Régimen sirio abierto a negociar renuncia de Asad; sigue la batalla de Alepo
Damasco, AFP
El régimen sirio mencionó este martes por primera vez la posibilidad de negociar una renuncia del presidente Bashar al Asad para poner fin al conflicto con la rebelión, que sigue batallando en Alepo, la segunda ciudad del país.
"Hacer de la renuncia una condición para mantener un diálogo significa que nunca se podrá tener tal diálogo. Pero en las negociaciones puede hablarse de cualquier problema. Estamos dispuestos a hablar incluso de ese punto", dijo el vice primer ministro sirio, Qadri Jamil, tras reunirse en Moscú con el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov.
Las potencias occidentales y el mundo árabe han dicho en reiteradas ocasiones que Asad debe partir para propiciar el fin del conflicto, un extremo que hasta ahora el gobierno sirio nunca había mencionado.
El Departamento de Estado norteamericano reaccionó al anuncio expresando su escepticismo. "Francamente, no vimos nada significativamente diferente", comentó la portavoz Victoria Nuland.
Sobre el terreno, la batalla continuaba este martes en Alepo, la gran ciudad del norte de Siria. Una fuente de los servicios de seguridad afirmó a la AFP que hacia allá se dirigen "refuerzos de ambos lados", y habló de una "guerra que va a durar mucho tiempo".
"Controlamos en la actualidad más del 60% de la ciudad de Alepo. Cada día controlamos más barrios", afirmó el martes a la AFP el coronel Abdel Jabbar al Oqaidi, jefe del consejo militar rebelde de la provincia de Alepo.
"El pueblo está con nosotros. ¿Cómo cree que hubiéramos podido aguantar durante un mes?", indicó el coronel rebelde.
"Esto es totalmente falso", reaccionó un responsable de los servicios de seguridad.
"No son los terroristas quienes avanzan, es el ejército que progresa lentamente. Los grupos terroristas salen de vez en cuando de los barrios que controlan para hacer incursiones en otras partes de la ciudad para afirmar que controlan una calle en algún lugar y luego vuelven rápidamente a sus refugios", indicó a la AFP.
"El ejército está bombardeando los centros de los rebeldes en la región de Alepo para impedir el abastecimiento de armas y municiones" hacia la ciudad, dijo a la AFP otro funcionario de los servicios de seguridad.
De la ciudad han huido ya muchos habitantes, y los que permanecen se lamentan.
"Es muy triste ver esto, no sólo la destrucción de nuestra ciudad, sino también de nuestros recuerdos", dice un habitante que se presenta como Abu Hisham.
Cerca de Damasco, las fuerzas del gobierno lanzaron un asalto mortífero contra Maadamiyat al Sham, donde se hallaron "decenas de cadáveres" no identificados en un subterráneo, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Este martes, la violencia se cobró en todo el país 128 muertos, entre ellos 81 civiles, según esta ONG con sede en el Reino Unido.
Los combates se acompañan de una de las peores crisis humanitarias del mundo, con 2,5 millones de personas necesitadas de ayuda, según una estimación comunicada este martes por funcionarios estadounidenses.
En el frente diplomático, Obama lanzó una fuerte advertencia al régimen sirio el lunes por la noche.
Obama explicó que hasta ahora no ha ordenado una intervención militar, pero advirtió de que "habría enormes consecuencias si empezamos a observar movimiento de armas químicas en el frente o el uso de armas químicas (...) Eso haría cambiar mis cálculos significativamente".
El vice primer ministro sirio descalificó esa amenaza, tachándola de mera "propaganda electoral", a pocos meses de la elección presidencial en Estados Unidos.
Y el canciller ruso insistió en que las potencias extranjeras deben limitarse a crear las condiciones propicias para un diálogo entre las partes en conflicto en Siria.
"La reconciliación nacional es la única manera de detener lo antes posible el derramamiento de sangre y de crear las condiciones para que los sirios se sienten en la mesa de negociaciones y definan el destino de su país sin ninguna injerencia exterior", declaró Lavrov.
Por su lado, el presidente francés, François Hollande, recibió en París a una delegación del Consejo Nacional Sirio (CNS), principal coalición opositora.
Ésta indicó que está estudiando "la formación de un gobierno de transición".
Hollande, en tanto, animó al CNS a aglutinar a "todas las fuerzas de la oposición", para que "los representantes legítimos de la nueva Siria puedan preparar la transición a un régimen democrático en las mejores condiciones posibles", según un comunicado de la presidencia francesa.
Por otro lado, Tokio confirmó este martes la muerte de la reportera japonesa Mika Yamamoto, de 45 años, cuando cubría los combates en Alepo para una pequeña agencia nipona, Japan Press. Se trata del primer deceso de un periodista extranjero en esta ciudad, y la cuarta en Siria desde que comenzó la rebelión en marzo de 2011. Numerosos reporteros sirios murieron también en este lapso.
El conflicto sirio seguía teniendo eco en el vecino Líbano, donde cinco civiles murieron y 43 personas resultaron heridas en enfrentamientos en Trípoli (norte) entre libaneses pro y anti Asad.
El vice primer ministro sirio, Qadri Jamil, planteó este martes desde Moscú la posibilidad de negociar la dimisión del presidente Bashar al Asad con la oposición, para poner fin al conflicto que sacude el país.
"La reconciliación nacional es la única manera de detener lo antes posible el derramamiento de sangre y de crear las condiciones para que los sirios se sienten en la mesa de negociaciones y definan el destino de su país sin ninguna injerencia exterior", declaró Lavrov.
