China y América Latina, ¿una relación con futuro?
BBC Mundo
China cambia autoridades este noviembre en un momento crítico de la economía mundial. Mientras los países industrializados enfrentan años de incertidumbre y la misma economía china está enfriándose, su relación con América Latina parece ir viento en popa.
Entre 2001 y 2011 el comercio entre ambas regiones creció un 30% anual hasta rondar los US$ 24.000 millones el año pasado.China cambia autoridades este noviembre en un momento crítico de la economía mundial. Mientras los países industrializados enfrentan años de incertidumbre y la misma economía china está enfriándose, su relación con América Latina parece ir viento en popa.
Según los adalides de este acercamiento, se trata de una oportunidad única para que América Latina tenga una relación internacional más diversificada.
Según sus detractores, es una reedición del viejo modelo colonialista basado en la exportación de materias primas e importación de productos con valor agregado.
BBC Mundo dialogó sobre el tema con el profesor del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia China de Ciencias Sociales, Sun Hongbo.
En su reciente visita a cuatro países de América Latina, el premier Wen Jiabao indicó que quiere duplicar el comercio con América Latina en cinco años, además de abordar la posibilidad de un tratado de libre comercio con América Latina. ¿A qué se debe este creciente interés en la región?
A nivel comercial, el volumen del intercambio China-América Latina registró el año pasado un incremento de casi el 100% respecto a 2009. En Brasil, China ha desplazado a Estados Unidos como primer socio comercial.
Y no se trata solo de comercio. La inversión directa y los préstamos de China a la región se han incrementado de manera extraordinaria. A fines de 2011 la inversión llegó a alrededor de US$ 54.000 millones.
A esto se suman los préstamos comerciales del Banco de Exportación e importación chino y del Banco de Desarrollo chino que firmó líneas crediticias con 12 países latinoamericanos para más de 60 proyectos de desarrollo e infraestructura.
Este interés estratégico no se limita a lo económico. En el terreno diplomático, China ha formulado alianzas con América Latina en la ONU, la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y en el diálogo sobre Cambio Climático.
Hasta lo cultural, que había sido un poco relegado, está siendo por fin atendido. En los próximos cinco años habrá cinco mil becas para estudiantes latinoamericanos que quieran estudiar en China y se abrirán centros de promoción de la cultura china en la región.
Más allá de este interés estratégico, lo cierto es que los principales socios comerciales de China - Estados Unidos, la Unión Europea y Japón – tienen serios problemas económicos que muy probablemente les llevará años resolver. ¿Se puede decir que esta es una de las razones por la que China ha aumentado su interés en América Latina?
La actual crisis económica mundial ha creado oportunidades estratégicas para que China y América Latina refuercen sus relaciones. Si uno compara la relación actual con la que había antes de la crisis de 2008, es obvio que los lazos con la región se han intensificado.
Pero Estados Unidos, la UE y Japón representan dos terceras partes del consumo mundial. América Latina no puede competir con ese peso.
Tanto en China como en América Latina ha habido una notable expansión de la clase media que implica que el consumo doméstico va a tener un papel mucho más importante. A esto hay que añadir que tanto China como América Latina tienen ciertas ventajas como para avanzar hacia productos de valor agregado, a pesar de la dependencia de América Latina de sus productos primarios.
Precisamente Venezuela, Brasil, Argentina y Ecuador son los grandes destinatarios de préstamos chinos. Las prioridades chinas parecen claras en este listado: energía y alimentos. En América Latina existe preocupación de que la influencia china refuerce una primarización económica. ¿Es posible tener una relación bilateral más equilibrada?
Las relaciones entre China y América Latina son a la vez complementarias y de competencia. La preocupación que usted menciona surge de concentrarse más en la competencia que en la complementariedad. China no aspira a tener un superávit comercial con América Latina sino una relación equilibrada y sostenible.
El problema no es tener recursos naturales sino qué hacer con ellos. En toda industria, incluida la de los productos primarios, potencialmente hay un alto desarrollo tecnológico. Un reto para los países latinoamericanos es la plena explotación de ese potencial.
El Litio, por ejemplo. Argentina, Chile y Bolivia exportan litio como materia prima mientras que Japón, Corea del Sur y Estados Unidos lo utilizan en todo su valor agregado para la industria de las baterías.
Por supuesto que hay sectores como el textil, juguetes, zapatos y piezas de automóviles en los que hay competencia. Pero creo que China y América Latina pueden potenciar las cadenas de valor agregado global reforzando la inversión directa en el interior de una industria.
China y Mercosur van a iniciar los estudios preliminares para un tratado de libre comercio. ¿Cuáles son las dificultades y las ventajas que puede tener una asociación de este tipo?
Creo que es todavía prematuro hablar de tratado de libre comercio. Se va a necesitar que los miembros del Mercosur tengan una mayor coordinación y consenso sobre este tema.
El sector industrial del Mercosur muy probablemente se oponga a esta agenda. Queda un largo camino por recorrer.
¿Se puede decir que el creciente interés que mostró China durante la gira en junio del primer ministro Wen Jiabao es una política de estado? ¿Puede haber cambios con la elección de esta nueva cúpula del Partido Comunista?
El discurso del premier Wen Jiabao en la CEPAL en junio es la formulación de la política de estado china sobre América Latina. No habrá cambios en esta política. América Latina tiene que formular ahora su propia política en relación a China.