Crisis siria alimenta violencia Irak, retorno Al Qaeda

Bagdad, AFP
Fue un ataque audaz y complejo, característico de la rama iraquí de Al Qaeda en su momento de mayor poder.

Dos bombas, que estallaron con una diferencia de sólo algunos minutos, mataron, hirieron y distrajeron mientras un equipo de atacantes suicidas se detonaba en una base de policía de Bagdad para tratar de liberar a insurgentes encarcelados.

El asalto del martes contra una unidad de la policía antiterrorista en Bagdad fue el más reciente en una iniciativa de Estado Islámico de Irak, una filial local de Al Qaeda, para cumplir una promesa de recuperar el terreno perdido en su guerra contra las tropas estadounidenses. Incluso, su líder ha amenazado con atacar a Estados Unidos.

Los insurgentes en última instancia no lograron liberar a sus prisioneros, pero el mensaje estuvo claro: hemos vuelto.

Mientras que militantes musulmanes sunitas se filtran en la vecina Siria para luchar contra el presidente Bashar al-Assad, expertos en seguridad dicen que Al Qaeda está juntando fondos, gente y confianza a ambos lados de la frontera, reforzándose tras años de pérdidas contra las tropas de Estados Unidos y sus aliados iraquíes.

Estado Islámico de Irak y otros grupos militantes sunitas odian a la minoritaria secta alauita de Assad, una rama lejana del Islam chiíta, a la que ven como un opresor hereje de los sunitas.

Hostiles a los chiítas en general, también se oponen al gobierno liderado por los chiítas del primer ministro iraquí Nuri al-Maliki. Irán, principal potencia chiíta en la región, es un aliado firme de Assad y ostenta gran influencia en Bagdad.

Al Qaeda parece estar explotando las tensiones sunitas-chiítas alimentadas por el creciente conflicto sectario en Siria. Muchos sunitas en Irak ya están indignados con lo que ven como la determinación de Maliki para minimizar su participación en el poder.

"La crisis siria es un canal por el que una rama de Al Qaeda dominada por iraquíes es más capaz de atraer combatientes y recursos a su causa", dijo Ramzy Mardini, analista del Instituto del Estudio de la Guerra en Washington. "Esto podría ser el renacimiento de la confianza de parte de los extremistas sunitas", agregó.

LEGITIMIDAD

Alguna vez en el corazón de la insurgencia sunita contra las fuerzas lideradas por Estados Unidos, Al Qaeda perdió a muchos comandantes a manos de las tropas iraquíes y estadounidenses.

Las tribus sunitas revirtieron la corriente contra ella desde el 2007, cuando lucharon contra el grupo con armas provistas por Estados Unidos, en parte ante la repulsión por la carnicería indiscriminada que había infligido en la población civil.

La violencia iraquí ha disminuido desde el baño de sangre sectario de 2006-2007, pero cada mes desde que se fueron las tropas estadounidenses en diciembre, Al Qaeda se ha atribuido la responsabilidad de al menos un ataque grande y bien coordinado.

Un retorno a la violencia sectaria abierta parece improbable, pero la posible caída de Assad en Siria preocupa a los líderes chiítas de Irak, que temen que un gobierno sunita de línea dura pueda llegar al poder en su lugar, apuntalando a los militantes sunitas en Irak.

Bagdad dice que veteranos combatientes de Al Qaeda ya están cruzando la frontera de 680 kilómetros a Siria para contactarse y realizar ataques contra el gobierno de Assad. Eso ofrece a Estado Islámico de Irak una nueva legitimidad a los ojos de algunos sunitas, dicen expertos.

En la frontera occidental de Irak con Siria, cerca de Albu Kamal, el descontento del otro lado de la frontera ha alentado la simpatía en un territorio sunita con lazos tribales y familiares compartidos.

La influencia de Al Qaeda es fuerte en algunas aldeas fronterizas remotas y las fuerzas iraquíes combaten a diario con contrabandistas e insurgentes que envían combatientes y armas a Siria, dijo un alto funcionario iraquí de seguridad.

"La legitimidad religiosa de la guerra siria y el incremento del financiamiento y de los combatientes benefician casi sin duda a Al Qaeda en Irak", dijo por su parte Seth Jones, experto en antiterrorismo de la Corporación RAND de Washington y autor de libros sobre Al Qaeda. "(Al Qaeda) está fuertemente involucrada en supervisar la guerra en Siria", agregó.

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