Chupete Suazo se encargó de liquidar a Chivas
Guagalajara, EFE
Chivas fue uno antes y después de Omar Arellano. Y Monterrey, fue uno antes y después de Humberto Suazo. Cada quien se transformó. El Rebaño para mal, y los Rayados para bien.
El resultado habla por sí solo: Chivas 1-2 Monterrey.
De poco sirvió atraer a la afición con la Fiesta Rebaño que incluyó los puestos de comida mexicana a las afueras del estadio Omnilife que no registró un lleno.
En los inicios del partido, el Guadalajara era intenso por las bandas. Carlos Fierro y Omar Arellano arribaban velozmente por las bandas en busca del remate de Rafael Márquez Lugo. La defensa regia se notaba frágil. Parecía que las fuertes declaraciones de John van´t Ship contra sus jugadores habían surtido el efecto necesario para sacudir a un grupo aletargado en zona de confort.
La Pina se sentía en buenas condiciones y apostaba al tiro de media distancia para poner a prueba los reflejos de Jonathan Orozco, quien reaccionó a tiempo para desviar el balón.
Poco después ambos equipos cayeron en imprecisiones, pero antes de que se prolongaran los errores, Guadalajara supo elaborar una buena jugada que culminó Márquez Lugo.
Monterrey no despertaba, y Chivas creció en su confianza hasta para hacer triangulaciones con tacón incluido de Márquez Lugo.
Y así, cuando más sólido estaba el Rebaño, cuando Van´t Schip dibujaba una sonrisa de tranquilidad se lesionó el jugador que él mismo ha señalado como el mejor en los momentos más críticos: Omar Arellano Riverón. Al 27, el medio volante ofensivo se quejó de una molestia muscular en el muslo y él mismo solicitó el relevo para que ingresara el debutante Luis Morales.
A partir de entonces, las revoluciones de Chivas disminuyeron sensiblemente, y Monterrey ganó la posesión del balón y terminó encima de su rival con un talentoso Chelito Delgado amenazando a Luis Michel.
En el medio tiempo, el técnico Víctor Manuel Vucetich no esperó más para hacer el ajuste y envió a la cancha para el segundo tiempo a su mejor elemento, pero a la vez el más polémico por temperamento.
El Rebaño se notaba titubeante, pero aún así Marco Fabián tuvo en sus pies escribir el 2-0, pero Orozco salió al encuentro y rechazó el disparo.
Suazo se decidió a su acto de aparición al '57 y al '61. Las dos veces hizo daño por el centro, ante una defensa débil que pretendía dejar al chileno en fuera de lugar, pero en lo que ellos hacían el movimiento, el Chupete ya estaba solo frente al portero para anotar.
En cuestión de minutos, Chivas se extravió, y Suazo seguía inspirado, con el deseo de aumentar el marcador a un tono escandaloso. Pero Michel adivinó la intención del Chupete cuando lo quiso sorprender desde fuera del área. En otra, el abanderado señaló ahora sí fuera de lugar al momento que Humberto hizo contacto con el balón.
Y mientras Chivas era un caos en la cancha. Se olvidó por completo de poner el esférico en el pasto, quiso salir de su área a pelotazos, y Monterrey las ganaba todas. Los cambios de Van´t Ship no funcionaron, Christian Pérez y el Cubo Torres simplemente alinearon pero no pesaron.
Para colmo, cuando por fin Márquez Lugo igualó, se le marcó fuera de lugar. Pese a todo, Chivas no desistió, a base de coraje buscó, pero sin orden era complicado.
La situación cada vez es más apremiante para Chivas que se quedó con 5 puntos de 18. Sin duda tuvo una semana difícil después del golpe que le propinó el Xelajú, de Guatemala. Los siguientes días tampoco serán sencillos ya que habrá poco tiempo para ensayar el sistema ya que el miércoles reciben al WConection en Concachampions, y el domingo al Puebla. Lo único positivo es que no saldrán de Guadalajara y se evitarán el ir y venir de los viajes.
