Dudas y sorpresas por el juicio al mayordomo del Papa
Vaticano, AFP
Las autoridades del Vaticano optaron por la "transparencia" al divulgar el lunes a la prensa la instrucción del caso por la filtración de documentos secretos por el que serán juzgados el mayordomo del Papa y un cómplice, pero la inédita decisión genera de todos modos dudas y sorpresas.
El texto divulgado el lunes, de 30 páginas, firmado por el juez de instrucción, Piero Bonnet, y el procurador Nicola Picardi, pide que se juzgue al mayordomo Paolo Gabriele por "robo agravado" y a un técnico informático de la Secretaría de Estado, Claudio Sciarpelletti, por haber "colaborado" con él.
"El documento deja muchas dudas sobre quién está detrás de la mano que llevó al mayordomo a entregar esas cartas a alguien externo", sostiene el diario italiano La Repubblica.
El hecho de que se deje fuera del proceso por ahora a varios cómplices identificados con iniciales, que sabían que Gabriele había suministrado cartas y apuntes reservados a un periodista italiano, suscita reacciones negativas en los medios de prensa italianos y entre los vaticanistas.
La explicación del "padre espiritual", identificado con la inicial B, quien recibió fotocopias de toda la documentación entregada a Gianluigi Nuzzi para el libro 'Sua Santita', de haber destruido el material por "ser fruto de una actividad deshonesta", no resulta suficiente.
La documentación "No disipa las nubes que envuelven al Vaticano ni la lucha por el poder interno", escribió en un editorial Adriano Prosperi en La Repubblica.
Gabriele además va a ser juzgado por "robo" y no por la filtración y divulgación de secretos, lo que para algunos analistas es mucho más grave, dado los daños de imagen causados al pontífice y al Vaticano, ya que desvelaban las intrigas terrenales, el malestar interno, los odios entre facciones y de alguna manera la fragilidad de Benedicto XVI.
"Ahora sería bueno que se publicara el informe de los cardenales sobre el caso" escribió Marco Politi, veterano vaticanista del diario Il Fatto Quotidiano, al mencionar la investigación paralela que realizan tres importantes purpurados. "Hay todavía muchas cosas por aclarar", comentó Politi.
Para el vaticanista de La Stampa Marco Tosatti, el Papa quiere "saber y que se sepa lo que ocurrió", aseguró en una charla con la AFP.
Los documentos divulgados el lunes por la magistratura vaticana "retratan una historia coherente, completa, sin omisiones", sostiene el experto.
Por su parte, el Vaticano defiende su decisión y en un artículo en el diario L'Osservatore Romano, firmado por Mario Ponzi, estima que la divulgación completa del documento judicial demuestra la "voluntad de transparencia y respeto por la autoridad".
"Se trata de un gesto valiente", comentó por su parte el jesuita Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, quien aseguró que el juicio al mayordomo infiel y a su cómplice probablemente se iniciará en octubre, será público -algo inédito- y que la investigación "sigue abierta": es decir, que podrían aparecer más cómplices y los verdaderos mandantes.
Por ahora lo que más sorprende de las confesiones del mayordomo, es que se sentía "invadido por el Espíritu Santo" para poner orden en el Vaticano, ante "el mal y la corrupción que cunde por todas partes en la Iglesia".
Imagen de archivo del mayordomo del papa Benedicto XV, Paolo Gabriele, acompañando al pontífice el 25 de abril de 2012 en Roma. Las autoridades del Vaticano optaron por la "transparencia" al divulgar a la prensa la instrucción del caso por la filtración de documentos secretos por el que serán juzgados el mayordomo del Papa y un cómplice, pero la decisión genera de todos modos dudas y sorpresas.
Las autoridades del Vaticano optaron por la "transparencia" al divulgar el lunes a la prensa la instrucción del caso por la filtración de documentos secretos por el que serán juzgados el mayordomo del Papa y un cómplice, pero la inédita decisión genera de todos modos dudas y sorpresas.
El texto divulgado el lunes, de 30 páginas, firmado por el juez de instrucción, Piero Bonnet, y el procurador Nicola Picardi, pide que se juzgue al mayordomo Paolo Gabriele por "robo agravado" y a un técnico informático de la Secretaría de Estado, Claudio Sciarpelletti, por haber "colaborado" con él.
"El documento deja muchas dudas sobre quién está detrás de la mano que llevó al mayordomo a entregar esas cartas a alguien externo", sostiene el diario italiano La Repubblica.
El hecho de que se deje fuera del proceso por ahora a varios cómplices identificados con iniciales, que sabían que Gabriele había suministrado cartas y apuntes reservados a un periodista italiano, suscita reacciones negativas en los medios de prensa italianos y entre los vaticanistas.
La explicación del "padre espiritual", identificado con la inicial B, quien recibió fotocopias de toda la documentación entregada a Gianluigi Nuzzi para el libro 'Sua Santita', de haber destruido el material por "ser fruto de una actividad deshonesta", no resulta suficiente.
La documentación "No disipa las nubes que envuelven al Vaticano ni la lucha por el poder interno", escribió en un editorial Adriano Prosperi en La Repubblica.
Gabriele además va a ser juzgado por "robo" y no por la filtración y divulgación de secretos, lo que para algunos analistas es mucho más grave, dado los daños de imagen causados al pontífice y al Vaticano, ya que desvelaban las intrigas terrenales, el malestar interno, los odios entre facciones y de alguna manera la fragilidad de Benedicto XVI.
"Ahora sería bueno que se publicara el informe de los cardenales sobre el caso" escribió Marco Politi, veterano vaticanista del diario Il Fatto Quotidiano, al mencionar la investigación paralela que realizan tres importantes purpurados. "Hay todavía muchas cosas por aclarar", comentó Politi.
Para el vaticanista de La Stampa Marco Tosatti, el Papa quiere "saber y que se sepa lo que ocurrió", aseguró en una charla con la AFP.
Los documentos divulgados el lunes por la magistratura vaticana "retratan una historia coherente, completa, sin omisiones", sostiene el experto.
Por su parte, el Vaticano defiende su decisión y en un artículo en el diario L'Osservatore Romano, firmado por Mario Ponzi, estima que la divulgación completa del documento judicial demuestra la "voluntad de transparencia y respeto por la autoridad".
"Se trata de un gesto valiente", comentó por su parte el jesuita Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, quien aseguró que el juicio al mayordomo infiel y a su cómplice probablemente se iniciará en octubre, será público -algo inédito- y que la investigación "sigue abierta": es decir, que podrían aparecer más cómplices y los verdaderos mandantes.
Por ahora lo que más sorprende de las confesiones del mayordomo, es que se sentía "invadido por el Espíritu Santo" para poner orden en el Vaticano, ante "el mal y la corrupción que cunde por todas partes en la Iglesia".
Imagen de archivo del mayordomo del papa Benedicto XV, Paolo Gabriele, acompañando al pontífice el 25 de abril de 2012 en Roma. Las autoridades del Vaticano optaron por la "transparencia" al divulgar a la prensa la instrucción del caso por la filtración de documentos secretos por el que serán juzgados el mayordomo del Papa y un cómplice, pero la decisión genera de todos modos dudas y sorpresas.