Ryan arremete contra la falta de liderazgo internacional de Obama
El candidato republicano a la vicepresidencia ataca la “inconsistente” política exterior del presidente en la cumbre de votantes de su partido
Eva Sáiz
Washington, El País
El candidato republicano a la vicepresidencia, Paul Ryan, atacó este viernes con dureza la política exterior del presidente Barack Obama criticando su falta de liderazgo y su tibia respuesta ante las protestas extremistas en Oriente Próximo. Arropado por una audiencia enfervorecida, la que cada año acude a la cumbre de votantes republicana -donde se profundiza en los valores de ese Partido-, Ryan se mantuvo fiel a la consigna de su formación de arremeter contra Obama a cuenta de los ataques a las embajadas de Estados Unidos de los últimos días.
“La paz, la libertad y los valores de una sociedad civilizada tienen enemigos en este país, como nos lo acaban de recordar los sucesos de Egipto, Libia y Yemen”, explicó Ryan. “Estamos viendo imágenes de nuestra bandera siendo quemada y de nuestras embajadas asaltadas por manifestantes radicales, pero entre estas amenazas lo que no estamos viendo es un liderazgo americano consistente y continuo”, continuó.
Ryan empleó su tono sosegado y didáctico habitual pero su discurso fue implacable en sus críticas a la política exterior de Obama, en sintonía con las declaraciones de Mitt Romney de días atrás. Las protestas integristas en los países de Oriente Próximo han protagonizado la campaña republicana y la demócrata de la última semana con continuos intercambios entre ambos partidos acusándose mutuamente de reavivar los estallidos de violencia en la región.
“En los próximos años, América necesita una política exterior firme y con unos propósitos morales claros. Solo la puesta en práctica de la influencia de Estados Unidos puede acabar con la maldad y la violencia. Así es como se mantiene la paz y eso es lo que hará la Administración Romney-Ryan”, puntualizó el congresista por Wisconsin, cuyas palabras se ahogaron entre la ovación cerrada del público de la sala.
La “garantía republicana”
“Sí, sí ¡Cuánta razón!”, gritaba desde el fondo de la sala Macy Donaldson, una jubilada de 60 años que participa en la cumbre de votantes, que este año se celebra en Washington. Donaldson repitió como un mantra esa frase a lo largo de toda la intervención del candidato, tanto cuando habló de política exterior, como cuando lo hizo de economía -la parte más extensa de su discurso- o de asuntos sociales.
El dirigente republicano no fue duro con Obama únicamente respecto a su falta de liderazgo internacional, también se mostró muy beligerante con la posición de su Administración en torno al aborto, un tema sobre el que Ryan habló abiertamente por primera vez en la campaña desde que fuera designado candidato a la vicepresidencia a finales de julio pasado. “La Administración Obama defiende un derecho al aborto absoluto y sin restricciones, en cualquier momento y en cualquier circunstancia, incluso a costa de los contribuyentes”, arremetió Ryan con el auditorio puesto en pie. “En este mundo cada niño tiene un lugar y un propósito. Todos cuentan y la ley debería estar del lado de la vida”, afirmó.
Sus declaraciones en relación al aborto, mucho más contundentes que las de Romney en este asunto, terminaron de reafirmar a los asistentes a la cumbre de votantes en su convicción de que Ryan será el garante de las esencias republicanas de acceder a la Casa Blanca. “Romney es bastante tibio, Ryan es mucho más claro, sus trabajo en el Congreso me da mucha tranquilidad de cara al futuro”, le comentaba Frank Eriksen, una asidua las cumbres de votantes republicanas, a Katie Kramer, una voluntaria de una iglesia de Washington, en la cola para coger la comida preparada para los asistentes al cónclave. “Elegir a Ryan ha dado credibilidad política y fuerza a la campaña del candidato”, corroboraba, detrás, Patrik Feinstein, con sus manos aferradas a un libro con la cara de Obama titulado The Great destroyer [El gran destructor].
El discurso de Ryan entusiasmó a los presentes, algo no demasiado difícil teniendo en cuenta que en la cumbre en la que lo pronunció los asistentes ocupan el tiempo entre discurso y discurso de los dirigentes que intervienen paseando entre puestos de grupos pro vida, antimatrimonio gay y universidades especializadas en formar a los líderes republicanos del futuro, según sus eslóganes.
