Las fuerzas de Al Assad se centran en expulsar a los rebeldes del sur de Damasco

Amán, EP
Las fuerzas del régimen que preside Bashar al Assad están combatiendo con los rebeldes para intentar expulsarlos de uno de sus bastiones en las afueras de Damasco, un barrio periférico en el que se han registrado algunos de los más violentos combates en los últimos meses.


Muy activos en la zona norte del país, los combatientes rebeldes han atacado una base aérea cercana a Alepo desde la que las fuerzas del régimen han estado bombardeando algunas posiciones próximas a la frontera con Turquía.

Los rebeldes han recibido este martes el reconocimiento de Reino Unido a la Coalición Nacional de Fuerzas Opositoras y de la Revolución Siria (CNFORS), creada este mes para unir a todas las fuerzas opositoras y conseguir más apoyo de potencias extranjeras. Reino Unido ha sido el décimo país que reconoce a la CNFORS como representante legítimo del pueblo sirio tras Francia, Italia, Turquía y varios países árabes.

Tras varios meses de escasos progresos por su escasa organización y sus problemas de suministros, los rebeldes consiguieron la semana pasada hacerse con el control de varias posiciones del Ejército en zonas periféricas de grandes ciudades, incluida una base de las Fuerzas Especiales próxima a Alepo, la segunda mayor ciudad del país.

Los rebeldes se centran ahora en llevar la revolución contra Al Assad hasta el centro de Damasco y han denominado a esta operación como 'La semana de la marcha a Damasco". Ante esta ofensiva, la Guardia Republicana, apoyada por tanques, se ha desplegado en la localidad de Daraya, situada en el suroeste de Damasco y tomada por los rebeldes, que han conseguido mantener sus posiciones a pesar de los bombardeos del régimen.

Los combates han dejado al menos doce muertos el lunes, en su mayoría por los bombardeos que han precedido al despliegue de tropas terrestres, según han explicado activistas opositores, que han denunciado que miles de residentes han tenido que abandonar sus hogares.

Un diplomático occidental conocedor de la situación en Siria ha explicado que el presidente, Bashar al Assad, quiere demostrar ahora que puede poner fin al desafío de los rebeldes contra Damasco.

"Tiene que demostrar que ha dejado caer las bases y rodear Damasco sólo de forma temporal mientras reúne medios y personal y afronta los combates en la zona oriental del país", ha afirmado el diplomático.

Este martes, la sede del Ministerio de Información, en Damasco, ha sido atacada con dos proyectiles de mortero aunque no se han registrado víctimas ni heridos, según ha informado la televisión siria, que ha atribuido este ataque a "terroristas", el término con el que el Gobierno define a los opositores.

Un día antes, el lunes, los rebeldes se hicieron con el control de la base de un batallón del Ejército situada cerca del acceso meridional de Damasco, el acuartelamiento militar más próximo a la capital que han podido controlar hasta el momento los sublevados.

Mientras tanto, en el norte del país, fuentes de la oposición han informado de que los rebeldes han tomado el control de varias secciones de una base aérea situada en Jeque Suleiman, a una distancia de 18 kilómetros de la frontera con Turquía y a 30 kilómetros al noroeste de Alepo.

"Los combatientes han tomado tres piezas de artillería y han tomado la mayor parte de la base. Los cazas están sobrevolando la zona para intentar echarles", ha explicado el activista Abu Mujahed al Halabi, miembro de la red informativa opositora Sham News.

Una fuente rebelde ha dicho que los combatientes sublevados han logrado hacerse con un amplio arsenal de explosivos y que tienen previsto retirarse de la zona para no ser alcanzados por los ataques de la aviación del régimen.

"Las fuerzas de Al Assad emplean esta base para bombardear muchas localidades y pueblos en el campo. Ha sido neutralizada", ha indicado.

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