Occidente condena ataque en Bengasi; musulmanes denuncian película

Washington, AFP
Los occidentales condenaron este miércoles el ataque que costó la vida al embajador estadounidense en Libia, mientras en el mundo musulmán se multiplicaban las denuncias y manifestaciones contra la película considerada antiislámica.

"Estados Unidos condena en los términos más fuertes este ataque escandaloso y chocante. Actuaremos para poner a nuestros diplomáticos bajo seguridad con el gobierno libio", dijo Obama durante una intervención desde el Rosedal de la Casa Blanca, junto a la secretaria de Estado Hillary Clinton.

"Estados Unidos rechaza los esfuerzos destinados a denigrar las creencias religiosas de los otros, y todos debemos, de forma inequívoca, oponernos a esta violencia absurda que cuesta la vida a funcionarios", dijo también Obama.

El atentado también fue denunciado por los aliados europeos de Estados Unidos, empezando por París y Londres, motores del apoyo militar occidental a los rebeldes libios que desembocó en la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011.

"Francia pide a las autoridades libias que aclaren totalmente esos crímenes odiosos e inaceptables, que identifique a los responsables y los hagan comparecer ante la justicia", afirmó el presidente francés, François Hollande, en un comunicado.

Italia reaccionó también al más alto nivel. "Condenamos con la mayor firmeza este gesto atroz", declaró el jefe del gobierno, Mario Monti.

Desde El Cairo, donde se encuentra de visita, el ministro británico de Relaciones Exteriores, William Hague, condenó "el ataque brutal y absurdo", añadiendo que "esos diplomáticos no sólo servían a su propio país, Estados Unidos, sino también al pueblo libio", por cuya "paz y estabilidad" trabajaban.

"La ONU se opone a cualquier forma de calumnia en contra de una religión, pero no hay ninguna justificación para la violencia que tuvo lugar en Bengasi", dijo por su lado el secretario general adjunto para Asuntos Políticos de la ONU, Jeffrey Feltman.

El Vaticano, en tanto, condenó "las ofensas injustificadas y las provocaciones" contra los musulmanes, pero condenó "una violencia completamente inaceptable", en una clara alusión al atentado de Bengasi.

El presidente polaco, Bronislaw Komorowski, destacó que el atentado reforzará los temores de que emerjan en Libia y Egipto grupos cercanos a Al Qaida que "juegan con las emociones de la gente o las desencadenan".

"Es un proceso que nosotros ya temíamos, al tiempo que apoyábamos la Primavera árabe. Temíamos el surgimiento de elementos políticos que razonen en términos de fundamentalismo islamista, y de métodos políticos y militares radicales".

En cambio, en varios países musulmanes, las condenas iban dirigidas sobre todo a la película "La inocencia de los musulmanes", que motivó la manifestación que condujo al ataque del consulado en Bengasi.

La película, que se presenta como una descripción de la vida de Mahoma, "es ofensiva para el profeta e inmoral", dijo el gobierno egipcio en un comunicado.

El gobierno, no obstante, llamó al "gran pueblo de Egipto a expresar su cólera con moderación". Los Hermanos Musulmanes, principal fuerza política del país a la que pertenece el presidente Mohamed Mursi, convocaron manifestaciones pacíficas el viernes en todo el país.

Irán también denunció la película. El ministerio de Relaciones Exteriores reprochó al gobierno estadounidense "el silencio sistemático y continuado frente a este tipo de actos infames".

La presidencia afgana también consideró la película "inhumana y ofensiva".

En Túnez, un centenar de salafistas se manifestó por la tarde ante la embajada de Estados Unidos en protesta por la película.

Los occidentales condenaron este miércoles el ataque que costó la vida al embajador estadounidense en Libia, mientras en el mundo musulmán se multiplicaban las denuncias y manifestaciones contra la película considerada antiislámica.

"Condenamos con la mayor firmeza este gesto atroz", declaró el jefe del gobierno, Mario Monti.

Los occidentales condenaron este miércoles el ataque que costó la vida al embajador estadounidense en Libia, mientras en el mundo musulmán se multiplicaban las denuncias y manifestaciones contra la película considerada antiislámica.

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