Investigación asocia el exceso de estrés con el riesgo cardíaco
Nueva York, Reuters
Las personas expuestas a altos niveles de estrés cotidiano son más propensas a desarrollar enfermedad cardíaca que los que no padecen tanta tensión, según indica una revisión de estudios que ofrece una nueva mirada a los resultados más importantes de la literatura médica.
"Todos sabemos que el estrés es malo para el corazón (...), pero las pruebas quedaron dispersas en el tiempo", dijo Donald Edmundson, profesor del Centro Médico de la Columbia University y coautor del análisis.
A partir de un estudio británico de los años 60, en el que los autores habían identificado un aumento del riesgo de desarrollar enfermedad coronaria en los pobres, los investigadores comenzaron a relacionar el estrés con la mala salud cardíaca.
Y este año, un estudio sobre 200.000 personas de Europa demostró que las personas con ocupaciones estresantes eran más propensas que el resto de los trabajadores a que se les diagnosticara enfermedad cardíaca.
El equipo de Edmundson reunió los resultados de seis ensayos clínicos, sobre un total de casi 118.000 personas, que habían respondido cuestionarios sobre el nivel de estrés en sus vidas. Ninguno tenía enfermedad cardíaca al inicio de los estudios.
Durante los períodos de seguimiento (entre tres y 21 años), los autores determinaron cuántos participantes desarrollaron enfermedad coronaria, que es cuando las arterias cardíacas se estrechan por la acumulación de placas de colesterol y pueden romperse y obstruir el flujo sanguíneo o causar infartos.
Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos estiman que la enfermedad coronaria es la principal causa de muerte de hombres y mujeres estadounidenses, con más de 400.000 muertes por año.
La revisión mostró que los participantes estresados eran un 27 por ciento más propensos a padecer enfermedad coronaria o a quedar hospitalizados o morir por la enfermedad.
Para Edmundson, ese aumento del riesgo cardíaco por el estrés equivale a fumar cinco cigarrillos por día. Aun así, no existe una prueba irrefutable de que el estrés cause trastornos cardíacos.
Una explicación podría ser que eleva las hormonas en sangre que pueden dañar el corazón. Además, las personas estresadas tendrían hábitos no tan saludables, "como fumar, optar por alimentos poco saludables, ser más sedentarios, etcétera. Estos mecanismos interactúan, lo que suma complicaciones", dijo el doctor Demosthenes Panagiotakos, profesor de la Universidad Harokopio de Atenas, quien no participó del estudio.
Por correo electrónico, Panagiotakos opinó que la revisión de Edmundson respalda la relación entre el estrés y la enfermedad cardíaca, "aunque eso surge sólo de seis estudios importantes, algo que dificulta una inferencia causal".
Edmundson recomendó reducir el estrés con ejercicio, yoga y meditación.
"El ejercicio y las buenas técnicas de reducción de estrés conocidas son, probablemente, y aunque aún no se realizó el estudio, lo mejor para la población saludable que quiere reducir el riesgo de que avance la enfermedad cardíaca", sostuvo el autor.
Las personas expuestas a altos niveles de estrés cotidiano son más propensas a desarrollar enfermedad cardíaca que los que no padecen tanta tensión, según indica una revisión de estudios que ofrece una nueva mirada a los resultados más importantes de la literatura médica.
"Todos sabemos que el estrés es malo para el corazón (...), pero las pruebas quedaron dispersas en el tiempo", dijo Donald Edmundson, profesor del Centro Médico de la Columbia University y coautor del análisis.
A partir de un estudio británico de los años 60, en el que los autores habían identificado un aumento del riesgo de desarrollar enfermedad coronaria en los pobres, los investigadores comenzaron a relacionar el estrés con la mala salud cardíaca.
Y este año, un estudio sobre 200.000 personas de Europa demostró que las personas con ocupaciones estresantes eran más propensas que el resto de los trabajadores a que se les diagnosticara enfermedad cardíaca.
El equipo de Edmundson reunió los resultados de seis ensayos clínicos, sobre un total de casi 118.000 personas, que habían respondido cuestionarios sobre el nivel de estrés en sus vidas. Ninguno tenía enfermedad cardíaca al inicio de los estudios.
Durante los períodos de seguimiento (entre tres y 21 años), los autores determinaron cuántos participantes desarrollaron enfermedad coronaria, que es cuando las arterias cardíacas se estrechan por la acumulación de placas de colesterol y pueden romperse y obstruir el flujo sanguíneo o causar infartos.
Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos estiman que la enfermedad coronaria es la principal causa de muerte de hombres y mujeres estadounidenses, con más de 400.000 muertes por año.
La revisión mostró que los participantes estresados eran un 27 por ciento más propensos a padecer enfermedad coronaria o a quedar hospitalizados o morir por la enfermedad.
Para Edmundson, ese aumento del riesgo cardíaco por el estrés equivale a fumar cinco cigarrillos por día. Aun así, no existe una prueba irrefutable de que el estrés cause trastornos cardíacos.
Una explicación podría ser que eleva las hormonas en sangre que pueden dañar el corazón. Además, las personas estresadas tendrían hábitos no tan saludables, "como fumar, optar por alimentos poco saludables, ser más sedentarios, etcétera. Estos mecanismos interactúan, lo que suma complicaciones", dijo el doctor Demosthenes Panagiotakos, profesor de la Universidad Harokopio de Atenas, quien no participó del estudio.
Por correo electrónico, Panagiotakos opinó que la revisión de Edmundson respalda la relación entre el estrés y la enfermedad cardíaca, "aunque eso surge sólo de seis estudios importantes, algo que dificulta una inferencia causal".
Edmundson recomendó reducir el estrés con ejercicio, yoga y meditación.
"El ejercicio y las buenas técnicas de reducción de estrés conocidas son, probablemente, y aunque aún no se realizó el estudio, lo mejor para la población saludable que quiere reducir el riesgo de que avance la enfermedad cardíaca", sostuvo el autor.