Corea del Norte conmemora el aniversario de la muerte de Kim Jong-il
La ceremonia está marcada por el mayor éxito militar del régimen, el lanzamiento de un cohete la semana pasada
Jose Reinoso
Pekín, El País
Corea del Norte ha conmemorado este lunes el primer aniversario de la muerte de Kim Jong-il —padre del actual dirigente, Kim Jong-un— con el orgullo aún a flor de piel por el exitoso lanzamiento, el miércoles pasado, de un cohete de largo alcance que colocó un satélite en órbita terrestre. Kim Jong-un, militares, miembros del Gobierno y científicos aeroespaciales han participado en una ceremonia en el mausoleo de Kumsusan, en las afueras de Pyongyang, que ha estado cerrado desde el fallecimiento del llamado Querido Líder. Kim Jong-il murió de un infarto el 17 de diciembre del año pasado, aunque la noticia no fue anunciada hasta dos días después.
Cientos de miles de personas, formadas en filas, han mantenido silencio en el exterior del mausoleo, dominado por dos retratos gigantes de Kim Jong-il y su padre, Kim Il-sung, cuyos cuerpos embalsamados descansan en el interior. La ceremonia ha sido emitida en directo por la televisión estatal. “Nuestro pueblo y el Ejército añoran llorosos la sonrisa radiante de nuestro querido padre”, ha dicho la presentadora, informa France Presse. “Suspiramos por ti, y todos los días que pasamos contigo, con un anhelo insoportable”.
Los congregados ante el mausoleo han escuchado un discurso de loa al dirigente muerto, pronunciado desde un balcón, en el que se encontraba Kim Jong-un vestido de negro. Choe Ryong-Hae, máximo responsable político del ejército, ha sido el encargado de realizar el elogio a Kim Jong-il. En él, ha pedido al país que apoye con decisión a Kim Jong-un.
El joven líder, acompañado de su esposa, Ri Sol-ju, y cientos de altos funcionarios, ha participado en el interior del edificio en un acto de homenaje, y ha hecho una reverencia profunda delante de las enormes estatuas de su padre y su abuelo. Los soldados llevaban una corona de flores con una cinta que decía: “Los grandes camaradas Kim Jong-il y Kim Il-sung estarán siempre con nosotros”.
A mediodía (ocho horas menos en la España peninsular), los norcoreanos han detenido su actividad por todo el país para rendir tributo al dirigente fallecido. En Pyongyang, las sirenas han pitado durante tres minutos.
Entre quienes han presentado sus respetos a Kim Jong-il en el mausoleo, se encontraba un grupo de técnicos que ha trabajado en el lanzamiento del cohete de largo alcance. “Estos son los científicos que han hecho una gran contribución al exitoso lanzamiento de nuestro satélite Kwangmyongsong-3 y han ayudado a mostrar al mundo entero las tecnologías de la nación”, ha dicho la presentadora de televisión.
Pyongyang afirma que la operación fue puramente científica y estuvo destinada a colocar un satélite meteorológico en órbita terrestre, pero Estados Unidos, Corea del Sur y otros países consideran que se trató de la prueba encubierta de un misil balístico, y, por tanto, una clara violación de las resoluciones de la ONU.
Siguiendo la tradición, Corea del Norte ha vuelto a abrir hoy el mausoleo, tras haber estado sellado un año, con ocasión del aniversario de la muerte de Kim Jong-il, y se prevé que a partir de este lunes el cuerpo embalsamado del Querido Líder pueda ser visitado por la gente. El palacio de Kumsusan, antigua residencia oficial de Kim Il-sung, fue transformado y reabierto como mausoleo en el primer aniversario de su muerte, ocurrida en 1994.
En otra ceremonia celebrada el domingo, Kim Yong-nam, presidente del Presidium del Parlamento, atribuyó a Kim Jong-il el mérito de crear el programa de armas nucleares y llamó el lanzamiento del satélite una “victoria brillante” y un emblema de la promesa que está por venir con su hijo en el poder.
La agencia norcoreana KCNA ha plasmado con retórica poética la tristeza que inundaba Pyongyang el domingo por la desaparición de Kim Jong-il. “La noche se ahonda, pero las luces no se apagan en los apartamentos en la capital, envuelta por una ola de duelo y aflicción”.
