La competencia con China se cruza en la campaña electoral
Washington considera que las subvenciones que hace Pekín “proporcionan una ventaja injusta” a los fabricantes chinos
Yolanda Monge
Washington, El País
Tratando de capitalizar el rescate que hizo de la industria del automóvil en el año 2009, Barack Obama hizo este lunes campaña en el cortejado Estado de Ohio, donde aprovechó la ocasión para anunciar que su Administración había denunciado por la mañana a China ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las supuestas subvenciones ilegales a las exportaciones de automóviles y piezas de automóviles. “Vamos a parar esas prácticas, no están bien, van contra las reglas y no lo vamos a permitir”, dijo el presidente en un mitin en Cincinnati (Ohio).
“Los trabajadores norteamericanos hacen productos mejor que nadie en el mundo”, dijo Obama, informando a continuación de que la etiqueta “hecho en EE UU significa algo”. El caso contra China es presentado por Washington en un momento crucial de la campaña electoral, a siete semanas de la cita con las urnas el 6 de noviembre y con Estados de la industria automotriz del medio Oeste –como Michigan, Wisconsin y en especial Ohio- convertidos en la llave que abrirá la puerta a la Casa Blanca para el candidato demócrata o el republicano.
Washington considera que las subvenciones que hace Pekín “proporcionan una ventaja injusta” a los fabricantes chinos frente a EE UU y otros países y “están prohibidas” bajo las normas de la OMC, subvenciones que además China "acordó expresamente eliminar" cuando se adhirió a la organización en 2001. La medida tomada por la Administración de Obama supone un acto de fuerza ante China y prueba el interés del presidente frente a una importante industria proveedora de empleos en un Estado que podría inclinar la balanza en una elección presidencial muy cerrada. Según el último sondeo de opinión –de la semana pasada- de NBC News, The Wall Street Journal y Marista College, Obama comenzaba a acumular una ventaja significativa –de casi cuatro puntos- sobre su contrincante, el republicano Mitt Romney.
Fue Romney quien la semana pasada atacó duramente a Obama por, en su opinión, tener una actitud muy cautelosa frente a China. El candidato republicano acusó al presidente de no haber hecho nada para frenar el “engaño” comercial de Pekín. “El presidente Obama ha fracasado durante 43 meses en confrontar las injustas prácticas comerciales chinas”, dijo Romney ayer a través de un comunicado poco antes de que hablase Obama. “Yo no esperaré hasta el último mes de mi presidencia para enfrentarme a China o hacerlo solo cuando me hagan falta los votos”, prosigue el comunicado. “La credibilidad del presidente Obama sobre este tema hace tiempo que desapareció”, finalizó Romney.
Obama por su parte dijo a la audiencia que se congregaba en un parque de la ciudad que “no necesitamos tipos que se preocupen por prácticas ilegales” cuando ya se han hecho sino antes. “Romney no puede enfrentarse a China si todo lo que ha hecho ha sido enviar trabajo allí”, dijo Obama en referencia al papel del candidato al frente de la empresa Bain Capital, que adquiría compañías en crisis a bajo precio para venderlas con beneficios una vez reestructuradas y reducidas de tamaño, lo que exigía el despido de miles de trabajadores y la exportación de empleos al extranjero. La gente que escuchaba a Obama abucheaba las prácticas que el presidente atribuía a Romney, a lo que el mandatario decía: “¡No abucheen, voten!”.
Según EE UU, China otorgó al menos 1.000 millones de dólares en subsidios a los exportadores de automóviles y sus componentes entre 2009 y 2011. Según datos de las aduanas chinas, durante ese mismo periodo las exportaciones de automóviles y partes de coches chinos sumaron un total de 56.000 millones de dólares, lo que hace palidecer los anteriores mil millones así como el hecho de que el efecto sobre el total no se notaría mucho en el caso de que la OMC llegase a fallar a favor de Washington en la demanda emprendida –que además no se dejará sentir en término de empleos en muchos meses ya que los casos frente a la OMC no se resuelven en menos de un año y medio, a veces incluso más-.
Pero en tiempos de elecciones se requieren medidas que muevan al electorado a votar. Ohio ha visto cómo su Estado perdía empleos mientras se importaban piezas de coches desde China que mermaban su industria automotriz. El empleo en la fabricación de repuestos para coches en EE UU se ha reducido en cerca de la mitad desde 2001 hasta 2010, mientras que las importaciones procedentes de China crecieron casi siete veces en el mismo periodo, según datos de la Oficina Comercial de EE UU. Los fabricante de componentes de coches emplean directamente a más de 54.000 personas en Ohio y cuando se involucra a los proveedores de acero, por ejemplo, esa cifra asciende hasta un total de 850.000 empleos en todo el Estado, un 12,4% del total del empleo del lugar.
