Ejército dice que rebeldes acceden a tregua en el Líbano
Trípoli, Reuters
El Ejército libanés acordó el martes un cese al fuego en la norteña ciudad de Trípoli tras dos noches de enfrentamientos entre hombres armados suníes y alauitas leales a los grupos que llevan adelante una guerra en la vecina Siria, dijo una fuente militar.
Al menos 10 personas murieron y 65 resultaron heridas en enfrentamientos armados en Trípoli, en una segunda noche de batallas entre suníes y alauitas leales a los distintos bandos de la guerra civil en la vecina Siria.
En la capital Beirut, la tensión cedió luego de que tropas se desplegaron en la ciudad el lunes para despejar las calles de hombres armados que se habían enfrentado el domingo por la noche.
La violencia estalló después del asesinato del alto funcionario de seguridad libanés Wissam al-Hassan, quien se oponía al Gobierno sirio, el viernes en el centro de Beirut.
Las bombas y enfrentamientos llevaron la guerra civil siria al corazón del Líbano y dispararon una crisis política, con la oposición reclamando la renuncia del primer ministro, Najib Mikati, el funcionario libanés más defensor de Damasco.
Las luchas en Trípoli tuvieron lugar entre las zonas vecinas de Bab al-Tabbaneh, bastión de los musulmanes suníes, y Jebel Mohsen, un distrito alauita.
Residentes dijeron que los combatientes intercambiaron disparos y lanzaron cohetes propulsados por granadas durante la noche y que los francotiradores estaban activos durante el día.
Una fuente militar dijo a Reuters que, tras conversaciones desarrolladas el martes con el Ejército, ambas partes acordaron un cese a las hostilidades. Pero por la tarde, residentes reportaron disparos ocasionales.
El Ejército dijo en un comunicado que desde el domingo ha arrestado a 100 personas, incluidos 34 sirios y cuatro palestinos, en un operativo de seguridad con el que se intenta que no haya más armas en las calles.
La fuerza destacó que sus oficiales recorrieron propiedades en Beirut y Trípoli en las que los rebeldes se ocultaban y secuestraron armas. Al menos 15 oficiales de las fuerzas de seguridad fueron heridos.
El martes por la mañana, el centro de Trípoli estaba colmado y el tránsito fluía libremente. Soldados del ejército libanés custodiaban en vehículos blindados equipados con armas pesadas. Los comercios cercanos a la zona de combate estaban cerrados.
Los musulmanes suníes de Trípoli respaldan a los rebeldes sirios que luchan por derrocar al presidente Bashar al-Assad, quienes en su mayoría son también suníes.
Assad es miembro de la secta alauita, una rama del islam chií. Puede contar con el apoyo de Hezbollah, un poderoso grupo armado libanés de origen musulmán chií que es parte del Gobierno de Mikati, al igual que de otros chiítas y alauitas que conforman el complejo escenario sectario y político del Líbano.
Líbano todavía sufre por la guerra civil de 1975-1990, que dejó a buena parte de Beirut en ruinas. Muchos libaneses temen que la guerra en Siria pueda hacer que el país reviva ese periodo, destrozando sus esfuerzos por revivir la ciudad como centro comercial, financiero y turístico.
Opositores han acusado a Siria de estar detrás del asesinato de Hassan.
El Ejército libanés acordó el martes un cese al fuego en la norteña ciudad de Trípoli tras dos noches de enfrentamientos entre hombres armados suníes y alauitas leales a los grupos que llevan adelante una guerra en la vecina Siria, dijo una fuente militar.
Al menos 10 personas murieron y 65 resultaron heridas en enfrentamientos armados en Trípoli, en una segunda noche de batallas entre suníes y alauitas leales a los distintos bandos de la guerra civil en la vecina Siria.
En la capital Beirut, la tensión cedió luego de que tropas se desplegaron en la ciudad el lunes para despejar las calles de hombres armados que se habían enfrentado el domingo por la noche.
La violencia estalló después del asesinato del alto funcionario de seguridad libanés Wissam al-Hassan, quien se oponía al Gobierno sirio, el viernes en el centro de Beirut.
Las bombas y enfrentamientos llevaron la guerra civil siria al corazón del Líbano y dispararon una crisis política, con la oposición reclamando la renuncia del primer ministro, Najib Mikati, el funcionario libanés más defensor de Damasco.
Las luchas en Trípoli tuvieron lugar entre las zonas vecinas de Bab al-Tabbaneh, bastión de los musulmanes suníes, y Jebel Mohsen, un distrito alauita.
Residentes dijeron que los combatientes intercambiaron disparos y lanzaron cohetes propulsados por granadas durante la noche y que los francotiradores estaban activos durante el día.
Una fuente militar dijo a Reuters que, tras conversaciones desarrolladas el martes con el Ejército, ambas partes acordaron un cese a las hostilidades. Pero por la tarde, residentes reportaron disparos ocasionales.
El Ejército dijo en un comunicado que desde el domingo ha arrestado a 100 personas, incluidos 34 sirios y cuatro palestinos, en un operativo de seguridad con el que se intenta que no haya más armas en las calles.
La fuerza destacó que sus oficiales recorrieron propiedades en Beirut y Trípoli en las que los rebeldes se ocultaban y secuestraron armas. Al menos 15 oficiales de las fuerzas de seguridad fueron heridos.
El martes por la mañana, el centro de Trípoli estaba colmado y el tránsito fluía libremente. Soldados del ejército libanés custodiaban en vehículos blindados equipados con armas pesadas. Los comercios cercanos a la zona de combate estaban cerrados.
Los musulmanes suníes de Trípoli respaldan a los rebeldes sirios que luchan por derrocar al presidente Bashar al-Assad, quienes en su mayoría son también suníes.
Assad es miembro de la secta alauita, una rama del islam chií. Puede contar con el apoyo de Hezbollah, un poderoso grupo armado libanés de origen musulmán chií que es parte del Gobierno de Mikati, al igual que de otros chiítas y alauitas que conforman el complejo escenario sectario y político del Líbano.
Líbano todavía sufre por la guerra civil de 1975-1990, que dejó a buena parte de Beirut en ruinas. Muchos libaneses temen que la guerra en Siria pueda hacer que el país reviva ese periodo, destrozando sus esfuerzos por revivir la ciudad como centro comercial, financiero y turístico.
Opositores han acusado a Siria de estar detrás del asesinato de Hassan.