Crisis por poderes de Mursi expone división en Egipto
El Cairo, Reuters
Jóvenes egipcios se enfrentaron el sábado con la policía en El Cairo, en una nueva rueda de protestas contra la decisión del presidente Mohamed Mursi de otorgarse poderes extraordinarios, que deja al desnudo la división entre los Islámicos y sus oponentes.
Un puñado de violentos activistas arrojaron piedras y chocaron con las fuerzas de seguridad en las calles que rodean la emblemática Plaza Tahrir, donde el viernes cientos de miles de personas protestaron contra el polémico decreto de Mursi que blinda temporalmente sus decisiones de la revisión judicial.
Tras el día de furia en El Cairo, Alejandría, Port Said y Suez, aún podía sentirse el olor a gas lacrimógeno en la plaza, el corazón de la revuelta que el año pasado tumbó a Hosni Mubarak.
Más de 300 personas resultaron heridas el viernes. Las oficinas de los Hermanos Musulmanes, que impulsó la llegada de Mursi al poder, fueron atacadas en al menos tres ciudades.
La máxima autoridad judicial de Egipto dijo que el decreto de Mursi es un "ataque sin precedentes" a la independencia judicial, según informó la agencia noticias estatal.
En una reunión de emergencia convocada para discutir la decisión del mandatario, el Consejo Judicial Supremo urgió "al presidente de la república a alejar este decreto de todo lo que viola la autoridad judicial".
Fuerzas de izquierda, liberales, socialistas y de otras tendencias han dicho a sus seguidores que deberían marchar el martes hacia la emblemática Plaza Tahrir para "tumbar la declaración constitucional fascista y despótica" de Mursi.
"Estamos aquí enfrentando un momento histórico en el que completamos nuestra revolución o la abandonamos para convertirnos en presa de un grupo que ha puesto sus pequeños intereses partidarios por encima del interés nacional", dice el comunicado, emitido por el partido liberal Dustour.
La movida del líder egipcio ha desatado también señales de preocupación en Estados Unidos y la Unión Europea.
SUPERPODERES
El decreto, emitido el jueves, es parte del esfuerzo del nuevo Gobierno por consolidarse tras hacer a un lado en agosto a funcionarios de la era Mubarak.
También deja en evidencia que el movimiento político de Mursi no confía en sectores de la Justicia que no fueron renovados tras la salida de Mubarak, dado que la norma impide que las decisiones de Gobierno puedan ser revisadas por la justicia hasta que un nuevo Parlamento sea elegido el año próximo.
Jóvenes egipcios se enfrentaron el sábado con la policía en El Cairo, en una nueva rueda de protestas contra la decisión del presidente Mohamed Mursi de otorgarse poderes extraordinarios, que deja al desnudo la división entre los Islámicos y sus oponentes.
Un puñado de violentos activistas arrojaron piedras y chocaron con las fuerzas de seguridad en las calles que rodean la emblemática Plaza Tahrir, donde el viernes cientos de miles de personas protestaron contra el polémico decreto de Mursi que blinda temporalmente sus decisiones de la revisión judicial.
Tras el día de furia en El Cairo, Alejandría, Port Said y Suez, aún podía sentirse el olor a gas lacrimógeno en la plaza, el corazón de la revuelta que el año pasado tumbó a Hosni Mubarak.
Más de 300 personas resultaron heridas el viernes. Las oficinas de los Hermanos Musulmanes, que impulsó la llegada de Mursi al poder, fueron atacadas en al menos tres ciudades.
La máxima autoridad judicial de Egipto dijo que el decreto de Mursi es un "ataque sin precedentes" a la independencia judicial, según informó la agencia noticias estatal.
En una reunión de emergencia convocada para discutir la decisión del mandatario, el Consejo Judicial Supremo urgió "al presidente de la república a alejar este decreto de todo lo que viola la autoridad judicial".
Fuerzas de izquierda, liberales, socialistas y de otras tendencias han dicho a sus seguidores que deberían marchar el martes hacia la emblemática Plaza Tahrir para "tumbar la declaración constitucional fascista y despótica" de Mursi.
"Estamos aquí enfrentando un momento histórico en el que completamos nuestra revolución o la abandonamos para convertirnos en presa de un grupo que ha puesto sus pequeños intereses partidarios por encima del interés nacional", dice el comunicado, emitido por el partido liberal Dustour.
La movida del líder egipcio ha desatado también señales de preocupación en Estados Unidos y la Unión Europea.
SUPERPODERES
El decreto, emitido el jueves, es parte del esfuerzo del nuevo Gobierno por consolidarse tras hacer a un lado en agosto a funcionarios de la era Mubarak.
También deja en evidencia que el movimiento político de Mursi no confía en sectores de la Justicia que no fueron renovados tras la salida de Mubarak, dado que la norma impide que las decisiones de Gobierno puedan ser revisadas por la justicia hasta que un nuevo Parlamento sea elegido el año próximo.