El régimen sirio mencionó este martes por primera vez la posibilidad de negociar una renuncia del presidente Bashar al Asad para poner fin al conflicto con la rebelión, que sigue batallando en Alepo, la segunda ciudad del país.
"Hacer de la renuncia una condición para mantener un diálogo significa que nunca se podrá tener tal diálogo. Pero en las negociaciones puede hablarse de cualquier problema. Estamos dispuestos a hablar incluso de ese punto", dijo el vice primer ministro sirio, Qadri Jamil, tras reunirse en Moscú con el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov.
Las potencias occidentales y el mundo árabe han dicho en reiteradas ocasiones que Asad debe partir para propiciar el fin del conflicto, un extremo que hasta ahora el gobierno sirio nunca había mencionado.
El Departamento de Estado norteamericano reaccionó al anuncio expresando su escepticismo. "Francamente, no vimos nada significativamente diferente", comentó la portavoz Victoria Nuland.
Sobre el terreno, la batalla continuaba este martes en Alepo, la gran ciudad del norte de Siria. Una fuente de los servicios de seguridad afirmó a la AFP que hacia allá se dirigen "refuerzos de ambos lados", y habló de una "guerra que va a durar mucho tiempo".
"Controlamos en la actualidad más del 60% de la ciudad de Alepo. Cada día controlamos más barrios", afirmó el martes a la AFP el coronel Abdel Jabbar al Oqaidi, jefe del consejo militar rebelde de la provincia de Alepo.
"El pueblo está con nosotros. ¿Cómo cree que hubiéramos podido aguantar durante un mes?", indicó el coronel rebelde.
"Esto es totalmente falso", reaccionó un responsable de los servicios de seguridad.
"No son los terroristas quienes avanzan, es el ejército que progresa lentamente. Los grupos terroristas salen de vez en cuando de los barrios que controlan para hacer incursiones en otras partes de la ciudad para afirmar que controlan una calle en algún lugar y luego vuelven rápidamente a sus refugios", indicó a la AFP.
"El ejército está bombardeando los centros de los rebeldes en la región de Alepo para impedir el abastecimiento de armas y municiones" hacia la ciudad, dijo a la AFP otro funcionario de los servicios de seguridad.
De la ciudad han huido ya muchos habitantes, y los que permanecen se lamentan.
"Es muy triste ver esto, no sólo la destrucción de nuestra ciudad, sino también de nuestros recuerdos", dice un habitante que se presenta como Abu Hisham.
Cerca de Damasco, las fuerzas del gobierno lanzaron un asalto mortífero contra Maadamiyat al Sham, donde se hallaron "decenas de cadáveres" no identificados en un subterráneo, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Este martes, la violencia se cobró en todo el país 128 muertos, entre ellos 81 civiles, según esta ONG con sede en el Reino Unido.
Los combates se acompañan de una de las peores crisis humanitarias del mundo, con 2,5 millones de personas necesitadas de ayuda, según una estimación comunicada este martes por funcionarios estadounidenses.
En el frente diplomático, Obama lanzó una fuerte advertencia al régimen sirio el lunes por la noche.
Obama explicó que hasta ahora no ha ordenado una intervención militar, pero advirtió de que "habría enormes consecuencias si empezamos a observar movimiento de armas químicas en el frente o el uso de armas químicas (...) Eso haría cambiar mis cálculos significativamente".
El vice primer ministro sirio descalificó esa amenaza, tachándola de mera "propaganda electoral", a pocos meses de la elección presidencial en Estados Unidos.
Y el canciller ruso insistió en que las potencias extranjeras deben limitarse a crear las condiciones propicias para un diálogo entre las partes en conflicto en Siria.
"La reconciliación nacional es la única manera de detener lo antes posible el derramamiento de sangre y de crear las condiciones para que los sirios se sienten en la mesa de negociaciones y definan el destino de su país sin ninguna injerencia exterior", declaró Lavrov.
Por su lado, el presidente francés, François Hollande, recibió en París a una delegación del Consejo Nacional Sirio (CNS), principal coalición opositora.
Ésta indicó que está estudiando "la formación de un gobierno de transición".
Hollande, en tanto, animó al CNS a aglutinar a "todas las fuerzas de la oposición", para que "los representantes legítimos de la nueva Siria puedan preparar la transición a un régimen democrático en las mejores condiciones posibles", según un comunicado de la presidencia francesa.
Por otro lado, Tokio confirmó este martes la muerte de la reportera japonesa Mika Yamamoto, de 45 años, cuando cubría los combates en Alepo para una pequeña agencia nipona, Japan Press. Se trata del primer deceso de un periodista extranjero en esta ciudad, y la cuarta en Siria desde que comenzó la rebelión en marzo de 2011. Numerosos reporteros sirios murieron también en este lapso.
El conflicto sirio seguía teniendo eco en el vecino Líbano, donde cinco civiles murieron y 43 personas resultaron heridas en enfrentamientos en Trípoli (norte) entre libaneses pro y anti Asad.
El vice primer ministro sirio, Qadri Jamil, planteó este martes desde Moscú la posibilidad de negociar la dimisión del presidente Bashar al Asad con la oposición, para poner fin al conflicto que sacude el país.
"La reconciliación nacional es la única manera de detener lo antes posible el derramamiento de sangre y de crear las condiciones para que los sirios se sienten en la mesa de negociaciones y definan el destino de su país sin ninguna injerencia exterior", declaró Lavrov.