica y sectaria en el país, donde existen fuertes tensiones por la disputa de áreas entre el gobierno central y la minoría kurda.
El ataque más letal ocurrió en el poblado de al-Muafaqiyah, habitado por familias del grupo étnico chabaquí. Siete personas murieron y 11 resultaron heridas por el estallido de un artefacto explosivo, de acuerdo con la policía.
La villa se ubica cerca de la ciudad de Mosul, 360 kilómetros (225 millas) al noroeste de Bagdad, y es reclamada por árabes, turcomanos y kurdos. Los chabaquíes tienen su propia lengua y creencias religiosas.
En otras partes del norte, dos carros bomba estallaron en un vecindario de mayoría turcomana de la ciudad de Tuz Jormato, matando a cinco personas e hiriendo a otras 26, dijo Mohamed al-Asi, portavoz del consejo de la provincia de Saladino.
Tuz Jormato, 210 kilómetros (130 millas) al norte de Bagdad, también tiene una población que es mezcla de árabes, kurdos y turcomanos, que luchan por el control de la ciudad.
En tanto, una bomba a ras de camino estalló al paso de un autobús que transportaba peregrinos chiíes cerca de Samarra, con saldo de un libanés y el chofer iraquí muertos, además de ocho heridos.
Un carro bomba estalló cerca de un autobús que llevaba peregrinos iraníes a Samarra, matando a dos personas, una de ellas iraní.
Otro auto bomba estalló en una zona comercial del centro de Bagdad por la tarde, matando a tres personas e hiriendo a 10 más, informaron oficiales de la policía y de los servicios de salud.
Médicos de un hospital cercano confirmaron las víctimas. Todos los oficiales hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar con la prensa.
No queda clara la autoría de los ataques, aunque los insurgentes suníes con frecuencia recurren a ataques coordinados para tratar de minar la autoridad del gobierno chií.
Una ola de ataques con explosivos perpetrados contra habitantes de zonas étnicamente disputadas y peregrinos chiíes mató el lunes a 19 personas e hirió a decenas más.
Los ataques enervan el temor de que extremistas busquen reencender la violencia étnica y sectaria en el país, donde existen fuertes tensiones por la disputa de áreas entre el gobierno central y la minoría kurda.
El ataque más letal ocurrió en el poblado de al-Muafaqiyah, habitado por familias del grupo étnico chabaquí. Siete personas murieron y 11 resultaron heridas por el estallido de un artefacto explosivo, de acuerdo con la policía.
La villa se ubica cerca de la ciudad de Mosul, 360 kilómetros (225 millas) al noroeste de Bagdad, y es reclamada por árabes, turcomanos y kurdos. Los chabaquíes tienen su propia lengua y creencias religiosas.
En otras partes del norte, dos carros bomba estallaron en un vecindario de mayoría turcomana de la ciudad de Tuz Jormato, matando a cinco personas e hiriendo a otras 26, dijo Mohamed al-Asi, portavoz del consejo de la provincia de Saladino.
Tuz Jormato, 210 kilómetros (130 millas) al norte de Bagdad, también tiene una población que es mezcla de árabes, kurdos y turcomanos, que luchan por el control de la ciudad.
En tanto, una bomba a ras de camino estalló al paso de un autobús que transportaba peregrinos chiíes cerca de Samarra, con saldo de un libanés y el chofer iraquí muertos, además de ocho heridos.
Un carro bomba estalló cerca de un autobús que llevaba peregrinos iraníes a Samarra, matando a dos personas, una de ellas iraní.
Otro auto bomba estalló en una zona comercial del centro de Bagdad por la tarde, matando a tres personas e hiriendo a 10 más, informaron oficiales de la policía y de los servicios de salud.
Médicos de un hospital cercano confirmaron las víctimas. Todos los oficiales hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar con la prensa.
No queda clara la autoría de los ataques, aunque los insurgentes suníes con frecuencia recurren a ataques coordinados para tratar de minar la autoridad del gobierno chií.