Los talibán proponen una nueva Constitución
Madrid, EP
Representantes de las más altas instancias de los talibán han comunicado al Gobierno afgano su deseo de redactar una nueva constitución especialmente protectora de los Derechos Humanos en una reunión mantenida con representantes del Ejecutivo de Kabul, a quienes han reiterado por contra que no formarán un partido político ni participarán en el actual sistema democrático afgano por haber sido creado durante la ocupación estadounidense.
Estas peticiones fueron transmitidas en un encuentro a puerta cerrada celebrado en Chantilly, en el norte de París, donde por vez primera los representantes del líder talibán, el mulá Omar, aceptaron reunirse con políticos afganos para mantener conversaciones informales sobre el futuro del país.
A pesar del carácter reservado de la reunión, los talibán distribuyeron a los medios una declaración ayer viernes por la noche a través de sus delegados, Shahabudin Dilawar y Mohammed Naim, en la que precisaron sus peticiones sobre la nueva configuración política del país tras la marcha de las fuerzas estadounidenses en 2014.
Los talibán piden un Gobierno de unidad pero han rechazado todas las iniciativas del presidente afgano, Hamid Karzai, para que abandonen las armas y formen un partido político. "Las elecciones no son un proceso útil para la solución del problema afgano porque han sido planeadas bajo la ocupación extranjera", apunta la declaración, recogida por el 'Wall Street Journal'.
Sin embargo, la declaración recuerda que "el mulá Omar ha insistido con frecuencia en que los talibán no buscan el monopolio del poder político, sino un gobierno para todos los afganos", con especial atención para los Derechos Humanos y las libertades políticas, para "sorpresa" de los delegados de Kabul, según los presentes en el encuentro.
La constitución de este nuevo gobierno de unidad tendría lugar tras la redacción de una nueva carta magna que "allanaría el camino para un reparto de poder en el próximo gobierno". El documento "tendrá que garantizar los derechos civiles, personales y políticos" con la "aprobación del pueblo", lo que podría ser una referencia a la posibilidad de un plebiscito para aprobar el texto.
Los talibán, fieles a su férrea doctrina islámica, advirtieron no obstante que la nueva constitución "no deberá contener un solo artículo contra el Islam, ni contra los intereses nacionales ni contra la cultura afgana"; y rechazaron el texto existente por "ser contrario a las creencias de la sagrada religión del Islam".
La llamada "Declaración de Chantilly" sostiene que el antiguo régimen talibán derrocado en 2001 había conseguido controlar el tráfico de drogas en el país centroasiático y responsabilizó al presidente Karzai del auge del narcotráfico en el primer productor de heroína del mundo.
En un gesto hacia las mujeres afganas, los talibán proclamaron su defensa de los derechos de la Mujer y se comprometieron a protegerla "sin dañar los valores islámicos de la educación y del trabajo".
Representantes de las más altas instancias de los talibán han comunicado al Gobierno afgano su deseo de redactar una nueva constitución especialmente protectora de los Derechos Humanos en una reunión mantenida con representantes del Ejecutivo de Kabul, a quienes han reiterado por contra que no formarán un partido político ni participarán en el actual sistema democrático afgano por haber sido creado durante la ocupación estadounidense.
Estas peticiones fueron transmitidas en un encuentro a puerta cerrada celebrado en Chantilly, en el norte de París, donde por vez primera los representantes del líder talibán, el mulá Omar, aceptaron reunirse con políticos afganos para mantener conversaciones informales sobre el futuro del país.
A pesar del carácter reservado de la reunión, los talibán distribuyeron a los medios una declaración ayer viernes por la noche a través de sus delegados, Shahabudin Dilawar y Mohammed Naim, en la que precisaron sus peticiones sobre la nueva configuración política del país tras la marcha de las fuerzas estadounidenses en 2014.
Los talibán piden un Gobierno de unidad pero han rechazado todas las iniciativas del presidente afgano, Hamid Karzai, para que abandonen las armas y formen un partido político. "Las elecciones no son un proceso útil para la solución del problema afgano porque han sido planeadas bajo la ocupación extranjera", apunta la declaración, recogida por el 'Wall Street Journal'.
Sin embargo, la declaración recuerda que "el mulá Omar ha insistido con frecuencia en que los talibán no buscan el monopolio del poder político, sino un gobierno para todos los afganos", con especial atención para los Derechos Humanos y las libertades políticas, para "sorpresa" de los delegados de Kabul, según los presentes en el encuentro.
La constitución de este nuevo gobierno de unidad tendría lugar tras la redacción de una nueva carta magna que "allanaría el camino para un reparto de poder en el próximo gobierno". El documento "tendrá que garantizar los derechos civiles, personales y políticos" con la "aprobación del pueblo", lo que podría ser una referencia a la posibilidad de un plebiscito para aprobar el texto.
Los talibán, fieles a su férrea doctrina islámica, advirtieron no obstante que la nueva constitución "no deberá contener un solo artículo contra el Islam, ni contra los intereses nacionales ni contra la cultura afgana"; y rechazaron el texto existente por "ser contrario a las creencias de la sagrada religión del Islam".
La llamada "Declaración de Chantilly" sostiene que el antiguo régimen talibán derrocado en 2001 había conseguido controlar el tráfico de drogas en el país centroasiático y responsabilizó al presidente Karzai del auge del narcotráfico en el primer productor de heroína del mundo.
En un gesto hacia las mujeres afganas, los talibán proclamaron su defensa de los derechos de la Mujer y se comprometieron a protegerla "sin dañar los valores islámicos de la educación y del trabajo".