Los islamistas shebab de Somalia se retiran de Kismayo, su último bastión
Somalia, AFP
Los insurgentes islamistas shebab abandonaron su último bastión en Somalia, el puerto de Kismayo, tomado por asalto por las tropas kenianas, en lo que constituye el último de una serie de reveses militares islamistas que abren una nueva etapa para este país arrasado por 21 años de guerra civil.
"El comando militar de los shebab ordenó un repliegue táctico a medianoche" de Kismayo, declaró por teléfono a la AFP Alí Mohamud Rage, un portavoz del movimiento. Varios habitantes de este gran puerto del sur de Somalia, contactados por teléfono desde Mogadiscio por la AFP, confirmaron esta retirada, que se produce menos de 24 horas después del comienzo del asalto de las tropas keniatas integradas en la fuerza de la Unión Africana en Somalia (AMISOM).
El abandono de Kismayo culmina una serie de reveses militares que, desde hace un año, sufre este movimiento islamista ligado a Al Qaida y que trató de compensarlos multiplicando los atentados en la capital somalí, Mogadiscio, o en territorio keniata.
Los shebab, que combaten desde 2007 a las frágiles autoridades somalíes apoyadas por la comunidad internacional, pierden con Kismayo su pulmón económico de estos últimos años y el principal lugar de entrada de armas a través del océano Índico.
"De una apacible ciudad gobernada por la ley islámica, Kismayo se convertirá en un campo de batalla entre musulmanes y los invasores infieles", amenazó este sábado el movimiento islamista a través de su cuenta de Twitter.
Los shebab combatieron el viernes al contingente de soldados keniatas que desembarcó la noche del jueves al viernes en, al menos, dos playas cercanas a Kismayo, apoyados por helicópteros. Bombardeados por la artillería keniata, los islamistas abandonaron estos lugares sin que se sepa todavía dónde establecieron sus nuevas posiciones.
Llegados a Somalia el pasado mes de octubre, los soldados keniatas c
onquistaron a lo largo de los meses varias posiciones en el sur de Somalia, con el objetivo final declarado de tomar Kismayo. "Hemos recibido la orden de nuestros superiores de retirarnos de la ciudad. Se trata de una estrategia militar más amplia que hemos puesto en marcha contra el enemigo", declaró Cheikh Mohamed Abu Fatuma, un comandante shebab a la AFP.
"Escuchamos informaciones según las cuales los shebab abandonaron sus posiciones", comentó a la AFP Cyrus Oguna, portavoz del ejército keniata. "El norte de Kismayo está bajo nuestro control total (...) Todo lo que nos queda es avanzar en las zonas ocupadas hasta ahora por focos de combatientes shebab", declaró el portavoz militar.
Más de 12.000 civiles, según la ONU, abandonaron durante las últimas semanas por miedo a los combates la que es la segunda ciudad más grande del sur somalí, tras Mogadiscio, con una población estimada entre los 160.000 y los 190.000 habitantes. Kismayo era el último bastión en importancia todavía en manos de los shebab, que en agosto de 2011 ya se vieron obligados a abandonar sus posiciones en Mogadiscio.
Unas armas que habían estado en manos de los islamistas shebab, ligados a Al Qaeda, recuperadas por la misión de la Unión Africana, en una imagen tomada el sábado 22 de septiembre en Garsale, en Somalia.
Los insurgentes islamistas shebab abandonaron su último bastión en Somalia, el puerto de Kismayo, tomado por asalto por las tropas kenianas, en lo que constituye el último de una serie de reveses militares islamistas que abren una nueva etapa para este país arrasado por 21 años de guerra civil.
"El comando militar de los shebab ordenó un repliegue táctico a medianoche" de Kismayo, declaró por teléfono a la AFP Alí Mohamud Rage, un portavoz del movimiento. Varios habitantes de este gran puerto del sur de Somalia, contactados por teléfono desde Mogadiscio por la AFP, confirmaron esta retirada, que se produce menos de 24 horas después del comienzo del asalto de las tropas keniatas integradas en la fuerza de la Unión Africana en Somalia (AMISOM).
El abandono de Kismayo culmina una serie de reveses militares que, desde hace un año, sufre este movimiento islamista ligado a Al Qaida y que trató de compensarlos multiplicando los atentados en la capital somalí, Mogadiscio, o en territorio keniata.
Los shebab, que combaten desde 2007 a las frágiles autoridades somalíes apoyadas por la comunidad internacional, pierden con Kismayo su pulmón económico de estos últimos años y el principal lugar de entrada de armas a través del océano Índico.
"De una apacible ciudad gobernada por la ley islámica, Kismayo se convertirá en un campo de batalla entre musulmanes y los invasores infieles", amenazó este sábado el movimiento islamista a través de su cuenta de Twitter.
Los shebab combatieron el viernes al contingente de soldados keniatas que desembarcó la noche del jueves al viernes en, al menos, dos playas cercanas a Kismayo, apoyados por helicópteros. Bombardeados por la artillería keniata, los islamistas abandonaron estos lugares sin que se sepa todavía dónde establecieron sus nuevas posiciones.
Llegados a Somalia el pasado mes de octubre, los soldados keniatas c
onquistaron a lo largo de los meses varias posiciones en el sur de Somalia, con el objetivo final declarado de tomar Kismayo. "Hemos recibido la orden de nuestros superiores de retirarnos de la ciudad. Se trata de una estrategia militar más amplia que hemos puesto en marcha contra el enemigo", declaró Cheikh Mohamed Abu Fatuma, un comandante shebab a la AFP.
"Escuchamos informaciones según las cuales los shebab abandonaron sus posiciones", comentó a la AFP Cyrus Oguna, portavoz del ejército keniata. "El norte de Kismayo está bajo nuestro control total (...) Todo lo que nos queda es avanzar en las zonas ocupadas hasta ahora por focos de combatientes shebab", declaró el portavoz militar.
Más de 12.000 civiles, según la ONU, abandonaron durante las últimas semanas por miedo a los combates la que es la segunda ciudad más grande del sur somalí, tras Mogadiscio, con una población estimada entre los 160.000 y los 190.000 habitantes. Kismayo era el último bastión en importancia todavía en manos de los shebab, que en agosto de 2011 ya se vieron obligados a abandonar sus posiciones en Mogadiscio.
Unas armas que habían estado en manos de los islamistas shebab, ligados a Al Qaeda, recuperadas por la misión de la Unión Africana, en una imagen tomada el sábado 22 de septiembre en Garsale, en Somalia.