La minería, una palestra política en Sudáfrica
Johannesburgo, AFP
Sacudido por varios conflictos violentos, el sector minero sudafricano se ha convertido en un campo de batalla entre facciones rivales de la alianza que gobierna el país bajo la égida del Congreso Nacional Africano (CNA).
"Hasta diciembre vamos a tener cada vez más desórdenes porque los sindicatos están superpolitizados", anuncia Iraj Abedian, director general de Pan African Investments.
El CNA tiene previsto celebrar un congreso en diciembre en Mangaung, Bloenfontein, en el centro del país.
Distintas facciones del partido dominante y de sus aliados de la confederación sindical COSATU se enfrentan duramente en torno al presidente Jacob Zuma, que algunos juzgan demasiado cercano a la cúpula económica.
"Los sindicatos tienen un desempeño político y no de desarrollo de las relaciones sociales", lamenta Abedian, que opina que nadie "se ocupa de los problemas estructurales del sector minero".
El gobierno por su parte intenta desdramatizar la situación.
"Queremos tranquilizar a todos los actores y a la comunidad internacional, las minas continúan funcionando sin obstáculos en todo el país", dice el secretario general de la presidencia sudafricana, Collins Chabane.
Sin embargo, el ministro de comercio, Rob Davies, va a viajar a Londres para tranquilizar a los inversores.
El sector minero (carbón, oro, platino, diamantes y otros minerales), que emplea a más de un millón de personas y representa cerca del 20% del PIB de Sudáfrica, registra desde comienzos de 2012 una serie de movimientos sociales, a menudo violentos.
En febrero, murieron tres trabajadores de la mina de platino Impala Platinum y en agosto la huelga de la mina de Marikana (norte) causó 44 muertos, entre los cuales 34 mineros por disparos de la policía.
Los mineros de Marikana están en huelga desde el 10 de agosto pasado.
En cada conflicto, la autoridad del Sindicato Nacional de Mineros (NUM), fuerza principal de COSATU, es cuestionada por pequeñas organizaciones, como AMCU, que desencadenó la huelga en Marikana.
Esas organizaciones acusan al NUM de no hacer nada por los mineros, cuyas condiciones de trabajo y vida son precarias.
En las últimas semanas, Julius Malema, un dirigente político expulsado del Congreso Nacional Africano en abril pasado, añadió leña al fuego.
Exlíder de la organización juvenil del CNA, Malema se opone a Zuma y ataca a los blancos que, a pesar del fin del apartheid, siguen controlando el poder económico.
"La razón por la cual el propietario blanco de esta mina no escucha (...) se debe a que los dirigentes del ANC son accionistas de las minas", declaró Malema.
El enemigo principal de Malema es Cyril Ramaphosa, cofundador del sindicato NUM y líder de una larga huelga en 1985, en la época del apartheid.
Sin embargo, desde la llegada al poder del CNA, Ramaphosa se convirtió en un riquísimo hombre de negocios y forma parte del directorio de Lonmin.
"Los mineros despedidos o forzados a trabajar por un magro salario (...) son una tierra fértil para los mensaje de Malema", señaló el diario The Times del martes.
"Julius Malema busca desesperadamente una plataforma política para hacer ingobernable el país", denuncia el secretario general del NUM, Frans Baleni.
Para Baleni, los mineros en huelga fueron víctimas de agitadores a los que "siguieron porque necesitan dinero".
El presidente de COSATU, Zwelinzima Vavi, dice por su lado que la confederación sindical lucha por un salario mínimo de 4.500 rands (440 dólares).
Más de mitad de los sudafricanos ganan mucho menos, un promedio de 3.200.
Los trabajadores de Marikana, que ganan 4.500 rands, reclaman que se triplique su salario.
Mineros sudafricanos celebran en Ga-Rankuwa tras ser liberados de la detención policial el 3 de setiembre de 2012. Sacudido por varios conflictos violentos, el sector minero sudafricano se ha convertido en un campo de batalla entre facciones rivales de la alianza que gobierna el país bajo la égida del Congreso Nacional Africano (CNA).
Trabajadores del gigante sudafricano de la minería Lonmin reunidos en las colinas de Marikana, Sudáfrica, para honrar a los 44 fallecidos durante la represión policial de una huelga en el yacimiento de platino . indicó este sábado que casi un 60% de los mineros de uno de los dos grupos de extracción de platino de Marikana
Un grupo reza en el lugar donde fue abatido por la Policía sudafricana uno de los mineros huelguistas del yacimiento de platino de Lonmin, en Marikana, el viernes 31 de agosto de 2012.
El funeral de un minero y su madre, muertos por la violencia en el yacimiento de platino de la compañía Lonmin en Marikana, Sudáfrica, el sábado 1 de septiembre de 2012.
