Aviones sirios bombardean base rebelde cerca frontera turca
Bukulmez, Reuters
Aviones de guerra sirios bombardearon el lunes una base rebelde ubicada cerca de la frontera con Turquía, sin dar en el blanco, pero provocaron que cientos de sirios huyeran al otro lado de la frontera.
El ataque contra el Ejército de Siria Libre en Atima, a 2 kilómetros de la frontera, tuvo lugar un día antes de que funcionarios turcos y de la OTAN comenzarían a evaluar dónde colocar misiles tierra-aire cerca de la frontera de 900 kilómetros.
Turquía, un gran partidario de los insurgentes que combaten para derrocar al presidente Bashar al-Assad, ha enviado en reiteradas oportunidades aviones de combate a lo largo de la frontera conjunta y ha respondido cuando proyectiles de mortero sirios han caído dentro de Turquía.
Pero Ankara, que rechazó las quejas de que los misiles Patriot son "provocativos", remarcó que sólo serían usados para defender el territorio turco, no para crear una zona de exclusión aérea dentro de Siria, deseada por los rebeldes para neutralizar el enorme poder aéreo de Assad.
La ofensiva del lunes fue una de las más cercanas a la frontera turca realizadas por cazas sirios.
Rebeldes dispararon artillería antiaérea contra los aviones de combate, pero estaban volando demasiado alto como para ser alcanzados, dijeron activistas. "Creo que la razón para la incursión pudo haber tenido algo que ver con mayores movimientos de armas (desde Turquía)", comentó un activista de oposición que se identificó como Ahmed.
Varios cientos de sirios huyeron hacia Turquía tras el ataque y el Ejército turco se ocupaba de ellos. Al menos dos personas heridas fueron transportadas al otro lado de la frontera.
Tras 20 meses de conflicto, los rebeldes han endurecido su control sobre zonas agrícolas y centros urbanos al este y noreste de Damasco, y han capturado una serie de bases militares en los últimos 10 días.
DESPLIEGUE DE PATRIOT
Un equipo conjunto turco/OTAN comenzará a trabajar el martes en la evaluación sobre dónde colocar los misiles Patriot, cuántos serán necesarios y el número de tropas extranjeras que serán enviados para operarlos.
Turquía está renuente a verse involucrada en los combates, pero la proximidad de los bombardeos sirios a sus fronteras está inquietando a sus autoridades.
El país está preocupado sobre las armas químicas de su vecino, la crisis de refugiados en su frontera y lo que dice que es el respaldo sirio a militantes kurdos en su propio territorio.
Activistas sostienen que más de 40.000 personas han muerto en la guerra civil de Siria, que comenzó con protestas pacíficas en busca de reformas, pero se transformó en exigencias para derrocar el mandato dinástico de 42 años de Assad y de su difunto padre, Hafez al-Assad.
Los ataques de principalmente rebeldes musulmanes suníes contra las fuerzas de Assad se han vuelto cada vez más efectivas y mortales.
El mandatario, que pertenece a la minoría alauita vinculada al Islam chií, ha respondido con una devastadora artillería y bombardeos aéreos.
Cientos de miles de sirios han huido del país y más de 2 millones más han sido desplazados. La oposición dijo la semana pasada que se necesitarán 60.000 millones de dólares para la reconstrucción.
Entre las instalaciones militares capturadas por los rebeldes en los últimos 10 días figuran una importante en la provincia norteña de Aleppo y varias bases alrededor de la capital, Damasco.
El lunes, activistas dijeron que los rebeldes habían tomado el control de la represa Tishreen, en el río Eufrates, al este de Aleppo.
Aviones de guerra sirios bombardearon el lunes una base rebelde ubicada cerca de la frontera con Turquía, sin dar en el blanco, pero provocaron que cientos de sirios huyeran al otro lado de la frontera.
El ataque contra el Ejército de Siria Libre en Atima, a 2 kilómetros de la frontera, tuvo lugar un día antes de que funcionarios turcos y de la OTAN comenzarían a evaluar dónde colocar misiles tierra-aire cerca de la frontera de 900 kilómetros.
Turquía, un gran partidario de los insurgentes que combaten para derrocar al presidente Bashar al-Assad, ha enviado en reiteradas oportunidades aviones de combate a lo largo de la frontera conjunta y ha respondido cuando proyectiles de mortero sirios han caído dentro de Turquía.
Pero Ankara, que rechazó las quejas de que los misiles Patriot son "provocativos", remarcó que sólo serían usados para defender el territorio turco, no para crear una zona de exclusión aérea dentro de Siria, deseada por los rebeldes para neutralizar el enorme poder aéreo de Assad.
La ofensiva del lunes fue una de las más cercanas a la frontera turca realizadas por cazas sirios.
Rebeldes dispararon artillería antiaérea contra los aviones de combate, pero estaban volando demasiado alto como para ser alcanzados, dijeron activistas. "Creo que la razón para la incursión pudo haber tenido algo que ver con mayores movimientos de armas (desde Turquía)", comentó un activista de oposición que se identificó como Ahmed.
Varios cientos de sirios huyeron hacia Turquía tras el ataque y el Ejército turco se ocupaba de ellos. Al menos dos personas heridas fueron transportadas al otro lado de la frontera.
Tras 20 meses de conflicto, los rebeldes han endurecido su control sobre zonas agrícolas y centros urbanos al este y noreste de Damasco, y han capturado una serie de bases militares en los últimos 10 días.
DESPLIEGUE DE PATRIOT
Un equipo conjunto turco/OTAN comenzará a trabajar el martes en la evaluación sobre dónde colocar los misiles Patriot, cuántos serán necesarios y el número de tropas extranjeras que serán enviados para operarlos.
Turquía está renuente a verse involucrada en los combates, pero la proximidad de los bombardeos sirios a sus fronteras está inquietando a sus autoridades.
El país está preocupado sobre las armas químicas de su vecino, la crisis de refugiados en su frontera y lo que dice que es el respaldo sirio a militantes kurdos en su propio territorio.
Activistas sostienen que más de 40.000 personas han muerto en la guerra civil de Siria, que comenzó con protestas pacíficas en busca de reformas, pero se transformó en exigencias para derrocar el mandato dinástico de 42 años de Assad y de su difunto padre, Hafez al-Assad.
Los ataques de principalmente rebeldes musulmanes suníes contra las fuerzas de Assad se han vuelto cada vez más efectivas y mortales.
El mandatario, que pertenece a la minoría alauita vinculada al Islam chií, ha respondido con una devastadora artillería y bombardeos aéreos.
Cientos de miles de sirios han huido del país y más de 2 millones más han sido desplazados. La oposición dijo la semana pasada que se necesitarán 60.000 millones de dólares para la reconstrucción.
Entre las instalaciones militares capturadas por los rebeldes en los últimos 10 días figuran una importante en la provincia norteña de Aleppo y varias bases alrededor de la capital, Damasco.
El lunes, activistas dijeron que los rebeldes habían tomado el control de la represa Tishreen, en el río Eufrates, al este de Aleppo.