Chivas fue uno antes y después de Omar Arellano. Y Monterrey, fue uno antes y después de Humberto Suazo. Cada quien se transformó. El Rebaño para mal, y los Rayados para bien.
El resultado habla por sí solo: Chivas 1-2 Monterrey.
De poco sirvió atraer a la afición con la Fiesta Rebaño que incluyó los puestos de comida mexicana a las afueras del estadio Omnilife que no registró un lleno.
En los inicios del partido, el Guadalajara era intenso por las bandas. Carlos Fierro y Omar Arellano arribaban velozmente por las bandas en busca del remate de Rafael Márquez Lugo. La defensa regia se notaba frágil. Parecía que las fuertes declaraciones de John van´t Ship contra sus jugadores habían surtido el efecto necesario para sacudir a un grupo aletargado en zona de confort.
La Pina se sentía en buenas condiciones y apostaba al tiro de media distancia para poner a prueba los reflejos de Jonathan Orozco, quien reaccionó a tiempo para desviar el balón.
Poco después ambos equipos cayeron en imprecisiones, pero antes de que se prolongaran los errores, Guadalajara supo elaborar una buena jugada que culminó Márquez Lugo.
Monterrey no despertaba, y Chivas creció en su confianza hasta para hacer triangulaciones con tacón incluido de Márquez Lugo.
Y así, cuando más sólido estaba el Rebaño, cuando Van´t Schip dibujaba una sonrisa de tranquilidad se lesionó el jugador que él mismo ha señalado como el mejor en los momentos más críticos: Omar Arellano Riverón. Al 27, el medio volante ofensivo se quejó de una molestia muscular en el muslo y él mismo solicitó el relevo para que ingresara el debutante Luis Morales.
A partir de entonces, las revoluciones de Chivas disminuyeron sensiblemente, y Monterrey ganó la posesión del balón y terminó encima de su rival con un talentoso Chelito Delgado amenazando a Luis Michel.
En el medio tiempo, el técnico Víctor Manuel Vucetich no esperó más para hacer el ajuste y envió a la cancha para el segundo tiempo a su mejor elemento, pero a la vez el más polémico por temperamento.
El Rebaño se notaba titubeante, pero aún así Marco Fabián tuvo en sus pies escribir el 2-0, pero Orozco salió al encuentro y rechazó el disparo.
Suazo se decidió a su acto de aparición al '57 y al '61. Las dos veces hizo daño por el centro, ante una defensa débil que pretendía dejar al chileno en fuera de lugar, pero en lo que ellos hacían el movimiento, el Chupete ya estaba solo frente al portero para anotar.
En cuestión de minutos, Chivas se extravió, y Suazo seguía inspirado, con el deseo de aumentar el marcador a un tono escandaloso. Pero Michel adivinó la intención del Chupete cuando lo quiso sorprender desde fuera del área. En otra, el abanderado señaló ahora sí fuera de lugar al momento que Humberto hizo contacto con el balón.
Y mientras Chivas era un caos en la cancha. Se olvidó por completo de poner el esférico en el pasto, quiso salir de su área a pelotazos, y Monterrey las ganaba todas. Los cambios de Van´t Ship no funcionaron, Christian Pérez y el Cubo Torres simplemente alinearon pero no pesaron.
Para colmo, cuando por fin Márquez Lugo igualó, se le marcó fuera de lugar. Pese a todo, Chivas no desistió, a base de coraje buscó, pero sin orden era complicado.
La situación cada vez es más apremiante para Chivas que se quedó con 5 puntos de 18. Sin duda tuvo una semana difícil después del golpe que le propinó el Xelajú, de Guatemala. Los siguientes días tampoco serán sencillos ya que habrá poco tiempo para ensayar el sistema ya que el miércoles reciben al WConection en Concachampions, y el domingo al Puebla. Lo único positivo es que no saldrán de Guadalajara y se evitarán el ir y venir de los viajes.