Morsi pide a EE UU que acabe con el “crimen contra la Humanidad” del filme
El presidente egipcio promete en su visita a Bruselas proteger a los extranjeros en su país
Ricardo Martínez de Rituerto
Bruselas, El País
Mohamed Morsi, primer presidente elegido democráticamente en Egipto, se ha estrenado en la escena europea con un viaje a Bruselas, considerado por sus anfitriones comunitarios como revelador gesto del valor que El Cairo concede a una relación de privilegio con la UE. El viaje se produce cuando las calles del mundo islámico vibran de nuevo enfurecidas por un filme en torno a Mahoma que Morsi considera difamatorio y un “crimen contra la humanidad y contra el islam”. En vísperas de las marchas convocadas para el viernes por los Hermanos Musulmanes en Egipto, que tienen en máxima alerta a las legaciones occidentales, el presidente se ha comprometido en Bruselas a “proteger a nuestros huéspedes y visitantes extranjeros”. La vista de Morsi a Bruselas, seguida de otra a Roma, se ha visto empañada por el nuevo estallido de ira musulmana desencadenado por Inocencia de los musulmanes, una sátira que produjo su primer estallido sangriento el martes, con el asalto al Consulado de Estados Unidos en Bengasi (Libia) y la muerte de cuatro estadounidenses, entre ellos el embajador Christopher Stevens, protagonista desde la primera hora en la campaña para derrocar a Muamar el Gadafi.
José Manuel Durão Barroso, con quien desayunó, y Herman Van Rompuy, con quien almorzó, han estado de acuerdo con Morsi en condenar el ataque y las muertes de Bengasi. Los tres abundaron en el debido respeto a las creencias religiosas y el presidente egipcio hizo hincapié en que por mucho que duelan a los musulmanes agresiones morales como las de la película “no pueden ser tomadas como motivo para matar”. No obstante, Morsi cedió la iniciativa a Washington a la hora de poner fin a la crisis: “Pedimos a las autoridades de Estados Unidos que pongan fin a esto [la película], que es un crimen contra la humanidad y contra el islam”. A su juicio, elementos como esa obra “hacer peligrar las relaciones entre los pueblos del mundo”. Las pasiones desbordadas tienen en este viernes, día sagrado para los musulmanes, “el momento más crítico”, según una fuente diplomática de Estados Unidos. El propio Van Rompuy ha expresado en público ante Morsi su preocupación por lo que pueda acontecer a las representaciones diplomáticas europeas en la región. “Los egipcios no harán los que hemos visto” en otras latitudes, le aseguró su interlocutor, que dio fe de la responsabilidad del Estado egipcio: “Es nuestro deber proteger a nuestros huéspedes y visitantes extranjeros”.
Ricardo Martínez de Rituerto
Bruselas, El País
Mohamed Morsi, primer presidente elegido democráticamente en Egipto, se ha estrenado en la escena europea con un viaje a Bruselas, considerado por sus anfitriones comunitarios como revelador gesto del valor que El Cairo concede a una relación de privilegio con la UE. El viaje se produce cuando las calles del mundo islámico vibran de nuevo enfurecidas por un filme en torno a Mahoma que Morsi considera difamatorio y un “crimen contra la humanidad y contra el islam”. En vísperas de las marchas convocadas para el viernes por los Hermanos Musulmanes en Egipto, que tienen en máxima alerta a las legaciones occidentales, el presidente se ha comprometido en Bruselas a “proteger a nuestros huéspedes y visitantes extranjeros”. La vista de Morsi a Bruselas, seguida de otra a Roma, se ha visto empañada por el nuevo estallido de ira musulmana desencadenado por Inocencia de los musulmanes, una sátira que produjo su primer estallido sangriento el martes, con el asalto al Consulado de Estados Unidos en Bengasi (Libia) y la muerte de cuatro estadounidenses, entre ellos el embajador Christopher Stevens, protagonista desde la primera hora en la campaña para derrocar a Muamar el Gadafi.
José Manuel Durão Barroso, con quien desayunó, y Herman Van Rompuy, con quien almorzó, han estado de acuerdo con Morsi en condenar el ataque y las muertes de Bengasi. Los tres abundaron en el debido respeto a las creencias religiosas y el presidente egipcio hizo hincapié en que por mucho que duelan a los musulmanes agresiones morales como las de la película “no pueden ser tomadas como motivo para matar”. No obstante, Morsi cedió la iniciativa a Washington a la hora de poner fin a la crisis: “Pedimos a las autoridades de Estados Unidos que pongan fin a esto [la película], que es un crimen contra la humanidad y contra el islam”. A su juicio, elementos como esa obra “hacer peligrar las relaciones entre los pueblos del mundo”. Las pasiones desbordadas tienen en este viernes, día sagrado para los musulmanes, “el momento más crítico”, según una fuente diplomática de Estados Unidos. El propio Van Rompuy ha expresado en público ante Morsi su preocupación por lo que pueda acontecer a las representaciones diplomáticas europeas en la región. “Los egipcios no harán los que hemos visto” en otras latitudes, le aseguró su interlocutor, que dio fe de la responsabilidad del Estado egipcio: “Es nuestro deber proteger a nuestros huéspedes y visitantes extranjeros”.
En el marco de las relaciones formales con el Egipto democrático, que padece “una imagen en el exterior que no es una imagen justa”, en palabras de Barroso, la UE se dice dispuesta a contribuir a recuperar la confianza de los inversores en el país del Nilo. La Unión tiene ya comprometidos 449 millones de euros para el trienio 2011-2013 y prepara un plan de asistencia por valor de otros 500 para cuando concluyan las negociaciones de El Cairo con el Fondo Monetario Internacional, de las que dependen un préstamo de 4.800 millones de dólares. Bruselas también analiza una posible contribución de hasta 200 millones de euros de apoyo a un plan para la recuperación económica.Los Veintisiete, primer socio comercial de Egipto y primera fuente de inversión directa en el país, se guardan en cartera la posibilidad de establecer un área de libre comercio con El Cairo.