HSBC pagará 1.400 millones a EE UU por lavado ilícito de dinero
El banco británico asume una multa récord para cerrar de una vez la investigación por blanqueo
David Alandete
Washington, El País
El banco internacional con sede en Reino Unido HSBC ha aceptado pagar una multa de 1.900 millones de dólares (unos 1.500 millones de euros) como parte de un acuerdo con el gobierno norteamericano, con el que ambas partes cierran una investigación, abierta a principios de año, por su supuesta permisividad con criminales de todo el mundo, que emplearon sus servicios para lavar dinero del narcotráfico o destinado a financiar operaciones terroristas.
El Senado norteamericano acusó a la dirección de HSBC, en un informe difundido en julio, de no tomar medidas a pesar de que tenía indicios razonables de que empleaban sus cuentas narcotraficantes mexicanos para trasladar fondos a EEUU, bancos saudíes relacionados con grupos terroristas y ciudadanos iraníes que buscaban sortear las sanciones impuestas sobre ellos por Washington. El Ejecutivo, a través del Departamento de Justicia, inició su propia investigación.
Los diarios The New York Times y The Wall Street Journal fueron los primeros en informar del acuerdo, el lunes por la noche. Tanto las autoridades federales como estatales -en EE UU el banco opera desde Nueva York- han decidido no presentar cargos por la vía criminal, para no desestabilizar a una de las mayores entidades financieras del mundo, con unos ingresos de 105.000 millones de dólares anuales y más de 267.000 empleados en todo el mundo. La multa de 1.900 millones es una de las mayores en la historia reciente de EE UU.
Del monto total de la multa, 1.300 millones de dólares corresponden a un acuerdo con el Ejecutivo norteamericano, para evitar cargos criminales. Otros 650 millones irán destinados a pagar una sanción por la vía civil. En julio, el banco admitió que los mecanismos de control y transparencia en las gestiones de sus clientes habían sido insuficientes, y apartó unos 1.500 millones de dólares en un fondo de posibles indemnizaciones. Esa partida se ha quedado finalmente corta en 400 millones de dólares.
Se espera que el Departamento de Justicia norteamericano haga un anuncio formal este martes. El acuerdo llega menos de un mes después de que la petrolera británica BP aceptara declararse culpable de negligencia en el caso del mayor vertido de crudo de EE UU, ocurrido en 2010 en el golfo de México, por el que acabará pagando 3.500 millones de dólares, otra multa récord, en ese caso por infracciones medioambientales.
El informe del Senado sobre HSBC se centraba, especialmente, en las transacciones entre las filiales mexicana y estadounidense del banco. A la de México, el informe la acusaba de “abrir cuentas para clientes de alto riesgo, incluidas las casas de cambio de México, y otros servicios y negocios que ofrecían dinero norteamericano, como la Casa de Cambio de Puebla y Sigue Corporation, de quienes diversas investigaciones judiciales posteriores han demostrado que lavaron fondos de la venta ilegal de droga en EE UU”.
Los legisladores acusaban también al banco de hacer negocios con la principal institución financiera saudí, Al Rajhi Bank, a la que las autoridades norteamericanas relacionan con diversos grupos terroristas islámicos. “Después de los ataques terroristas del 11-S en 2001, aparecieron numerosas pistas de que Al Rajhi Bank y algunos de sus dueños estaban relacionados con organizaciones financieras asociadas con el terrorismo, entre ellas había pruebas de que el principal fundador del banco fue uno de los primeros patronos de Al Qaeda”, aseguraba el informe.
David Alandete
Washington, El País
El banco internacional con sede en Reino Unido HSBC ha aceptado pagar una multa de 1.900 millones de dólares (unos 1.500 millones de euros) como parte de un acuerdo con el gobierno norteamericano, con el que ambas partes cierran una investigación, abierta a principios de año, por su supuesta permisividad con criminales de todo el mundo, que emplearon sus servicios para lavar dinero del narcotráfico o destinado a financiar operaciones terroristas.
El Senado norteamericano acusó a la dirección de HSBC, en un informe difundido en julio, de no tomar medidas a pesar de que tenía indicios razonables de que empleaban sus cuentas narcotraficantes mexicanos para trasladar fondos a EEUU, bancos saudíes relacionados con grupos terroristas y ciudadanos iraníes que buscaban sortear las sanciones impuestas sobre ellos por Washington. El Ejecutivo, a través del Departamento de Justicia, inició su propia investigación.
Los diarios The New York Times y The Wall Street Journal fueron los primeros en informar del acuerdo, el lunes por la noche. Tanto las autoridades federales como estatales -en EE UU el banco opera desde Nueva York- han decidido no presentar cargos por la vía criminal, para no desestabilizar a una de las mayores entidades financieras del mundo, con unos ingresos de 105.000 millones de dólares anuales y más de 267.000 empleados en todo el mundo. La multa de 1.900 millones es una de las mayores en la historia reciente de EE UU.
Del monto total de la multa, 1.300 millones de dólares corresponden a un acuerdo con el Ejecutivo norteamericano, para evitar cargos criminales. Otros 650 millones irán destinados a pagar una sanción por la vía civil. En julio, el banco admitió que los mecanismos de control y transparencia en las gestiones de sus clientes habían sido insuficientes, y apartó unos 1.500 millones de dólares en un fondo de posibles indemnizaciones. Esa partida se ha quedado finalmente corta en 400 millones de dólares.
Se espera que el Departamento de Justicia norteamericano haga un anuncio formal este martes. El acuerdo llega menos de un mes después de que la petrolera británica BP aceptara declararse culpable de negligencia en el caso del mayor vertido de crudo de EE UU, ocurrido en 2010 en el golfo de México, por el que acabará pagando 3.500 millones de dólares, otra multa récord, en ese caso por infracciones medioambientales.
El informe del Senado sobre HSBC se centraba, especialmente, en las transacciones entre las filiales mexicana y estadounidense del banco. A la de México, el informe la acusaba de “abrir cuentas para clientes de alto riesgo, incluidas las casas de cambio de México, y otros servicios y negocios que ofrecían dinero norteamericano, como la Casa de Cambio de Puebla y Sigue Corporation, de quienes diversas investigaciones judiciales posteriores han demostrado que lavaron fondos de la venta ilegal de droga en EE UU”.
Los legisladores acusaban también al banco de hacer negocios con la principal institución financiera saudí, Al Rajhi Bank, a la que las autoridades norteamericanas relacionan con diversos grupos terroristas islámicos. “Después de los ataques terroristas del 11-S en 2001, aparecieron numerosas pistas de que Al Rajhi Bank y algunos de sus dueños estaban relacionados con organizaciones financieras asociadas con el terrorismo, entre ellas había pruebas de que el principal fundador del banco fue uno de los primeros patronos de Al Qaeda”, aseguraba el informe.