El Gobierno español pide a Europa una voz única frente al independentismo
Rajoy protesta ante la Comisión por las tesis de su vicepresidenta sobre Cataluña
Luis Doncel
Bruselas, El País
El Gobierno español ha remitido una carta a la vicepresidenta de la Comisión Europea (CE), Viviane Reding, en la que le recuerda que los tratados no autorizan a ningún país a ser miembro de la Unión Europea tras separarse de otro Estado miembro, en referencia a los planes soberanistas de la Generalitat de Cataluña. El Ejecutivo de Rajoy ha utilizado la misiva para llamar la atención a la vicepresidenta, que afirmó que la legislación internacional “no dice nada” acerca de la obligada salida de los organismos internacionales de la parte de un territorio que se independice de un Estado miembro.
Viviane Reding defendió, en el Diario de Sevilla, “la mentalidad europea de los catalanes” y señaló: “No querría inmiscuirme en asuntos de política española, pero no pienso ni por un segundo que Cataluña quiera dejar la Unión Europea. Conozco a los catalanes desde hace mucho tiempo, he sido una de las pocas personas no catalanas en recibir la Cruz de Sant Jordi, y sé que su sentimiento es profundamente europeo”.
Las palabras de Reding provocaron la rápida reacción del Gobierno de Mariano Rajoy reclamando a la vicepresidenta que siga las tesis que los tratados señalan frente al independentismo, y que la Comisión se muestre con una sola voz ante la posible independencia de Cataluña y la opción de que un territorio de España pueda ingresar en la UE.
En cualquier caso, la Comisión ha dado respuesta, durante los últimos años, a la pregunta de si una región que se escindiera de un Estado miembro seguiría perteneciendo a la UE.
En respuesta a una pregunta formulada por un eurodiputado británico en 2004, Bruselas aclaró que “una región independiente nueva se convertiría, por el hecho de su independencia, en un país tercero respecto de la Unión y los tratados no se aplicarían en su territorio desde el día de su independencia”. Por tanto, si quisiera formar parte de la UE, tendría que presentar una solicitud de adhesión, que debería ser aceptada por unanimidad por el Consejo Europeo que reúne a los jefes de Estado y de Gobierno de cada Estado miembro, es decir, que cualquier país miembro podría vetar su ingreso.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ya señaló que la independencia de Cataluña “colocaría a esta región en la ilegalidad de la Unión Europea” y en la perspectiva de “estar fuera de Europa por tiempo indefinido, casi eterno”.
García- Margallo explicó que el Tratado fundacional de la UE determina que los temas internos corresponden a cada uno de los Estados y remite a su normativa interna. En este caso, la Constitución en la que “no tiene cabida el intento de separación” de una parte del territorio nacional, según indicó el ministro. El responsable de Exteriores indicó además que las nuevas adhesiones a la UE han de ser decididas por unanimidad, por lo que “se trata de un camino sin salida”, dando a entender que España se opondría a la entrada de Cataluña en Europa.
Luis Doncel
Bruselas, El País
El Gobierno español ha remitido una carta a la vicepresidenta de la Comisión Europea (CE), Viviane Reding, en la que le recuerda que los tratados no autorizan a ningún país a ser miembro de la Unión Europea tras separarse de otro Estado miembro, en referencia a los planes soberanistas de la Generalitat de Cataluña. El Ejecutivo de Rajoy ha utilizado la misiva para llamar la atención a la vicepresidenta, que afirmó que la legislación internacional “no dice nada” acerca de la obligada salida de los organismos internacionales de la parte de un territorio que se independice de un Estado miembro.
Viviane Reding defendió, en el Diario de Sevilla, “la mentalidad europea de los catalanes” y señaló: “No querría inmiscuirme en asuntos de política española, pero no pienso ni por un segundo que Cataluña quiera dejar la Unión Europea. Conozco a los catalanes desde hace mucho tiempo, he sido una de las pocas personas no catalanas en recibir la Cruz de Sant Jordi, y sé que su sentimiento es profundamente europeo”.
Las palabras de Reding provocaron la rápida reacción del Gobierno de Mariano Rajoy reclamando a la vicepresidenta que siga las tesis que los tratados señalan frente al independentismo, y que la Comisión se muestre con una sola voz ante la posible independencia de Cataluña y la opción de que un territorio de España pueda ingresar en la UE.
En cualquier caso, la Comisión ha dado respuesta, durante los últimos años, a la pregunta de si una región que se escindiera de un Estado miembro seguiría perteneciendo a la UE.
En respuesta a una pregunta formulada por un eurodiputado británico en 2004, Bruselas aclaró que “una región independiente nueva se convertiría, por el hecho de su independencia, en un país tercero respecto de la Unión y los tratados no se aplicarían en su territorio desde el día de su independencia”. Por tanto, si quisiera formar parte de la UE, tendría que presentar una solicitud de adhesión, que debería ser aceptada por unanimidad por el Consejo Europeo que reúne a los jefes de Estado y de Gobierno de cada Estado miembro, es decir, que cualquier país miembro podría vetar su ingreso.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ya señaló que la independencia de Cataluña “colocaría a esta región en la ilegalidad de la Unión Europea” y en la perspectiva de “estar fuera de Europa por tiempo indefinido, casi eterno”.
García- Margallo explicó que el Tratado fundacional de la UE determina que los temas internos corresponden a cada uno de los Estados y remite a su normativa interna. En este caso, la Constitución en la que “no tiene cabida el intento de separación” de una parte del territorio nacional, según indicó el ministro. El responsable de Exteriores indicó además que las nuevas adhesiones a la UE han de ser decididas por unanimidad, por lo que “se trata de un camino sin salida”, dando a entender que España se opondría a la entrada de Cataluña en Europa.