Yolanda Monge
Washington, El País
Tratando de capitalizar el rescate que hizo de la industria del automóvil en el año 2009, Barack Obama hizo este lunes campaña en el cortejado Estado de Ohio, donde aprovechó la ocasión para anunciar que su Administración había denunciado por la mañana a China ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las supuestas subvenciones ilegales a las exportaciones de automóviles y piezas de automóviles. “Vamos a parar esas prácticas, no están bien, van contra las reglas y no lo vamos a permitir”, dijo el presidente en un mitin en Cincinnati (Ohio).
“Los trabajadores norteamericanos hacen productos mejor que nadie en el mundo”, dijo Obama, informando a continuación de que la etiqueta “hecho en EE UU significa algo”. El caso contra China es presentado por Washington en un momento crucial de la campaña electoral, a siete semanas de la cita con las urnas el 6 de noviembre y con Estados de la industria automotriz del medio Oeste –como Michigan, Wisconsin y en especial Ohio- convertidos en la llave que abrirá la puerta a la Casa Blanca para el candidato demócrata o el republicano.
Washington considera que las subvenciones que hace Pekín “proporcionan una ventaja injusta” a los fabricantes chinos frente a EE UU y otros países y “están prohibidas” bajo las normas de la OMC, subvenciones que además China "acordó expresamente eliminar" cuando se adhirió a la organización en 2001. La medida tomada por la Administración de Obama supone un acto de fuerza ante China y prueba el interés del presidente frente a una importante industria proveedora de empleos en un Estado que podría inclinar la balanza en una elección presidencial muy cerrada. Según el último sondeo de opinión –de la semana pasada- de NBC News, The Wall Street Journal y Marista College, Obama comenzaba a acumular una ventaja significativa –de casi cuatro puntos- sobre su contrincante, el republicano Mitt Romney.
Fue Romney quien la semana pasada atacó duramente a Obama por, en su opinión, tener una actitud muy cautelosa frente a China. El candidato republicano acusó al presidente de no haber hecho nada para frenar el “engaño” comercial de Pekín. “El presidente Obama ha fracasado durante 43 meses en confrontar las injustas prácticas comerciales chinas”, dijo Romney ayer a través de un comunicado poco antes de que hablase Obama. “Yo no esperaré hasta el último mes de mi presidencia para enfrentarme a China o hacerlo solo cuando me hagan falta los votos”, prosigue el comunicado. “La credibilidad del presidente Obama sobre este tema hace tiempo que desapareció”, finalizó Romney.
Obama por su parte dijo a la audiencia que se congregaba en un parque de la ciudad que “no necesitamos tipos que se preocupen por prácticas ilegales” cuando ya se han hecho sino antes. “Romney no puede enfrentarse a China si todo lo que ha hecho ha sido enviar trabajo allí”, dijo Obama en referencia al papel del candidato al frente de la empresa Bain Capital, que adquiría compañías en crisis a bajo precio para venderlas con beneficios una vez reestructuradas y reducidas de tamaño, lo que exigía el despido de miles de trabajadores y la exportación de empleos al extranjero. La gente que escuchaba a Obama abucheaba las prácticas que el presidente atribuía a Romney, a lo que el mandatario decía: “¡No abucheen, voten!”.
Según EE UU, China otorgó al menos 1.000 millones de dólares en subsidios a los exportadores de automóviles y sus componentes entre 2009 y 2011. Según datos de las aduanas chinas, durante ese mismo periodo las exportaciones de automóviles y partes de coches chinos sumaron un total de 56.000 millones de dólares, lo que hace palidecer los anteriores mil millones así como el hecho de que el efecto sobre el total no se notaría mucho en el caso de que la OMC llegase a fallar a favor de Washington en la demanda emprendida –que además no se dejará sentir en término de empleos en muchos meses ya que los casos frente a la OMC no se resuelven en menos de un año y medio, a veces incluso más-.
Pero en tiempos de elecciones se requieren medidas que muevan al electorado a votar. Ohio ha visto cómo su Estado perdía empleos mientras se importaban piezas de coches desde China que mermaban su industria automotriz. El empleo en la fabricación de repuestos para coches en EE UU se ha reducido en cerca de la mitad desde 2001 hasta 2010, mientras que las importaciones procedentes de China crecieron casi siete veces en el mismo periodo, según datos de la Oficina Comercial de EE UU. Los fabricante de componentes de coches emplean directamente a más de 54.000 personas en Ohio y cuando se involucra a los proveedores de acero, por ejemplo, esa cifra asciende hasta un total de 850.000 empleos en todo el Estado, un 12,4% del total del empleo del lugar.