Un cuarto del electorado sigue abierto a cambiar su voto
Un 24% de los votantes registrados con el Partido Demócrata afirma que aún cabe la posibilidad de que terminen votando por Romney
Cristina F. Pereda
Tampa, El País
Mitt Romney mandó un mensaje ayer a los norteamericanos: es normal sentir cierta decepción con el presidente Obama y lo que los republicanos han tachado de promesas incumplidas. Al comienzo de su discurso, el aspirante a la presidencia por el Partido Republicano afirmó que él también esperaba que al presidente le fuera bien en la Casa Blanca, “porque yo también deseo que América triunfe”. Sin embargo, a partir de ahí todo fueron palabras para consolar a los millones de norteamericanos que todavía dudan si volver a respaldar al presidente Barack Obama en las urnas y anoche encendían la televisión para escuchar, por primera vez, a un nuevo candidato.
Cristina F. Pereda
Tampa, El País
Mitt Romney mandó un mensaje ayer a los norteamericanos: es normal sentir cierta decepción con el presidente Obama y lo que los republicanos han tachado de promesas incumplidas. Al comienzo de su discurso, el aspirante a la presidencia por el Partido Republicano afirmó que él también esperaba que al presidente le fuera bien en la Casa Blanca, “porque yo también deseo que América triunfe”. Sin embargo, a partir de ahí todo fueron palabras para consolar a los millones de norteamericanos que todavía dudan si volver a respaldar al presidente Barack Obama en las urnas y anoche encendían la televisión para escuchar, por primera vez, a un nuevo candidato.
Un 24% de los votantes registrados con el Partido Demócrata afirma que aún cabe la posibilidad de que terminen votando por Romney, según una encuesta revelada por ABC News y el diario The Washington Post. Es un cuarto del electorado y a ellos iba dirigida una de las preguntas pronunciadas por Romney el jueves por la noche en Tampa: “¿Si estaban emocionados cuando votaron por Obama, no deberían de sentir lo mismo ahora que es presidente? Ustedes saben que algo está mal con lo que ha hecho como presidente cuando los mejores sentimientos hacia él fueron el día que le votaron”.
En un discurso que abarcó desde su experiencia personal como padre de familia hasta su carrera en el mundo empresarial, Romney basó gran parte de sus argumentos en las emociones de los votantes que aún no están convencidos de la capacidad de Obama para sacar al país de la crisis económica y crear los 12 millones de puestos de trabajo que necesita.
Muchos de esos votantes están repartidos por los cerca de diez Estados considerados como decisivos -los battleground states- ya que suelen cambiar de orientación de unas elecciones a otras y además cuentan con votos electorales suficientes para determinar el resultado en noviembre. Son votantes moderados, independientes y abiertos a escuchar las propuestas de ambos aspirantes. No son republicanos tradicionales ansiosos por ver a su candidato en la Casa Blanca, sino ese sector independiente de los electores, también el más jóven, que ha visto cómo la realidad económica apagaba las promesas de cambio de Obama.
Sin embargo, además de las dudas de los independientes, Romney debe enfrentarse al hecho de que los votantes del Partido Republicano están aún menos seguros de su idoneidad para relanzar la economía que los demócratas sobre Obama. La misma encuesta muestra que el 29% del electorado republicano todavía puede cambiar su voto.
De acuerdo con los responsables del sondeo, elaborado por la Universidad de Carolina del Norte y la Universidad de Michigan, los votantes que se muestran más preocupados acerca del candidato al que habían apoyado originalmente también son más abiertos a votar por su rival. En este sentido, un 53% de los seguidores de Obama afirman sentirse “preocupados” por el papel que pueda cumplir durante un segundo mandato, mientras que un 62% de los republicanos duda de la efectividad de Romney. Entre los votantes que están en desacuerdo con la gestión de Obama, además, las posibilidades de que apoyen a otro aspirante ascienden al 42%.
Para alcanzar la presidencia, Romney deberá convencer a todos los indecisos de aquí a noviembre. De momento, la Convención Nacional del Partido Republicano que estos días se ha celebrado en Tampa, Florida, le ha dado cierta ventaja sobre su rival. Hasta la semana pasada, el candidato estaba cuatro puntos por debajo de Obama en las encuestas (46% - 42%). Pero según el sondeo revelado este viernes por la agencia Reuters, el aspirante republicano supera ahora en dos puntos al demócrata (44% - 42%) gracias a la convención, que ha colocado a Romney en el centro de la conversación política.
En un discurso que abarcó desde su experiencia personal como padre de familia hasta su carrera en el mundo empresarial, Romney basó gran parte de sus argumentos en las emociones de los votantes que aún no están convencidos de la capacidad de Obama para sacar al país de la crisis económica y crear los 12 millones de puestos de trabajo que necesita.
Muchos de esos votantes están repartidos por los cerca de diez Estados considerados como decisivos -los battleground states- ya que suelen cambiar de orientación de unas elecciones a otras y además cuentan con votos electorales suficientes para determinar el resultado en noviembre. Son votantes moderados, independientes y abiertos a escuchar las propuestas de ambos aspirantes. No son republicanos tradicionales ansiosos por ver a su candidato en la Casa Blanca, sino ese sector independiente de los electores, también el más jóven, que ha visto cómo la realidad económica apagaba las promesas de cambio de Obama.
Sin embargo, además de las dudas de los independientes, Romney debe enfrentarse al hecho de que los votantes del Partido Republicano están aún menos seguros de su idoneidad para relanzar la economía que los demócratas sobre Obama. La misma encuesta muestra que el 29% del electorado republicano todavía puede cambiar su voto.
De acuerdo con los responsables del sondeo, elaborado por la Universidad de Carolina del Norte y la Universidad de Michigan, los votantes que se muestran más preocupados acerca del candidato al que habían apoyado originalmente también son más abiertos a votar por su rival. En este sentido, un 53% de los seguidores de Obama afirman sentirse “preocupados” por el papel que pueda cumplir durante un segundo mandato, mientras que un 62% de los republicanos duda de la efectividad de Romney. Entre los votantes que están en desacuerdo con la gestión de Obama, además, las posibilidades de que apoyen a otro aspirante ascienden al 42%.
Para alcanzar la presidencia, Romney deberá convencer a todos los indecisos de aquí a noviembre. De momento, la Convención Nacional del Partido Republicano que estos días se ha celebrado en Tampa, Florida, le ha dado cierta ventaja sobre su rival. Hasta la semana pasada, el candidato estaba cuatro puntos por debajo de Obama en las encuestas (46% - 42%). Pero según el sondeo revelado este viernes por la agencia Reuters, el aspirante republicano supera ahora en dos puntos al demócrata (44% - 42%) gracias a la convención, que ha colocado a Romney en el centro de la conversación política.