Restricciones ahuyentan capitales de Argentina
Buenos Aires, AP
A la mandataria Cristina Fernández, no le han funcionado las restricciones. Las reformas a las compras de dólares impuestas por la presidenta argentina para evitar la salida de capitales en su país, han tenido un efecto contrario a su propósito este año, según cifras del Banco Central de ese país. De acuerdo con analistas consultados por La República, este fenómeno podría tener un peso enorme sobre la confianza en la economía.
La fuga de capitales cae en comparación con el año pasado por la imposición de medidas que obligan a hacer una declaración de bienes ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) a aquellos que quieran comprar dólares. Pero un aumento reciente en la fuga sugiere que el efecto parece ser solo a corto plazo.
Según cifras del Banco Central de la República Argentina (Bcra) en el segundo trimestre de este año la fuga de capital fue de 1,900 millones de dólares. Esto significó una disminución de 67% de lo que salió en el mismo periodo del 2011 (6,100 millones) pero un aumento respecto a la cifra del primer semestre del 2012 (1,600 millones de dólares).
Los analistas atribuyen este comportamiento a que si bien las medidas ayudan a frenar la huida de recursos en meses posteriores a su establecimiento, eventualmente golpean más la confianza en la economía.
“A más medidas para controlar la salida de capital, más incentivos tiene la gente para tratar de sacar dólares (del país)”, dijo Alberto Bernal, jefe de análisis de renta fija de Bulltick Capital Markets a Bloomberg.
“A corto plazo, las medidas contribuyen a limitar el flujo saliente, pero eso tiene un costo en lo que respecta a las mayores expectativas a largo plazo de una depreciación de la moneda”, añadió.
La incapacidad del gobierno de acceder a los mercados internacionales de deuda ha vuelto muy preciadas a la reservas en dólares y obliga al Bcra a imprimir muchos pesos. Esto propicia un impulso inflacionario que es el principio de un círculo vicioso.
Los capitales en pesos se deprecian aceleradamente y para protegerse los inversionistas deben cambiar su portafolio. Eso es comprando dólares o comerciando en el exterior y ahí empieza la fuga de capitales”, explicó Gonzalo Palau, economista de la Universidad del Rosario.
El gobierno publica una cifra de inflación que está alrededor de 10% anual que muchos, incluyendo al Fondo Monetario Internacional y la revista The Economist, afirman que son falsos y calculan en más del doble.
“Las cifras que maneja el gobierno en inflación están falseadas. En la vida real eso produce una pérdida de competitividad a los empresarios respecto al dólar”, dijo Rafael España, director de investigaciones de Fenalco.
En este punto, el gobierno empieza a apretar los controles para la compra de dólares, pero “poner controles de capital para evitar fugas sin sanear otros indicadores macro es difícil que de resultado”, agregó.
“Para restringir esa fuga se controlan los dólares. Pero los controles son fáciles de decretar. Otra cosa es hacerlos eficientes”, dijo Palau.
Ya sea comprando acciones en el exterior o bonos que se comercian tanto en Argentina como en Estados Unidos, o hasta metiendo los billetes en el colchón, los ciudadanos menguan las reservas de la divisa.
Pero más medidas también incentivan un mercado de dólares paralelo. Los argentinos conocen a la moneda que se compra extraoficialmente como el “blue”.
El dólar “blue” en la actualidad está 40% por encima del precio del dólar oficial y sigue subiendo.
“El dólar paralelo ejerce una presión sobre la divisa local y ocasiona una devaluación de la moneda nacional que encarece algunos productos y el endeudamiento”, explicó Germán Nova, economista de la Universidad Nacional, quien indica que esto vuelve a impulsar la inflación.
A la mandataria Cristina Fernández, no le han funcionado las restricciones. Las reformas a las compras de dólares impuestas por la presidenta argentina para evitar la salida de capitales en su país, han tenido un efecto contrario a su propósito este año, según cifras del Banco Central de ese país. De acuerdo con analistas consultados por La República, este fenómeno podría tener un peso enorme sobre la confianza en la economía.
La fuga de capitales cae en comparación con el año pasado por la imposición de medidas que obligan a hacer una declaración de bienes ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) a aquellos que quieran comprar dólares. Pero un aumento reciente en la fuga sugiere que el efecto parece ser solo a corto plazo.
Según cifras del Banco Central de la República Argentina (Bcra) en el segundo trimestre de este año la fuga de capital fue de 1,900 millones de dólares. Esto significó una disminución de 67% de lo que salió en el mismo periodo del 2011 (6,100 millones) pero un aumento respecto a la cifra del primer semestre del 2012 (1,600 millones de dólares).
Los analistas atribuyen este comportamiento a que si bien las medidas ayudan a frenar la huida de recursos en meses posteriores a su establecimiento, eventualmente golpean más la confianza en la economía.
“A más medidas para controlar la salida de capital, más incentivos tiene la gente para tratar de sacar dólares (del país)”, dijo Alberto Bernal, jefe de análisis de renta fija de Bulltick Capital Markets a Bloomberg.
“A corto plazo, las medidas contribuyen a limitar el flujo saliente, pero eso tiene un costo en lo que respecta a las mayores expectativas a largo plazo de una depreciación de la moneda”, añadió.
La incapacidad del gobierno de acceder a los mercados internacionales de deuda ha vuelto muy preciadas a la reservas en dólares y obliga al Bcra a imprimir muchos pesos. Esto propicia un impulso inflacionario que es el principio de un círculo vicioso.
Los capitales en pesos se deprecian aceleradamente y para protegerse los inversionistas deben cambiar su portafolio. Eso es comprando dólares o comerciando en el exterior y ahí empieza la fuga de capitales”, explicó Gonzalo Palau, economista de la Universidad del Rosario.
El gobierno publica una cifra de inflación que está alrededor de 10% anual que muchos, incluyendo al Fondo Monetario Internacional y la revista The Economist, afirman que son falsos y calculan en más del doble.
“Las cifras que maneja el gobierno en inflación están falseadas. En la vida real eso produce una pérdida de competitividad a los empresarios respecto al dólar”, dijo Rafael España, director de investigaciones de Fenalco.
En este punto, el gobierno empieza a apretar los controles para la compra de dólares, pero “poner controles de capital para evitar fugas sin sanear otros indicadores macro es difícil que de resultado”, agregó.
“Para restringir esa fuga se controlan los dólares. Pero los controles son fáciles de decretar. Otra cosa es hacerlos eficientes”, dijo Palau.
Ya sea comprando acciones en el exterior o bonos que se comercian tanto en Argentina como en Estados Unidos, o hasta metiendo los billetes en el colchón, los ciudadanos menguan las reservas de la divisa.
Pero más medidas también incentivan un mercado de dólares paralelo. Los argentinos conocen a la moneda que se compra extraoficialmente como el “blue”.
El dólar “blue” en la actualidad está 40% por encima del precio del dólar oficial y sigue subiendo.
“El dólar paralelo ejerce una presión sobre la divisa local y ocasiona una devaluación de la moneda nacional que encarece algunos productos y el endeudamiento”, explicó Germán Nova, economista de la Universidad Nacional, quien indica que esto vuelve a impulsar la inflación.