Combatientes libios se unen a rebelión siria
Beirut, Reuters
Veteranos combatientes de la guerra civil del año pasado en Libia han llegado al frente en Siria para ayudar a entrenar y organizar a los rebeldes, que se encuentran en unas condiciones mucho más extremas que las de la batalla contra Muammar Gaddafi, dijo a Reuters un francotirador libio-irlandés.
Hussam Najjar es de Dublín, de padre libio y madre irlandesa y responde al nombre de Sam. Francotirador entrenado, formó parte de la unidad rebelde que irrumpió en el palacio de Gaddafi en Trípoli hace un año, dirigida por Mahdi al-Harati, un poderoso jefe miliciano de las montañas del oeste de Libia.
Harati dirige ahora una unidad en Siria, compuesta principalmente por sirios, pero en la que también hay algunos combatientes extranjeros, como 20 veteranos de su propia unidad rebelde de Libia. Najjar dijo que el líder miliciano le pidió hace unos meses que se uniera a ellos desde Dublín.
Entre los libios que ayudan a los rebeldes sirios hay especialistas en comunicaciones, logística, asuntos humanitarios y armas pesadas, dijo. Gestionan bases de entrenamiento y enseñan formación física y tácticas de batalla.
Najjar dijo que se sorprendió al ver lo mal armados y desorganizados que estaban los rebeldes sirios y afirmó que la mayoría suní siria está mucho más reprimida y oprimida bajo el régimen de Assad que lo que estaban los libios bajo el mando de Gaddafi.
"Me llevé una sorpresa. No hay nada de lo que te digan que te prepare para lo que se ve. El estado de los suníes allí -su estado de ánimo, su destino- todas esas cosas las ha ido erosionando lentamente el régimen con el tiempo", dijo.
"Casi lloré por ellos cuando vi las armas, son absolutamente inútiles. Nos están vendiendo las sobras de la guerra de Irak, los restos de aquí y de allá", agregó. "Afortunadamente esto es algo que podemos hacer por ellos: sabemos cómo arreglar armas, cómo mantenerlas, detectar los problemas y solucionarlos", dijo.
Desde que llegó hace meses, el arsenal rebelde se ha convertido en "cinco veces más potente", relató. Los combatientes han logrado artillería antiaérea de gran calibre y fusiles de francotirador.
La desorganización es un problema grave. A diferencia de los combatientes libios, que se beneficiaron de una zona de exclusión aérea impuesta por la OTAN y pudieron levantar campamentos de entrenamiento a gran escala, los rebeldes sirios nunca han estado fuera del alcance del poderío aéreo de Assad.
"En Libia, con la zona de exclusión aérea, fuimos capaces de reunir entre 1.400-1.500 hombres en un sitio y tener pelotones y brigadas. Aquí tenemos hombres dispersos por todas partes", dijo.
FALTA DE UNIDAD
Aunque muchas unidades rebeldes luchan bajo la bandera del Ejército Libre de Siria, sus mandos son locales y están mal coordinados, dijo Najjar.
"Uno de los principales factores en el retraso de la revolución es la falta de unidad entre los rebeldes", declaró. "Lamentablemente, sólo cuando se sienten contra la pared empiezan a darse cuenta de que deberían (unirse)", agregó.
El levantamiento sirio se ha convertido en una guerra civil sin cuartel con tintes sectarios, enfrentando a los rebeldes de mayoría suní con las fuerzas de seguridad dominadas por los alauitas de Assad, una rama del islam chií.
Assad cuenta con el apoyo de los dirigentes chiíes de Irán y la oposición de la mayoría de los estados árabes, que están gobernados por suníes.
"Esto no se trata solamente de la caída de Assad. Esto se trata de los musulmanes suníes de Siria retomando el control de su país y expulsando a la minoría que los ha estado oprimiendo por generaciones", concluyó Najjar.
Veteranos combatientes de la guerra civil del año pasado en Libia han llegado al frente en Siria para ayudar a entrenar y organizar a los rebeldes, que se encuentran en unas condiciones mucho más extremas que las de la batalla contra Muammar Gaddafi, dijo a Reuters un francotirador libio-irlandés.
Hussam Najjar es de Dublín, de padre libio y madre irlandesa y responde al nombre de Sam. Francotirador entrenado, formó parte de la unidad rebelde que irrumpió en el palacio de Gaddafi en Trípoli hace un año, dirigida por Mahdi al-Harati, un poderoso jefe miliciano de las montañas del oeste de Libia.
Harati dirige ahora una unidad en Siria, compuesta principalmente por sirios, pero en la que también hay algunos combatientes extranjeros, como 20 veteranos de su propia unidad rebelde de Libia. Najjar dijo que el líder miliciano le pidió hace unos meses que se uniera a ellos desde Dublín.
Entre los libios que ayudan a los rebeldes sirios hay especialistas en comunicaciones, logística, asuntos humanitarios y armas pesadas, dijo. Gestionan bases de entrenamiento y enseñan formación física y tácticas de batalla.
Najjar dijo que se sorprendió al ver lo mal armados y desorganizados que estaban los rebeldes sirios y afirmó que la mayoría suní siria está mucho más reprimida y oprimida bajo el régimen de Assad que lo que estaban los libios bajo el mando de Gaddafi.
"Me llevé una sorpresa. No hay nada de lo que te digan que te prepare para lo que se ve. El estado de los suníes allí -su estado de ánimo, su destino- todas esas cosas las ha ido erosionando lentamente el régimen con el tiempo", dijo.
"Casi lloré por ellos cuando vi las armas, son absolutamente inútiles. Nos están vendiendo las sobras de la guerra de Irak, los restos de aquí y de allá", agregó. "Afortunadamente esto es algo que podemos hacer por ellos: sabemos cómo arreglar armas, cómo mantenerlas, detectar los problemas y solucionarlos", dijo.
Desde que llegó hace meses, el arsenal rebelde se ha convertido en "cinco veces más potente", relató. Los combatientes han logrado artillería antiaérea de gran calibre y fusiles de francotirador.
La desorganización es un problema grave. A diferencia de los combatientes libios, que se beneficiaron de una zona de exclusión aérea impuesta por la OTAN y pudieron levantar campamentos de entrenamiento a gran escala, los rebeldes sirios nunca han estado fuera del alcance del poderío aéreo de Assad.
"En Libia, con la zona de exclusión aérea, fuimos capaces de reunir entre 1.400-1.500 hombres en un sitio y tener pelotones y brigadas. Aquí tenemos hombres dispersos por todas partes", dijo.
FALTA DE UNIDAD
Aunque muchas unidades rebeldes luchan bajo la bandera del Ejército Libre de Siria, sus mandos son locales y están mal coordinados, dijo Najjar.
"Uno de los principales factores en el retraso de la revolución es la falta de unidad entre los rebeldes", declaró. "Lamentablemente, sólo cuando se sienten contra la pared empiezan a darse cuenta de que deberían (unirse)", agregó.
El levantamiento sirio se ha convertido en una guerra civil sin cuartel con tintes sectarios, enfrentando a los rebeldes de mayoría suní con las fuerzas de seguridad dominadas por los alauitas de Assad, una rama del islam chií.
Assad cuenta con el apoyo de los dirigentes chiíes de Irán y la oposición de la mayoría de los estados árabes, que están gobernados por suníes.
"Esto no se trata solamente de la caída de Assad. Esto se trata de los musulmanes suníes de Siria retomando el control de su país y expulsando a la minoría que los ha estado oprimiendo por generaciones", concluyó Najjar.