Sacudido por varios conflictos violentos, el sector minero sudafricano se ha convertido en un campo de batalla entre facciones rivales de la alianza que gobierna el país bajo la égida del Congreso Nacional Africano (CNA).
"Hasta diciembre vamos a tener cada vez más desórdenes porque los sindicatos están superpolitizados", anuncia Iraj Abedian, director general de Pan African Investments.
El CNA tiene previsto celebrar un congreso en diciembre en Mangaung, Bloenfontein, en el centro del país.
Distintas facciones del partido dominante y de sus aliados de la confederación sindical COSATU se enfrentan duramente en torno al presidente Jacob Zuma, que algunos juzgan demasiado cercano a la cúpula económica.
"Los sindicatos tienen un desempeño político y no de desarrollo de las relaciones sociales", lamenta Abedian, que opina que nadie "se ocupa de los problemas estructurales del sector minero".
El gobierno por su parte intenta desdramatizar la situación.
"Queremos tranquilizar a todos los actores y a la comunidad internacional, las minas continúan funcionando sin obstáculos en todo el país", dice el secretario general de la presidencia sudafricana, Collins Chabane.
Sin embargo, el ministro de comercio, Rob Davies, va a viajar a Londres para tranquilizar a los inversores.
El sector minero (carbón, oro, platino, diamantes y otros minerales), que emplea a más de un millón de personas y representa cerca del 20% del PIB de Sudáfrica, registra desde comienzos de 2012 una serie de movimientos sociales, a menudo violentos.
En febrero, murieron tres trabajadores de la mina de platino Impala Platinum y en agosto la huelga de la mina de Marikana (norte) causó 44 muertos, entre los cuales 34 mineros por disparos de la policía.
Los mineros de Marikana están en huelga desde el 10 de agosto pasado.
En cada conflicto, la autoridad del Sindicato Nacional de Mineros (NUM), fuerza principal de COSATU, es cuestionada por pequeñas organizaciones, como AMCU, que desencadenó la huelga en Marikana.
Esas organizaciones acusan al NUM de no hacer nada por los mineros, cuyas condiciones de trabajo y vida son precarias.
En las últimas semanas, Julius Malema, un dirigente político expulsado del Congreso Nacional Africano en abril pasado, añadió leña al fuego.
Exlíder de la organización juvenil del CNA, Malema se opone a Zuma y ataca a los blancos que, a pesar del fin del apartheid, siguen controlando el poder económico.
"La razón por la cual el propietario blanco de esta mina no escucha (...) se debe a que los dirigentes del ANC son accionistas de las minas", declaró Malema.
El enemigo principal de Malema es Cyril Ramaphosa, cofundador del sindicato NUM y líder de una larga huelga en 1985, en la época del apartheid.
Sin embargo, desde la llegada al poder del CNA, Ramaphosa se convirtió en un riquísimo hombre de negocios y forma parte del directorio de Lonmin.
"Los mineros despedidos o forzados a trabajar por un magro salario (...) son una tierra fértil para los mensaje de Malema", señaló el diario The Times del martes.
"Julius Malema busca desesperadamente una plataforma política para hacer ingobernable el país", denuncia el secretario general del NUM, Frans Baleni.
Para Baleni, los mineros en huelga fueron víctimas de agitadores a los que "siguieron porque necesitan dinero".
El presidente de COSATU, Zwelinzima Vavi, dice por su lado que la confederación sindical lucha por un salario mínimo de 4.500 rands (440 dólares).
Más de mitad de los sudafricanos ganan mucho menos, un promedio de 3.200.
Los trabajadores de Marikana, que ganan 4.500 rands, reclaman que se triplique su salario.
Mineros sudafricanos celebran en Ga-Rankuwa tras ser liberados de la detención policial el 3 de setiembre de 2012. Sacudido por varios conflictos violentos, el sector minero sudafricano se ha convertido en un campo de batalla entre facciones rivales de la alianza que gobierna el país bajo la égida del Congreso Nacional Africano (CNA).
Trabajadores del gigante sudafricano de la minería Lonmin reunidos en las colinas de Marikana, Sudáfrica, para honrar a los 44 fallecidos durante la represión policial de una huelga en el yacimiento de platino . indicó este sábado que casi un 60% de los mineros de uno de los dos grupos de extracción de platino de Marikana
Un grupo reza en el lugar donde fue abatido por la Policía sudafricana uno de los mineros huelguistas del yacimiento de platino de Lonmin, en Marikana, el viernes 31 de agosto de 2012.
El funeral de un minero y su madre, muertos por la violencia en el yacimiento de platino de la compañía Lonmin en Marikana, Sudáfrica, el sábado 1 de septiembre de 2012.