Al menos diez muertos en atentado en las afueras de Damasco
Damasco, AFP
Al menos diez personas murieron hoy por el estallido de un coche bomba en una zona de mayoría pro-gubernamental a las afueras de Damasco, la capital de Siria, informó hoy la televisión estatal.
El canal indicó que la explosión tuvo lugar en el área de Jaramana, de mayoría de población drusa y cristiana y que hasta ahora se había esforzado por mantenerse fuera del conflicto, en un nuevo indicio del fracaso del alto el fuego acordado por iniciativa del mediador internacional Lakhdar Brahimi. Entre los muertos hay mujeres y niños, indicó DPA.
"La crisis siria es muy, muy peligrosa, la situación es mala y se está poniendo peor", dijo Brahimi a la prensa en Moscú, donde se reunió con el ministro del Exterior ruso, Serguei Lavrov.
"Lamento mucho que este llamado a la tregua no haya sido escuchado, pero eso no nos desanimará. No nos desanimará porque Siria es muy importante y los habitantes de Siria merecen nuestro apoyo", añadió el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe.
Brahimi, que también visitará China, está buscando apoyo de los aliados del presidente Bashar al Assad para tratar de acabar con los 20 meses de conflicto en los que han muerto más de 34.000 personas.
Tanto Rusia como China han vetado tres resoluciones occidentales y apoyadas por la Liga Árabe en el Consejo de Seguridad en las que se condenaba al régimen sirio.
El enviado especial descartó que por ahora se planee una misión de cascos azules en Siria. Por su parte, Lavrov indicó que Rusia apoya que los observadores de la ONU vuelvan al país una vez se acabe la violencia.
Entretanto, el comando del Ejército sirio acusó hoy a los rebeldes de trabajar para "fragmentar y destruir" el país y que sus "flagrantes" violaciones de la tregua acordada lo demuestran, informa la televisión estatal de Siria.
Los rebeldes y el Ejército habían acordado el pasado jueves una tregua de cuatro días coincidiendo con la festividad musulmana del Sacrificio (Eid al Adha), pero el cese del fuego no se cumplió y hubo numerosos incidentes.
"Hay que hacer frente a estos grupos terroristas y hay que usar un puño de hierro para eliminarlos y salvar nuestra patria de su maldad", según un comunicado leído en la televisión en el último día de la tregua, que acaba esta noche.
Según los activistas, desde que comenzó el teórico cese de las hostilidades, hace tres días, han muerto más de 500 personas.
Las tropas y los rebeldes se acusan mutuamente de las violaciones a la tregua.
El lunes, aviones de la Fuerza Aérea bombardearon a las afueras de Damasco, sobre todo el área de Douma, después de que los rebeldes aseguraran haber tomado una colina donde el Ejército tenía posiciones de artillería.
En la norteña provincia de Idlib, los insurgentes aseguraron haber tomado las localidades de Silkeen, Harem y Darkoush. Según esas fuentes, los poblados son un elemento central para establecer una "zona libre" para los civiles cerca de la frontera con Turquía.
La violencia llegó una vez además a Turquía, desde donde el Ejército disparó contra territorio sirio después de que una granada siria cayera en un campo cerca del pueblo turco de Besaslan. Nadie resultó herido.
No está del todo claro quién está detrás de los ataques. Ankara cree que combatientes del separatista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) esté aprovechando el conflicto para controlar las zonas de Siria con población kurda en el norte del país y crear un Estado kurdo.
Al menos diez personas murieron hoy por el estallido de un coche bomba en una zona de mayoría pro-gubernamental a las afueras de Damasco, la capital de Siria, informó hoy la televisión estatal.
El canal indicó que la explosión tuvo lugar en el área de Jaramana, de mayoría de población drusa y cristiana y que hasta ahora se había esforzado por mantenerse fuera del conflicto, en un nuevo indicio del fracaso del alto el fuego acordado por iniciativa del mediador internacional Lakhdar Brahimi. Entre los muertos hay mujeres y niños, indicó DPA.
"La crisis siria es muy, muy peligrosa, la situación es mala y se está poniendo peor", dijo Brahimi a la prensa en Moscú, donde se reunió con el ministro del Exterior ruso, Serguei Lavrov.
"Lamento mucho que este llamado a la tregua no haya sido escuchado, pero eso no nos desanimará. No nos desanimará porque Siria es muy importante y los habitantes de Siria merecen nuestro apoyo", añadió el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe.
Brahimi, que también visitará China, está buscando apoyo de los aliados del presidente Bashar al Assad para tratar de acabar con los 20 meses de conflicto en los que han muerto más de 34.000 personas.
Tanto Rusia como China han vetado tres resoluciones occidentales y apoyadas por la Liga Árabe en el Consejo de Seguridad en las que se condenaba al régimen sirio.
El enviado especial descartó que por ahora se planee una misión de cascos azules en Siria. Por su parte, Lavrov indicó que Rusia apoya que los observadores de la ONU vuelvan al país una vez se acabe la violencia.
Entretanto, el comando del Ejército sirio acusó hoy a los rebeldes de trabajar para "fragmentar y destruir" el país y que sus "flagrantes" violaciones de la tregua acordada lo demuestran, informa la televisión estatal de Siria.
Los rebeldes y el Ejército habían acordado el pasado jueves una tregua de cuatro días coincidiendo con la festividad musulmana del Sacrificio (Eid al Adha), pero el cese del fuego no se cumplió y hubo numerosos incidentes.
"Hay que hacer frente a estos grupos terroristas y hay que usar un puño de hierro para eliminarlos y salvar nuestra patria de su maldad", según un comunicado leído en la televisión en el último día de la tregua, que acaba esta noche.
Según los activistas, desde que comenzó el teórico cese de las hostilidades, hace tres días, han muerto más de 500 personas.
Las tropas y los rebeldes se acusan mutuamente de las violaciones a la tregua.
El lunes, aviones de la Fuerza Aérea bombardearon a las afueras de Damasco, sobre todo el área de Douma, después de que los rebeldes aseguraran haber tomado una colina donde el Ejército tenía posiciones de artillería.
En la norteña provincia de Idlib, los insurgentes aseguraron haber tomado las localidades de Silkeen, Harem y Darkoush. Según esas fuentes, los poblados son un elemento central para establecer una "zona libre" para los civiles cerca de la frontera con Turquía.
La violencia llegó una vez además a Turquía, desde donde el Ejército disparó contra territorio sirio después de que una granada siria cayera en un campo cerca del pueblo turco de Besaslan. Nadie resultó herido.
No está del todo claro quién está detrás de los ataques. Ankara cree que combatientes del separatista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) esté aprovechando el conflicto para controlar las zonas de Siria con población kurda en el norte del país y crear un Estado kurdo.