Corea del Norte pide ayuda alimentaria para hacer frente a las inundaciones
Kim Jong-un asegura a China que su prioridad es desarrollar la economía y mejorar el nivel de vida de la población
Jose Reinoso
Pekín, El País
Corea del Norte ha pedido ayuda de emergencia a la comunidad internacional para hacer frente a las lluvias torrenciales y las inundaciones que han castigado este verano al país, según ha asegurado la ONU. Pyongyang “ha solicitado que Naciones Unidas libere las existencias que tiene preparadas para casos de emergencia, incluidos comida y combustible”, después de que más de 100 personas fallecieran y 100.000 perdieran sus hogares, según ha informado la oficina del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. La petición se ha producido al mismo tiempo que el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, ha asegurado a un dirigente chino de visita en Pyongyang que su prioridad es reanimar la depauperada economía y mejorar las condiciones de vida de la población.
Responsables de la delegación de la ONU en el Norte han visitado las zonas más afectadas por las tormentas y han afirmado que hacen falta de forma urgente alimentos y un mejor acceso a agua limpia para evitar enfermedades. La situación ha agravado la falta de alimentos que sufre el país asiático, donde unos 16 millones de sus 24 millones de habitantes carecen de suficiente comida y sufren desnutrición.
Los desastres naturales castigan cada año a Corea del Norte, que experimenta desde hace décadas escasez crónica de alimentos, problemas en la gestión de la economía y el aislamiento por parte de la comunidad internacional, debido a su programa de armas nucleares. Se estima que hasta dos millones de personas han muerto de hambre en el país desde mediados de la década de 1990.
Naciones Unidas endureció las sanciones contra Pyongyang en respuesta al lanzamiento de un misil de largo alcance el pasado 13 de abril, que se estrelló al poco de despegar. El ensayo fallido dejó al país sin 240.000 toneladas de alimentos que le había prometido Estados Unidos a cambio de una moratoria en su programa de armas atómicas y de misiles. Corea del Sur ha asegurado que no piensa responder a la petición de ayuda del Norte. Los dos países vecinos siguen teóricamente en guerra, ya que el conflicto de Corea (1950-1953) concluyó con una tregua que nunca se convirtió en tratado de paz definitivo.
Kim Jong-un, que accedió al poder tras la muerte de su padre, Kim Jong-il, en diciembre del año pasado, ha tomado una serie de medidas, comenzando por el Ejército, para consolidar su poder e intentar mejorar la situación del país, uno de los más pobres del mundo. Y así se lo ha manifestado a una delegación china que ha viajado esta semana a Pyongyang, dirigida por Wang Jiarui, director del departamento internacional del Partido Comunista Chino. En un encuentro celebrado el jueves por la noche, Kim dijo a Wang que su objetivo es “desarrollar la economía y mejorar el nivel de vida de la gente para que el pueblo coreano lleve una vida feliz y civilizada”, según la agencia oficial china Xinhua.
Las declaraciones ante el enviado de Pekín son un signo de que el joven Kim puede estar planeando llevar a cabo reformas económicas profundas, lo que supondría un cambio crucial respecto a la política de su padre. Pekín ve con buenos ojos una apertura gradual de la economía norcoreana, ya que por un lado generaría oportunidades de negocio para sus empresas y, por otro, contribuiría a alejar el fantasma de inestabilidad social en el país vecino y de una huida masiva de refugiados hacia su territorio.