Jose Reinoso
Pekín, El País
Corea del Norte ha conmemorado este lunes el primer aniversario de la muerte de Kim Jong-il —padre del actual dirigente, Kim Jong-un— con el orgullo aún a flor de piel por el exitoso lanzamiento, el miércoles pasado, de un cohete de largo alcance que colocó un satélite en órbita terrestre. Kim Jong-un, militares, miembros del Gobierno y científicos aeroespaciales han participado en una ceremonia en el mausoleo de Kumsusan, en las afueras de Pyongyang, que ha estado cerrado desde el fallecimiento del llamado Querido Líder. Kim Jong-il murió de un infarto el 17 de diciembre del año pasado, aunque la noticia no fue anunciada hasta dos días después.
Cientos de miles de personas, formadas en filas, han mantenido silencio en el exterior del mausoleo, dominado por dos retratos gigantes de Kim Jong-il y su padre, Kim Il-sung, cuyos cuerpos embalsamados descansan en el interior. La ceremonia ha sido emitida en directo por la televisión estatal. “Nuestro pueblo y el Ejército añoran llorosos la sonrisa radiante de nuestro querido padre”, ha dicho la presentadora, informa France Presse. “Suspiramos por ti, y todos los días que pasamos contigo, con un anhelo insoportable”.
Los congregados ante el mausoleo han escuchado un discurso de loa al dirigente muerto, pronunciado desde un balcón, en el que se encontraba Kim Jong-un vestido de negro. Choe Ryong-Hae, máximo responsable político del ejército, ha sido el encargado de realizar el elogio a Kim Jong-il. En él, ha pedido al país que apoye con decisión a Kim Jong-un.
El joven líder, acompañado de su esposa, Ri Sol-ju, y cientos de altos funcionarios, ha participado en el interior del edificio en un acto de homenaje, y ha hecho una reverencia profunda delante de las enormes estatuas de su padre y su abuelo. Los soldados llevaban una corona de flores con una cinta que decía: “Los grandes camaradas Kim Jong-il y Kim Il-sung estarán siempre con nosotros”.
A mediodía (ocho horas menos en la España peninsular), los norcoreanos han detenido su actividad por todo el país para rendir tributo al dirigente fallecido. En Pyongyang, las sirenas han pitado durante tres minutos.
Entre quienes han presentado sus respetos a Kim Jong-il en el mausoleo, se encontraba un grupo de técnicos que ha trabajado en el lanzamiento del cohete de largo alcance. “Estos son los científicos que han hecho una gran contribución al exitoso lanzamiento de nuestro satélite Kwangmyongsong-3 y han ayudado a mostrar al mundo entero las tecnologías de la nación”, ha dicho la presentadora de televisión.
Pyongyang afirma que la operación fue puramente científica y estuvo destinada a colocar un satélite meteorológico en órbita terrestre, pero Estados Unidos, Corea del Sur y otros países consideran que se trató de la prueba encubierta de un misil balístico, y, por tanto, una clara violación de las resoluciones de la ONU.
Siguiendo la tradición, Corea del Norte ha vuelto a abrir hoy el mausoleo, tras haber estado sellado un año, con ocasión del aniversario de la muerte de Kim Jong-il, y se prevé que a partir de este lunes el cuerpo embalsamado del Querido Líder pueda ser visitado por la gente. El palacio de Kumsusan, antigua residencia oficial de Kim Il-sung, fue transformado y reabierto como mausoleo en el primer aniversario de su muerte, ocurrida en 1994.
En otra ceremonia celebrada el domingo, Kim Yong-nam, presidente del Presidium del Parlamento, atribuyó a Kim Jong-il el mérito de crear el programa de armas nucleares y llamó el lanzamiento del satélite una “victoria brillante” y un emblema de la promesa que está por venir con su hijo en el poder.
La agencia norcoreana KCNA ha plasmado con retórica poética la tristeza que inundaba Pyongyang el domingo por la desaparición de Kim Jong-il. “La noche se ahonda, pero las luces no se apagan en los apartamentos en la capital, envuelta por una ola de duelo y aflicción”.