El ‘Curiosity’ echa a andar
El laboratorio rodante se dirige a una zona de intersección de tres tipos de terreno que está a 400 metros del lugar de aterrizaje
Alicia Rivera
Madrid, El País
El robot Curiosity, el nuevo vehículo todoterreno de la NASA en Marte, ha echado a andar 22 días marcianos después de su llegada al lugar de Ray Bradbury, como ha sido bautizado el sitio en el que aterrizó el pasado 6 de agosto. Se dirige a una zona bautizada Glenelg, a 400 metros de distancias, elegida por los científicos porque es una intersección de tres tipos de terreno. Tardará varias semanas en llegar y allí el robot realizará análisis de rocas y utilizará, por primera vez, el taladro con el que el que puede extraer muestras de roca bajo el suelo.
En el camino hacia Glenelg, el Curiosity se detendrá en algún punto aún por determinar para hacer pruebas con el brazo articulado y probar los instrumentos que lleva en el extremo, han informado los responsables de la misión en el Jet Propulsion Laboratory (California). Hará otra breve parada antes para tomar nuevas fotografías de la base de una ladera del monte Sharp por donde los científicos quieren que suba el Curiosity para acceder a los estratos expuestos en el terreno. La idea de tomar nuevas fotos a cierta distancia (unos 10 metros), proporcionará a los expertos información tridimensional sobre el paisaje que permitirá precisar las distancias y planificar la futura ruta del vehículo.
Desde que aterrizó el robot en Marte, los expertos de la misión han estado verificando y comprobando el funcionamiento de todos los equipos y sistemas del vehículo tras el viaje espacial desde la Tierra y el complicado descenso en el mundo vecino. Una de las pruebas fue precisamente de desplazamiento, la semana pasada, cuando el Curiosity avanzó unos metros, giró y retrocedió. Luego se desplazó hacia una de las marcas que hicieron en el suelo los retrocohetes del aterrizaje, en total 16 metros. Ahora ha empezado la exploración de verdad con el primer tramo planeado de 400 metros.
Alicia Rivera
Madrid, El País
El robot Curiosity, el nuevo vehículo todoterreno de la NASA en Marte, ha echado a andar 22 días marcianos después de su llegada al lugar de Ray Bradbury, como ha sido bautizado el sitio en el que aterrizó el pasado 6 de agosto. Se dirige a una zona bautizada Glenelg, a 400 metros de distancias, elegida por los científicos porque es una intersección de tres tipos de terreno. Tardará varias semanas en llegar y allí el robot realizará análisis de rocas y utilizará, por primera vez, el taladro con el que el que puede extraer muestras de roca bajo el suelo.
En el camino hacia Glenelg, el Curiosity se detendrá en algún punto aún por determinar para hacer pruebas con el brazo articulado y probar los instrumentos que lleva en el extremo, han informado los responsables de la misión en el Jet Propulsion Laboratory (California). Hará otra breve parada antes para tomar nuevas fotografías de la base de una ladera del monte Sharp por donde los científicos quieren que suba el Curiosity para acceder a los estratos expuestos en el terreno. La idea de tomar nuevas fotos a cierta distancia (unos 10 metros), proporcionará a los expertos información tridimensional sobre el paisaje que permitirá precisar las distancias y planificar la futura ruta del vehículo.
Desde que aterrizó el robot en Marte, los expertos de la misión han estado verificando y comprobando el funcionamiento de todos los equipos y sistemas del vehículo tras el viaje espacial desde la Tierra y el complicado descenso en el mundo vecino. Una de las pruebas fue precisamente de desplazamiento, la semana pasada, cuando el Curiosity avanzó unos metros, giró y retrocedió. Luego se desplazó hacia una de las marcas que hicieron en el suelo los retrocohetes del aterrizaje, en total 16 metros. Ahora ha empezado la exploración de verdad con el primer tramo planeado de 400 metros.