Eva Sáiz
Washington, El País
El candidato republicano a la vicepresidencia, Paul Ryan, atacó este viernes con dureza la política exterior del presidente Barack Obama criticando su falta de liderazgo y su tibia respuesta ante las protestas extremistas en Oriente Próximo. Arropado por una audiencia enfervorecida, la que cada año acude a la cumbre de votantes republicana -donde se profundiza en los valores de ese Partido-, Ryan se mantuvo fiel a la consigna de su formación de arremeter contra Obama a cuenta de los ataques a las embajadas de Estados Unidos de los últimos días.
“La paz, la libertad y los valores de una sociedad civilizada tienen enemigos en este país, como nos lo acaban de recordar los sucesos de Egipto, Libia y Yemen”, explicó Ryan. “Estamos viendo imágenes de nuestra bandera siendo quemada y de nuestras embajadas asaltadas por manifestantes radicales, pero entre estas amenazas lo que no estamos viendo es un liderazgo americano consistente y continuo”, continuó.
América necesita una política exterior firme y con unos propósitos morales claros. Solo la puesta en práctica de la influencia de Estados Unidos puede acabar con la maldad y la violencia"
Ryan empleó su tono sosegado y didáctico habitual pero su discurso fue implacable en sus críticas a la política exterior de Obama, en sintonía con las declaraciones de Mitt Romney de días atrás. Las protestas integristas en los países de Oriente Próximo han protagonizado la campaña republicana y la demócrata de la última semana con continuos intercambios entre ambos partidos acusándose mutuamente de reavivar los estallidos de violencia en la región.
“En los próximos años, América necesita una política exterior firme y con unos propósitos morales claros. Solo la puesta en práctica de la influencia de Estados Unidos puede acabar con la maldad y la violencia. Así es como se mantiene la paz y eso es lo que hará la Administración Romney-Ryan”, puntualizó el congresista por Wisconsin, cuyas palabras se ahogaron entre la ovación cerrada del público de la sala.
La “garantía republicana”
“Sí, sí ¡Cuánta razón!”, gritaba desde el fondo de la sala Macy Donaldson, una jubilada de 60 años que participa en la cumbre de votantes, que este año se celebra en Washington. Donaldson repitió como un mantra esa frase a lo largo de toda la intervención del candidato, tanto cuando habló de política exterior, como cuando lo hizo de economía -la parte más extensa de su discurso- o de asuntos sociales.
El dirigente republicano no fue duro con Obama únicamente respecto a su falta de liderazgo internacional, también se mostró muy beligerante con la posición de su Administración en torno al aborto, un tema sobre el que Ryan habló abiertamente por primera vez en la campaña desde que fuera designado candidato a la vicepresidencia a finales de julio pasado. “La Administración Obama defiende un derecho al aborto absoluto y sin restricciones, en cualquier momento y en cualquier circunstancia, incluso a costa de los contribuyentes”, arremetió Ryan con el auditorio puesto en pie. “En este mundo cada niño tiene un lugar y un propósito. Todos cuentan y la ley debería estar del lado de la vida”, afirmó.
Ryan habló abiertamente del aborto por primera vez en la campaña desde que fuera designado candidato a la vicepresidencia
Sus declaraciones en relación al aborto, mucho más contundentes que las de Romney en este asunto, terminaron de reafirmar a los asistentes a la cumbre de votantes en su convicción de que Ryan será el garante de las esencias republicanas de acceder a la Casa Blanca. “Romney es bastante tibio, Ryan es mucho más claro, sus trabajo en el Congreso me da mucha tranquilidad de cara al futuro”, le comentaba Frank Eriksen, una asidua las cumbres de votantes republicanas, a Katie Kramer, una voluntaria de una iglesia de Washington, en la cola para coger la comida preparada para los asistentes al cónclave. “Elegir a Ryan ha dado credibilidad política y fuerza a la campaña del candidato”, corroboraba, detrás, Patrik Feinstein, con sus manos aferradas a un libro con la cara de Obama titulado The Great destroyer [El gran destructor].
El discurso de Ryan entusiasmó a los presentes, algo no demasiado difícil teniendo en cuenta que en la cumbre en la que lo pronunció los asistentes ocupan el tiempo entre discurso y discurso de los dirigentes que intervienen paseando entre puestos de grupos pro vida, antimatrimonio gay y universidades especializadas en formar a los líderes republicanos del futuro, según sus eslóganes.