Ante las sanciones internacionales impuestas por sus programas nuclear y de misiles, Pyongyang se ha visto forzado a depender en gran medida de Pekín. Los dirigentes chinos han insistido con frecuencia a los norcoreanos que deben aprender las lecciones del proceso de transformación chino hacia una economía de mercado con características propias. Según algunos expertos, la visita de Wang puede ser interpretada como un apoyo del Gobierno chino a las futuras reformas norcoreanas. Pero para abrir su economía, Kim Jong-un tendrá que resolver su enfrentamiento con la comunidad internacional. Las negociaciones para el desmantelamiento de su programa de armamento nuclear están paralizadas. FIN
Jose Reinoso
Pekín, El País
Corea del Norte ha pedido ayuda de emergencia a la comunidad internacional para hacer frente a las lluvias torrenciales y las inundaciones que han castigado este verano al país, según ha asegurado la ONU. Pyongyang “ha solicitado que Naciones Unidas libere las existencias que tiene preparadas para casos de emergencia, incluidos comida y combustible”, después de que más de 100 personas fallecieran y 100.000 perdieran sus hogares, según ha informado la oficina del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. La petición se ha producido al mismo tiempo que el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, ha asegurado a un dirigente chino de visita en Pyongyang que su prioridad es reanimar la depauperada economía y mejorar las condiciones de vida de la población.
Responsables de la delegación de la ONU en el Norte han visitado las zonas más afectadas por las tormentas y han afirmado que hacen falta de forma urgente alimentos y un mejor acceso a agua limpia para evitar enfermedades. La situación ha agravado la falta de alimentos que sufre el país asiático, donde unos 16 millones de sus 24 millones de habitantes carecen de suficiente comida y sufren desnutrición.
Los desastres naturales castigan cada año a Corea del Norte, que experimenta desde hace décadas escasez crónica de alimentos, problemas en la gestión de la economía y el aislamiento por parte de la comunidad internacional, debido a su programa de armas nucleares. Se estima que hasta dos millones de personas han muerto de hambre en el país desde mediados de la década de 1990.
Naciones Unidas endureció las sanciones contra Pyongyang en respuesta al lanzamiento de un misil de largo alcance el pasado 13 de abril, que se estrelló al poco de despegar. El ensayo fallido dejó al país sin 240.000 toneladas de alimentos que le había prometido Estados Unidos a cambio de una moratoria en su programa de armas atómicas y de misiles. Corea del Sur ha asegurado que no piensa responder a la petición de ayuda del Norte. Los dos países vecinos siguen teóricamente en guerra, ya que el conflicto de Corea (1950-1953) concluyó con una tregua que nunca se convirtió en tratado de paz definitivo.
Kim Jong-un, que accedió al poder tras la muerte de su padre, Kim Jong-il, en diciembre del año pasado, ha tomado una serie de medidas, comenzando por el Ejército, para consolidar su poder e intentar mejorar la situación del país, uno de los más pobres del mundo. Y así se lo ha manifestado a una delegación china que ha viajado esta semana a Pyongyang, dirigida por Wang Jiarui, director del departamento internacional del Partido Comunista Chino. En un encuentro celebrado el jueves por la noche, Kim dijo a Wang que su objetivo es “desarrollar la economía y mejorar el nivel de vida de la gente para que el pueblo coreano lleve una vida feliz y civilizada”, según la agencia oficial china Xinhua.
Las declaraciones ante el enviado de Pekín son un signo de que el joven Kim puede estar planeando llevar a cabo reformas económicas profundas, lo que supondría un cambio crucial respecto a la política de su padre. Pekín ve con buenos ojos una apertura gradual de la economía norcoreana, ya que por un lado generaría oportunidades de negocio para sus empresas y, por otro, contribuiría a alejar el fantasma de inestabilidad social en el país vecino y de una huida masiva de refugiados hacia su territorio.
Ante las sanciones internacionales impuestas por sus programas nuclear y de misiles, Pyongyang se ha visto forzado a depender en gran medida de Pekín. Los dirigentes chinos han insistido con frecuencia a los norcoreanos que deben aprender las lecciones del proceso de transformación chino hacia una economía de mercado con características propias. Según algunos expertos, la visita de Wang puede ser interpretada como un apoyo del Gobierno chino a las futuras reformas norcoreanas. Pero para abrir su economía, Kim Jong-un tendrá que resolver su enfrentamiento con la comunidad internacional. Las negociaciones para el desmantelamiento de su programa de armamento nuclear están paralizadas. FIN