El ciclismo británico acapara el oro en el velódromo
Londres, EFE
Los ciclistas británicos han hecho del velódromo olímpico de Stratford una fortaleza y acaparan tres de los cuatro oros que se han decidido hasta ahora en la pista, después de que Victoria Pendleton, en keirin, y el equipo de persecución masculino del Reino Unido sumaran hoy dos nuevos metales dorados.
El campanazo que dio en la ceremonia de inauguración el último ganador del Tour de Francia, Bradley Wiggins, ha resultado un gesto premonitorio sobre el liderazgo que están mostrando los ciclistas locales en los Juegos de Londres.
El mismo Wiggins abrió el camino al imponerse con holgura en la contrarreloj hace dos días y sumar su séptima medalla olímpica, más que cualquier otro atleta británico en la historia.
Los éxitos han continuado en el velódromo, un recinto construido en buena parte de madera, que se convierte en una estruendosa caja de resonancia cuando los cerca de 6.000 espectadores que puede albergar animan a todo pulmón a los corredores locales, que hasta ahora han volado sobre las tablas de la pista.
Los rodadores británicos de persecución por equipos fueron los primeros en desatar el delirio en las gradas esta tarde al triturar su propio récord del mundo, que habían batido ayer, y dejar a Australia, plata, casi tres segundos por detrás en la prueba de 4.000 metros.
Edward Clancy, Geraint Thomas, Steven Burke y Peter Kennaugh resultaron imbatibles para cualquier otro conjunto al parar el cronómetro en 3:51.659, casi un segundo por debajo de la anterior plusmarca mundial, 3:52.499, que habían establecido en las series previas.
La prueba de keirin individual femenino cerró la segunda jornada en la pista de ciclismo olímpica con el público local de nuevo entusiasmado.
Pendleton subió a lo más alto del podio tras superar por poco espacio a la china Shuang Guo (plata), plusmarquista mundial de velocidad por equipos.
La victoria de hoy redimió a la británica, que ayer salió del velódromo decepcionada tras la relegación que le depararon los jueces en la primera ronda por un relevo inadecuado en la prueba de velocidad, junto a su compatriota Jessica Varnish.
Precisamente, ese es el único oro que ha dejado escapar el Reino Unido en el velódromo hasta ahora, una medalla que terminó en el cuello de las alemanas Miriam Welte y Kristina Vogel, beneficiadas por la relegación, también por relevo inadecuado, de la pareja china en la final.
En la prueba masculina, en cambio, los británicos no tuvieron problemas ayer para adjudicarse oro, también con récord del mundo (42,600 segundos)
Con un total de seis medallas en ciclismo (tres en pista y tres en carretera), el Reino Unido no parece dispuesto a aflojar su ritmo en el velódromo, y las chicas de persecución por equipos se mostraron hoy una órbita más allá que sus rivales en la serie de clasificación.
Joana Rowell, Laura Trott y Dani King, a años luz de los nueve equipos restantes en la prueba, se tienen a ellas mismas como rivales, y hoy ganaron: arañaron unas milésimas al récord del mundo que ellas mismas establecieron hace cuatro meses en Australia y lo dejaron en 3:15.669.
El resto de equipos no pueden ni soñar con el tiempo de las británicas, y las estadounidenses, segundas, marcaron 3:19.406, mientras que Australia, terceras, hicieron 3:19.719, seguidas de las canadienses, con 3:19.816.
La final de la competición de persecución por equipos femenina se disputará mañana, en la única prueba que concluirá este sábado en el velódromo y que, si no ocurre algo inesperado, volverá a ganar el Reino Unido.
El otro foco de atención del ciclismo británico está puesto en Chris Hoy, que opta a compartir con Wiggins la gloria de ser el deportista olímpico más laureado del país, algo que logrará si el próximo martes, en keirin individual, se hace con la séptima medalla de su carrera, tras ganar un nuevo oro ayer, junto al equipo de velocidad.
