La AIEA confía en obtener un acuerdo nuclear con Irán en enero
VIENA, AFP
La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) afirmó este viernes que confía en alcanzar un acuerdo en enero con Irán que le permita verificar si el programa nuclear del país oculta o no una vertiente militar.
"Hemos acordado vernos de nuevo el 16 de enero, fecha en la que esperamos concluir el acercamiento estructurado y comenzar a aplicarlo poco después", declaró el jefe de los inspectores de la organización, Herman Nackaerts, a un grupo de periodistas en el aeropuerto de Viena, a su regreso de una visita en Irán.
Nackaerts calificó de "buenas" las negociaciones emprendidas la víspera con el representante iraní ante la AIEA, Ali Asghar Soltanieh.
El diplomático insistió en que las negociaciones fueron "constructivas y positivas", según declaraciones citadas por la prensa iraní.
Después de un año de negociaciones complicadas, es posible que el encuentro del jueves permitiera avanzar, pero es preferible ser prudentes. En mayo, el director general de la Agencia, Yukiya Amano, anunció a su vuelta de un viaje relámpago a Teherán la próxima firma de un acuerdo, pero nunca llegó a concretarse.
Que la AIEA tenga "motivos para ser optimista" es una "sorpresa agradable", reconoce Mark Fitzpatrick, del Instituto Internacional de Investigaciones Estratégicas (IISS) en Londres.
La AIEA intenta desde el comienzo de 2012 ponerse de acuerdo con Teherán sobre un "procedimiento estructurado" que facilite el acceso de sus empleados a las instalaciones, individuos o documentos, para despejar las dudas sobre la existencia de un objetivo militar en su programa nuclear civil.
Se trata de responder a todos los interrogantes planteados por el muy crítico informe de noviembre de 2011.
La AIEA destacó en ese informe una serie de elementos "creíbles" que, según ella, indicaban que Irán trabajaba en la fabricación de armas atómicas antes de 2003 y quizá también después, pese a afirmar lo contrario.
Entre estos elementos figuraba la presencia de un contenedor en la planta militar de Parshin, cerca de Teherán, donde la agencia sospecha que las autoridades efectuaron pruebas de explosiones aplicables al ámbito nuclear.
La AIEA insiste en poder visitar el lugar y, apoyándose en fotografías, acusa a Irán de borrar todos los indicios sospechosos, algo que el país desmiente.
Después de diez años de investigación sobre Irán, la agencia sigue sin poder determinar con seguridad el objetivo del programa nuclear, debido, según ella, a que el país no coopera.
El enriquecimiento de uranio en Irán es una de las principales preocupaciones de las potencias occidentales y de Israel porque sospechan que la República Islámica quiere dotarse de armas nucleares.
Estas potencias temen que Irán eleve el enriquecimiento a un nivel que permita fabricar la bomba atómica, o sea el 90%. Teherán lo niega categóricamente.
El grupo 5+1 (Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania) e Irán también reanudarán próximamente sus negociaciones, que por el momento no han tenido demasiado éxito.
Como firmante del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, el país considera tener derecho a enriquecer uranio con objetivos pacíficos, para producir electricidad o isótopos médicos, utilizados para diagnosticar algunos cánceres.
Ante las decepciones del pasado, "es demasiado pronto para pronunciarse aunque el tono positivo que se desprende de la última visita de la AIEA a Teherán es prometedor", afirmó Mark Fitzpatrick a la AFP.
La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) afirmó este viernes que confía en alcanzar un acuerdo en enero con Irán que le permita verificar si el programa nuclear del país oculta o no una vertiente militar.
"Hemos acordado vernos de nuevo el 16 de enero, fecha en la que esperamos concluir el acercamiento estructurado y comenzar a aplicarlo poco después", declaró el jefe de los inspectores de la organización, Herman Nackaerts, a un grupo de periodistas en el aeropuerto de Viena, a su regreso de una visita en Irán.
Nackaerts calificó de "buenas" las negociaciones emprendidas la víspera con el representante iraní ante la AIEA, Ali Asghar Soltanieh.
El diplomático insistió en que las negociaciones fueron "constructivas y positivas", según declaraciones citadas por la prensa iraní.
Después de un año de negociaciones complicadas, es posible que el encuentro del jueves permitiera avanzar, pero es preferible ser prudentes. En mayo, el director general de la Agencia, Yukiya Amano, anunció a su vuelta de un viaje relámpago a Teherán la próxima firma de un acuerdo, pero nunca llegó a concretarse.
Que la AIEA tenga "motivos para ser optimista" es una "sorpresa agradable", reconoce Mark Fitzpatrick, del Instituto Internacional de Investigaciones Estratégicas (IISS) en Londres.
La AIEA intenta desde el comienzo de 2012 ponerse de acuerdo con Teherán sobre un "procedimiento estructurado" que facilite el acceso de sus empleados a las instalaciones, individuos o documentos, para despejar las dudas sobre la existencia de un objetivo militar en su programa nuclear civil.
Se trata de responder a todos los interrogantes planteados por el muy crítico informe de noviembre de 2011.
La AIEA destacó en ese informe una serie de elementos "creíbles" que, según ella, indicaban que Irán trabajaba en la fabricación de armas atómicas antes de 2003 y quizá también después, pese a afirmar lo contrario.
Entre estos elementos figuraba la presencia de un contenedor en la planta militar de Parshin, cerca de Teherán, donde la agencia sospecha que las autoridades efectuaron pruebas de explosiones aplicables al ámbito nuclear.
La AIEA insiste en poder visitar el lugar y, apoyándose en fotografías, acusa a Irán de borrar todos los indicios sospechosos, algo que el país desmiente.
Después de diez años de investigación sobre Irán, la agencia sigue sin poder determinar con seguridad el objetivo del programa nuclear, debido, según ella, a que el país no coopera.
El enriquecimiento de uranio en Irán es una de las principales preocupaciones de las potencias occidentales y de Israel porque sospechan que la República Islámica quiere dotarse de armas nucleares.
Estas potencias temen que Irán eleve el enriquecimiento a un nivel que permita fabricar la bomba atómica, o sea el 90%. Teherán lo niega categóricamente.
El grupo 5+1 (Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania) e Irán también reanudarán próximamente sus negociaciones, que por el momento no han tenido demasiado éxito.
Como firmante del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, el país considera tener derecho a enriquecer uranio con objetivos pacíficos, para producir electricidad o isótopos médicos, utilizados para diagnosticar algunos cánceres.
Ante las decepciones del pasado, "es demasiado pronto para pronunciarse aunque el tono positivo que se desprende de la última visita de la AIEA a Teherán es prometedor", afirmó Mark Fitzpatrick a la AFP.