La eurozona ofrece un calendario estricto a España sin más condiciones
Se espera que Guindos sondee sobre el rescate a sus socios este viernes
Claudi Pérez
Bruselas, El País
El secreto de aburrir a la gente consiste en decirlo todo: quizá con la esperanza de evitar ese tostón, Bruselas y Madrid adoptan la actitud contraria, medias tintas y un continuo amagar y no dar acerca del rescate que lo deja casi todo abierto, a la espera de que el Gobierno se decida a dar ese paso, que está cantado a pesar de este juego del gato y el ratón. Si finalmente lo da, los socios del euro ofrecen a España un segundo rescate sin nuevas condiciones (en principio). Eso sí, apretarán las clavijas con un calendario de aplicación exigente que incluya todas y cada una de las medidas impuestas hasta ahora, que se cuentan por decenas, muchas de ellas aún en el aire a pesar de que el Ejecutivo sostiene que está en vías de cumplir. Olli Rehn y Joaquín Almunia, vicepresidentes de la Comisión, y una fuente oficial europea coinciden en señalar que “muchas de las condiciones que se pueden incluir, por no decir prácticamente todas las que se pueden imaginar, ya están en las recomendaciones, en el memorando de entendimiento [del primer rescate], en las correcciones de desequilibrios o en los programas de reformas estructurales”, según la versión que ofreció este lunes Almunia a Efe.
Ni Almunia ni Rehn coinciden, al menos verbalmente, con el presidente del BCE, Mario Draghi, que aludió a las “estrictas condiciones” a las que se verán sometidos los países que soliciten la ayuda al mecanismo de rescate, previa a la compra de bonos por parte del Eurobanco. “Es posible que las condiciones ya existentes se puedan considerar condiciones estrictas”, según el trabalenguas con el que se atrevió una fuente oficial europea, que se tradujo a sí misma posteriormente: “Hay una posibilidad clara de que los requisitos se basen en exclusiva o ampliamente en las condiciones existentes”.
Petición formal no, pero sí sondeo
Las mismas fuentes aseguraron que no se espera que España solicite formalmente la ayuda en el Eurogrupo del viernes en Chipre. El calendario no acompaña: mañana hay elecciones en Holanda y se conocerá una sentencia clave del Constitucional alemán sobre el mecanismo de rescate, y faltan aún varias semanas para que la troika (Comisión, BCE y FMI) se pronuncie sobre Grecia, el otro gran dolor de muelas europeo.
Pese a que el ministro Luis de Guindos rehuirá esa solicitud en Chipre, sí sondeará a los socios sobre las condiciones que quieran imponer. La historia se repite: en todos los rescates anteriores las autoridades nacionales han tanteado las condiciones antes de pedir el rescate. Inicialmente parecen laxas: se trata de invitar al país en cuestión a que pida la ayuda. Pero en todos los casos el resultado final ha sido del todo menos suave. Así sucedió con Grecia, Portugal e Irlanda. Y con España, cuyo rescate bancario escondía un pliego con 32 condiciones y exigencias fiscales, que tantas veces negó Mariano Rajoy.
Claudi Pérez
Bruselas, El País
El secreto de aburrir a la gente consiste en decirlo todo: quizá con la esperanza de evitar ese tostón, Bruselas y Madrid adoptan la actitud contraria, medias tintas y un continuo amagar y no dar acerca del rescate que lo deja casi todo abierto, a la espera de que el Gobierno se decida a dar ese paso, que está cantado a pesar de este juego del gato y el ratón. Si finalmente lo da, los socios del euro ofrecen a España un segundo rescate sin nuevas condiciones (en principio). Eso sí, apretarán las clavijas con un calendario de aplicación exigente que incluya todas y cada una de las medidas impuestas hasta ahora, que se cuentan por decenas, muchas de ellas aún en el aire a pesar de que el Ejecutivo sostiene que está en vías de cumplir. Olli Rehn y Joaquín Almunia, vicepresidentes de la Comisión, y una fuente oficial europea coinciden en señalar que “muchas de las condiciones que se pueden incluir, por no decir prácticamente todas las que se pueden imaginar, ya están en las recomendaciones, en el memorando de entendimiento [del primer rescate], en las correcciones de desequilibrios o en los programas de reformas estructurales”, según la versión que ofreció este lunes Almunia a Efe.
Ni Almunia ni Rehn coinciden, al menos verbalmente, con el presidente del BCE, Mario Draghi, que aludió a las “estrictas condiciones” a las que se verán sometidos los países que soliciten la ayuda al mecanismo de rescate, previa a la compra de bonos por parte del Eurobanco. “Es posible que las condiciones ya existentes se puedan considerar condiciones estrictas”, según el trabalenguas con el que se atrevió una fuente oficial europea, que se tradujo a sí misma posteriormente: “Hay una posibilidad clara de que los requisitos se basen en exclusiva o ampliamente en las condiciones existentes”.
Petición formal no, pero sí sondeo
Las mismas fuentes aseguraron que no se espera que España solicite formalmente la ayuda en el Eurogrupo del viernes en Chipre. El calendario no acompaña: mañana hay elecciones en Holanda y se conocerá una sentencia clave del Constitucional alemán sobre el mecanismo de rescate, y faltan aún varias semanas para que la troika (Comisión, BCE y FMI) se pronuncie sobre Grecia, el otro gran dolor de muelas europeo.
Pese a que el ministro Luis de Guindos rehuirá esa solicitud en Chipre, sí sondeará a los socios sobre las condiciones que quieran imponer. La historia se repite: en todos los rescates anteriores las autoridades nacionales han tanteado las condiciones antes de pedir el rescate. Inicialmente parecen laxas: se trata de invitar al país en cuestión a que pida la ayuda. Pero en todos los casos el resultado final ha sido del todo menos suave. Así sucedió con Grecia, Portugal e Irlanda. Y con España, cuyo rescate bancario escondía un pliego con 32 condiciones y exigencias fiscales, que tantas veces negó Mariano Rajoy.