Ejército egipcio celebra "éxito" de operación contra "terroristas" del Sinaí
El Cairo, AFP
El ejército egipcio calificó el miércoles como un "éxito total" una operación terrestre y aérea contra "terroristas" en el Sinaí, tres días después del ataque atribuido a islamistas extremistas en el que murieron 16 guardias fronterizos.
Estas operaciones de las Fuerzas Armadas y de las del ministerio de Interior, "respaldadas por la Fuerza Aérea", comenzaron el martes por la noche y continuarán, indicó el mando militar en una declaración.
La misión se llevó a cabo hasta ahora "con un éxito total", aseguró el ejército, y añadió que tenía por objeto "garantizar el control y restaurar la seguridad (en la península) al perseguir" a "elementos terroristas armados presentes en el Sinaí".
La declaración no da sin embargo más precisiones sobre el desarrollo de estas operaciones, ni sobre las víctimas o los arrestos.
Por la mañana una fuente militar y la televisión estatal dieron cuenta de 20 activistas muertos en ataques de helicópteros militares Apache el martes al alba en esa región.
Según estas fuentes, la operación se llevó a cabo en la localidad de Tumah, en momentos que las fuerzas de seguridad egipcias concentran elementos cerca del paso de Rafah, fronterizo con la franja de Gaza, con miras a un enfrentamiento decisivo con los grupos armados.
Es la primera vez en décadas que se registran ataques aéreos del ejército en la península del Sinaí, en donde su presencia está restringida por el tratado de paz de 1979 con Israel.
Por su parte la agencia oficial Mena no informa sobre disparos de helicópteros ni menciona la cantidad de muertos.
Una región propicia para actividades clandestinas
Otros responsables de seguridad en el norte del Sinaí informaron sobre ataques cerca de la ciudad de Sheij Zuwayid, no muy lejos de Tumah.
Durante la noche, comandos no identificados atacaron varios retenes cerca de la ciudad de El Arish, precisó el ministerio de Interior, que dio parte de tres policías heridos.
Israel felicitó los esfuerzos de El Cairo para restablecer el control de una región en donde la inseguridad progresó con fuerza desde la caída del presidente Hosni Mubarak en febrero de 2011.
El ejército había prometido vengar a los 16 guardias fronterizos ultimados el domingo por "terroristas" que luego ingresaron en territorio israelí, donde fueron neutralizados, con saldo de seis islamistas muertos.
Los llamamientos a la venganza fueron retomados el martes por los medios de comunicación egipcios, durante el funeral de los 16 militares.
Las fuerzas de seguridad egipcias realizaron el martes un vasto operativo de búsqueda y captura de sospechosos implicados en el ataque y se aprestaban a cerrar todos los túneles que comunican con la Franja de Gaza, que sirve para el aprovisionamiento de víveres de ese territorio palestino así como para el contrabando de armas de los grupos islamistas.
Egipto ya cerró el paso de Rafah, único punto de contacto del enclave palestino con el mundo exterior, dado que los demás comunican con Israel, que los bloquea desde que el movimiento islamista Hamas tomó el poder en ese territorio en 2007.
El ataque del domingo puso de relieve el escaso control del gobierno egipcio sobre la Península del Sinaí, desde donde los islamistas lanzaron el año pasado ataques con cohetes y algunas incursiones contra territorio israelí.
También constituyó la primera crisis de seguridad grave para el presidente Mohamed Mursi, del movimiento de los Hermanos Musulmanes, que mantiene buenas relaciones con el movimiento Hamas.
El ejército había lanzado en el verano 2011 una vasta ofensiva contra grupos radicales instalados en esta región desértica y accidentada, propicia a las actividades clandestinas, pero sin proceder a bombardeos aéreos.
Mursi no asistió al funeral de los 16 soldados, donde se oyeron consignas contra los Hermanos Musulmanes y, según testigos, se produjo una tentativa de agresión contra el primer ministro islamista Hisham Qandil.
Como consecuencia del ataque, el presidente decidió pasar a retiro al jefe de los servicios de inteligencia, el general Murad Muafi, así como al jefe de la Guardia Republicana y al gobernador de la provincia de Sinaí del norte.
Los beduinos, que constituyen la mayor parte de la población de la región, tienen desde hace mucho tiempo relaciones difíciles con el poder central al que le reprochan que los marginaliza y sólo atiende los intereses de las lucrativas estaciones turísticas de la costa, como Sharm el Sheij o Taba, o el bombeo del gas que se vende a Israel.
Las fuerzas de seguridad egipcias se dirigen a la península nórdica del Sinaí a un operativo militar el 8 de agosto de 2012. El ejército egipcio calificó el miércoles como un "éxito total" una operación terrestre y aérea contra "terroristas" en el Sinaí, tres días después del ataque atribuido a islamistas extremistas en el que murieron 16 guardias fronterizos.
El primer ministro egipcioHisham Qandil ofrece una rueda de prensa en El Cairo el 8 de agosto de 2012.