Los ciclistas británicos han hecho del velódromo olímpico de Stratford una fortaleza y acaparan tres de los cuatro oros que se han decidido hasta ahora en la pista, después de que Victoria Pendleton, en keirin, y el equipo de persecución masculino del Reino Unido sumaran hoy dos nuevos metales dorados.
El campanazo que dio en la ceremonia de inauguración el último ganador del Tour de Francia, Bradley Wiggins, ha resultado un gesto premonitorio sobre el liderazgo que están mostrando los ciclistas locales en los Juegos de Londres.
El mismo Wiggins abrió el camino al imponerse con holgura en la contrarreloj hace dos días y sumar su séptima medalla olímpica, más que cualquier otro atleta británico en la historia.
Los éxitos han continuado en el velódromo, un recinto construido en buena parte de madera, que se convierte en una estruendosa caja de resonancia cuando los cerca de 6.000 espectadores que puede albergar animan a todo pulmón a los corredores locales, que hasta ahora han volado sobre las tablas de la pista.
Los rodadores británicos de persecución por equipos fueron los primeros en desatar el delirio en las gradas esta tarde al triturar su propio récord del mundo, que habían batido ayer, y dejar a Australia, plata, casi tres segundos por detrás en la prueba de 4.000 metros.
Edward Clancy, Geraint Thomas, Steven Burke y Peter Kennaugh resultaron imbatibles para cualquier otro conjunto al parar el cronómetro en 3:51.659, casi un segundo por debajo de la anterior plusmarca mundial, 3:52.499, que habían establecido en las series previas.
La prueba de keirin individual femenino cerró la segunda jornada en la pista de ciclismo olímpica con el público local de nuevo entusiasmado.
Pendleton subió a lo más alto del podio tras superar por poco espacio a la china Shuang Guo (plata), plusmarquista mundial de velocidad por equipos.
La victoria de hoy redimió a la británica, que ayer salió del velódromo decepcionada tras la relegación que le depararon los jueces en la primera ronda por un relevo inadecuado en la prueba de velocidad, junto a su compatriota Jessica Varnish.
Precisamente, ese es el único oro que ha dejado escapar el Reino Unido en el velódromo hasta ahora, una medalla que terminó en el cuello de las alemanas Miriam Welte y Kristina Vogel, beneficiadas por la relegación, también por relevo inadecuado, de la pareja china en la final.
En la prueba masculina, en cambio, los británicos no tuvieron problemas ayer para adjudicarse oro, también con récord del mundo (42,600 segundos)
Con un total de seis medallas en ciclismo (tres en pista y tres en carretera), el Reino Unido no parece dispuesto a aflojar su ritmo en el velódromo, y las chicas de persecución por equipos se mostraron hoy una órbita más allá que sus rivales en la serie de clasificación.
Joana Rowell, Laura Trott y Dani King, a años luz de los nueve equipos restantes en la prueba, se tienen a ellas mismas como rivales, y hoy ganaron: arañaron unas milésimas al récord del mundo que ellas mismas establecieron hace cuatro meses en Australia y lo dejaron en 3:15.669.
El resto de equipos no pueden ni soñar con el tiempo de las británicas, y las estadounidenses, segundas, marcaron 3:19.406, mientras que Australia, terceras, hicieron 3:19.719, seguidas de las canadienses, con 3:19.816.
La final de la competición de persecución por equipos femenina se disputará mañana, en la única prueba que concluirá este sábado en el velódromo y que, si no ocurre algo inesperado, volverá a ganar el Reino Unido.
El otro foco de atención del ciclismo británico está puesto en Chris Hoy, que opta a compartir con Wiggins la gloria de ser el deportista olímpico más laureado del país, algo que logrará si el próximo martes, en keirin individual, se hace con la séptima medalla de su carrera, tras ganar un nuevo oro ayer, junto al equipo de velocidad.