Crean una súpercomputadora con piezas de Lego
Ingenieros de la Universidad de Southampton y un nene de 6 años ensamblaron circuitos de Rasperry Pi y tarjetas SD con los famosos ladrillitos de plástico, sumaron el sistema operativo Lynux y ¡listo!
Londres, Clarín
Los bloques de Lego están dejando de ser un juego de niños para convertirse en un nuevo instrumento capaz de servir para la construcción de una nueva generación de auténticas supercomputadoras.
La idea fue de un equipo de ingenieros de la Universidad de Southampton, en el sur de Inglaterra, que decidieron crear una súpercomputadora utilizando solamente circuitos integrados y piezas de Lego.
No hay que ilusionarse, sin embargo: la computadora no es barata, ya que cuesta unas 2.500 libras esterlinas o casi 4 mil dólares, pero al menos sus creadores publicaron un manual de instrucciones para una versión algo más accesible.
Según publicó la revista especializada Wired, además de los Lego, los ingenieros usan los circuitos de las computadoras llamadas Raspberry Pis, que corren sobre el sistema operativo Linux. Se trata de miniordenadores del tamaño de una tarjeta de crédito, desarrollados en Gran Bretaña para estimular la enseñanza de informática básica en las escuelas.
Simon Cox, el jefe del equipo, explicó que quería volver accesible la computación a los amantes de los hobbies, sobre todo a los niños como su hijo James, de apenas seis años.
"Nuestro objetivo es lograr que algún niño diga: "Esto está bueno, ¿mamá y papá, puedo intentarlo?".
El equipo de Cox está formado por Richard Boardman, Andy Everett, Steven Johnston, Gereon Kaiping, Neil O'Brien, Mark Scott y Oz Parchment, junto a quienes trabajó James Cox, su hijo de 6 años, y quien aportó todos su conocimientos como "especialista" en el uso de Lego.
"Tan pronto como fuimos capaces de tener suficientes computadoras Raspberry Pi queríamos ver si era posible unirlas en una supercomputadora. Hemos instalado y construido todo el software necesario basado en Pi y hemos publicado una guía para que la gente pueda construir su propia computadora", contó Cox, orgulloso de tener a su hijo entre los expertos.
La máquina, llamada «Iridis-Pi" en horno a Iridis, la supercomputadora de la universidad, funciona con una sola toma de corriente 13 amperes y utiliza MPI (Message Passing Interface) para comunicarse entre nodos de Ethernet. Cuenta con un total de 64 procesadores y 1 TB de memoria (16 GB de tarjetas SD para cada Rasperry Pi).
Profesor de Métodos Computacionales en Southampton, Cox tiene detrás un largo trabajo en pos de democratizar el acceso a las supercomputadoras.
A fines de los años 90, trabajó en la primera supercomputadora basada en Windows, bajando a algunas decenas de miles de dólares una tecnología que por entonces costaba millones.
Ahora, el uso de los Raspberry Pis parece ser el siguiente paso lógico en este camino. Y aunque Cox sabe que el costo sigue siendo alto para un simple aficionado a las computadoras y los hobbies, también afirma que el sistema ofrece nuevas potencialidades a partir de circuitos que sólo cuestan 35 dólares (el precio de cada Raspberry Pi). A ello hay que sumarle el costo de los ladrillitos Lego, de las tarjetas de memoria SD para almacenar datos por un terabyte, y del software llamado MPI para manejar las comunicaciones entre los nodos individuales del conjunto.
Londres, Clarín
Los bloques de Lego están dejando de ser un juego de niños para convertirse en un nuevo instrumento capaz de servir para la construcción de una nueva generación de auténticas supercomputadoras.
La idea fue de un equipo de ingenieros de la Universidad de Southampton, en el sur de Inglaterra, que decidieron crear una súpercomputadora utilizando solamente circuitos integrados y piezas de Lego.
No hay que ilusionarse, sin embargo: la computadora no es barata, ya que cuesta unas 2.500 libras esterlinas o casi 4 mil dólares, pero al menos sus creadores publicaron un manual de instrucciones para una versión algo más accesible.
Según publicó la revista especializada Wired, además de los Lego, los ingenieros usan los circuitos de las computadoras llamadas Raspberry Pis, que corren sobre el sistema operativo Linux. Se trata de miniordenadores del tamaño de una tarjeta de crédito, desarrollados en Gran Bretaña para estimular la enseñanza de informática básica en las escuelas.
Simon Cox, el jefe del equipo, explicó que quería volver accesible la computación a los amantes de los hobbies, sobre todo a los niños como su hijo James, de apenas seis años.
"Nuestro objetivo es lograr que algún niño diga: "Esto está bueno, ¿mamá y papá, puedo intentarlo?".
El equipo de Cox está formado por Richard Boardman, Andy Everett, Steven Johnston, Gereon Kaiping, Neil O'Brien, Mark Scott y Oz Parchment, junto a quienes trabajó James Cox, su hijo de 6 años, y quien aportó todos su conocimientos como "especialista" en el uso de Lego.
"Tan pronto como fuimos capaces de tener suficientes computadoras Raspberry Pi queríamos ver si era posible unirlas en una supercomputadora. Hemos instalado y construido todo el software necesario basado en Pi y hemos publicado una guía para que la gente pueda construir su propia computadora", contó Cox, orgulloso de tener a su hijo entre los expertos.
La máquina, llamada «Iridis-Pi" en horno a Iridis, la supercomputadora de la universidad, funciona con una sola toma de corriente 13 amperes y utiliza MPI (Message Passing Interface) para comunicarse entre nodos de Ethernet. Cuenta con un total de 64 procesadores y 1 TB de memoria (16 GB de tarjetas SD para cada Rasperry Pi).
Profesor de Métodos Computacionales en Southampton, Cox tiene detrás un largo trabajo en pos de democratizar el acceso a las supercomputadoras.
A fines de los años 90, trabajó en la primera supercomputadora basada en Windows, bajando a algunas decenas de miles de dólares una tecnología que por entonces costaba millones.
Ahora, el uso de los Raspberry Pis parece ser el siguiente paso lógico en este camino. Y aunque Cox sabe que el costo sigue siendo alto para un simple aficionado a las computadoras y los hobbies, también afirma que el sistema ofrece nuevas potencialidades a partir de circuitos que sólo cuestan 35 dólares (el precio de cada Raspberry Pi). A ello hay que sumarle el costo de los ladrillitos Lego, de las tarjetas de memoria SD para almacenar datos por un terabyte, y del software llamado MPI para manejar las comunicaciones entre los nodos individuales del conjunto.