El ejército egipcio calificó el miércoles como un "éxito total" una operación terrestre y aérea contra "terroristas" en el Sinaí, tres días después del ataque atribuido a islamistas extremistas en el que murieron 16 guardias fronterizos.
Estas operaciones de las Fuerzas Armadas y de las del ministerio de Interior, "respaldadas por la Fuerza Aérea", comenzaron el martes por la noche y continuarán, indicó el mando militar en una declaración.
La misión se llevó a cabo hasta ahora "con un éxito total", aseguró el ejército, y añadió que tenía por objeto "garantizar el control y restaurar la seguridad (en la península) al perseguir" a "elementos terroristas armados presentes en el Sinaí".
La declaración no da sin embargo más precisiones sobre el desarrollo de estas operaciones, ni sobre las víctimas o los arrestos.
Por la mañana una fuente militar y la televisión estatal dieron cuenta de 20 activistas muertos en ataques de helicópteros militares Apache el martes al alba en esa región.
Según estas fuentes, la operación se llevó a cabo en la localidad de Tumah, en momentos que las fuerzas de seguridad egipcias concentran elementos cerca del paso de Rafah, fronterizo con la franja de Gaza, con miras a un enfrentamiento decisivo con los grupos armados.
Es la primera vez en décadas que se registran ataques aéreos del ejército en la península del Sinaí, en donde su presencia está restringida por el tratado de paz de 1979 con Israel.
Por su parte la agencia oficial Mena no informa sobre disparos de helicópteros ni menciona la cantidad de muertos.
Una región propicia para actividades clandestinas
Otros responsables de seguridad en el norte del Sinaí informaron sobre ataques cerca de la ciudad de Sheij Zuwayid, no muy lejos de Tumah.
Durante la noche, comandos no identificados atacaron varios retenes cerca de la ciudad de El Arish, precisó el ministerio de Interior, que dio parte de tres policías heridos.
Israel felicitó los esfuerzos de El Cairo para restablecer el control de una región en donde la inseguridad progresó con fuerza desde la caída del presidente Hosni Mubarak en febrero de 2011.
El ejército había prometido vengar a los 16 guardias fronterizos ultimados el domingo por "terroristas" que luego ingresaron en territorio israelí, donde fueron neutralizados, con saldo de seis islamistas muertos.
Los llamamientos a la venganza fueron retomados el martes por los medios de comunicación egipcios, durante el funeral de los 16 militares.
Las fuerzas de seguridad egipcias realizaron el martes un vasto operativo de búsqueda y captura de sospechosos implicados en el ataque y se aprestaban a cerrar todos los túneles que comunican con la Franja de Gaza, que sirve para el aprovisionamiento de víveres de ese territorio palestino así como para el contrabando de armas de los grupos islamistas.
Egipto ya cerró el paso de Rafah, único punto de contacto del enclave palestino con el mundo exterior, dado que los demás comunican con Israel, que los bloquea desde que el movimiento islamista Hamas tomó el poder en ese territorio en 2007.
El ataque del domingo puso de relieve el escaso control del gobierno egipcio sobre la Península del Sinaí, desde donde los islamistas lanzaron el año pasado ataques con cohetes y algunas incursiones contra territorio israelí.
También constituyó la primera crisis de seguridad grave para el presidente Mohamed Mursi, del movimiento de los Hermanos Musulmanes, que mantiene buenas relaciones con el movimiento Hamas.
El ejército había lanzado en el verano 2011 una vasta ofensiva contra grupos radicales instalados en esta región desértica y accidentada, propicia a las actividades clandestinas, pero sin proceder a bombardeos aéreos.
Mursi no asistió al funeral de los 16 soldados, donde se oyeron consignas contra los Hermanos Musulmanes y, según testigos, se produjo una tentativa de agresión contra el primer ministro islamista Hisham Qandil.
Como consecuencia del ataque, el presidente decidió pasar a retiro al jefe de los servicios de inteligencia, el general Murad Muafi, así como al jefe de la Guardia Republicana y al gobernador de la provincia de Sinaí del norte.
Los beduinos, que constituyen la mayor parte de la población de la región, tienen desde hace mucho tiempo relaciones difíciles con el poder central al que le reprochan que los marginaliza y sólo atiende los intereses de las lucrativas estaciones turísticas de la costa, como Sharm el Sheij o Taba, o el bombeo del gas que se vende a Israel.
Las fuerzas de seguridad egipcias se dirigen a la península nórdica del Sinaí a un operativo militar el 8 de agosto de 2012. El ejército egipcio calificó el miércoles como un "éxito total" una operación terrestre y aérea contra "terroristas" en el Sinaí, tres días después del ataque atribuido a islamistas extremistas en el que murieron 16 guardias fronterizos.
El primer ministro egipcioHisham Qandil ofrece una rueda de prensa en El Cairo el 8 de agosto de 2012.