Primera carga marítima entre Miami y La Habana en 50 años

Eulimar Núñez
BBC Mundo, Miami

Un viaje sin escala desde el corazón del exilio cubano hasta el puerto de La Habana. Poco antes de las 11:00 am (hora local) de este miércoles zarpó el primer cargamento marítimo de Miami a Cuba en más de 50 años.

El buque "Ana Cecilia" está al mando de la International Port Corporation (IPC), que a pesar de ser una compañía comercial, ha asegurado que solo está transportando bienes de ayuda humanitaria y que cuentan con todos los permisos y licencias legales para hacerlo semanalmente.

El servicio es visto por algunos como una muestra de flexibilización del embargo económico que Estados Unidos mantiene contra Cuba desde 1961, que se ha suavizado o recrudecido dependiendo del gobierno de turno (históricamente, los republicanos han sido más partidarios del embargo que los demócratas).

En 2009, el presidente Barack Obama ya tomó algunas medidas para flexibilizar el embargo, al levantar las restricciones de viajar a Cuba de los ciudadanos estadounidenses de origen cubano y con familiares en la isla y eliminar el límite en el envío de remesas al país caribeño.

Pero para la congresista republicana, Ileana Ros-Lethinen, este envío de mercancía incurre en una violación de la ley.

El portavoz de IPC, Leonardo Sánchez, dijo a BBC Mundo que el objetivo de la empresa es llevar a cabo envíos humanitarios a Cuba "de manera formal, profesional y legal". Para ello, empezaron hace casi dos años con los trámites para obtener los permisos necesarios, tanto del Departamento de Comercio de Estados Unidos como de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC).

Este primer envío, explica Sánchez, consta de un solo contenedor con artículos personales que son enviados de un familiar a otro: ropa, medicina, comida y algunos productos de higiene personal.

En enero de 2011, el presidente Barack Obama anunció que los estadounidenses podían viajar a Cuba con fines religiosos y culturales y no sólo para visitar familiares. En ese momento también se eliminaron ciertas restricciones para el envío de remesas a la isla.

Según Obama, la sociedad civil en Cuba resultaría fortalecida con estas medidas. Para la congresista Ileana Ros-Lethinen, sin embargo, los cambios "solo traerían beneficios económicos al moribundo régimen cubano".

En ese momento, La Habana reaccionó diciendo que la medida solo expresaba "el reconocimiento del fracaso de la política de Estados Unidos contra Cuba y de que busca nuevas vías para lograr sus objetivos históricos de dominación".

"Las únicas cosas grandes que van en este cargamento son un colchón y una silla de ruedas eléctrica para inválidos. La idea es que el servicio también pueda ser utilizado por organizaciones caritativas o iglesias", señala Sánchez a BBC Mundo.

Su afán por describir el contenido del cargamento radica en que si algo de lo que transporta tiene fines comerciales, su compañía podría estar en problemas.

Eso es precisamente lo que está denunciando la congresista Ros-Lethinen, de origen cubano, quien emitió una carta el pasado 19 de junio dirigida a la OFAC, en la que asegura que la empresa IPC está violando la ley Helms-Burton, que señala que si un barco sale de un puerto (no solo estadounidense sino cualquier otro) y arriba a Cuba para hacer negocios, deberá esperar 180 días para volver a territorio estadounidense.

Sánchez asegura que solo tuvieron conocimiento de la denuncia un día antes de que partiera el cargamento y -como tienen todos los permisos- han decidido "ignorarla".
Desinformación

El profesor de Historia de la Universidad de Miami, Jaime Suchlicki, miembro del Intituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos, considera que el envío es sin duda un símbolo de flexibilización, pero también -dice- es una consecuencia de lo que ha estado ocurriendo desde hace un par de años.

"La gente ya estaba enviando artículos por avión, ahora lo que se ha abierto es una vía marítima. El próximo paso, a mi parecer, sería que los cubanos puedan ir a la isla en barco. Si ello llegara a ocurrir, se debilitaría gravemente el embargo".

Suchlicki explica que esta no es una sorpresa, porque con el gobierno de Obama se ha llevado a cabo una "continua flexibilización".

"Incluso hay gente que ha estado tratando de organizar que zarpe un ferry desde Cayo Hueso hasta La Habana o incluso desde Miami. Ese podría ser el próximo interés de las compañías marítimas: no transportar solo mercancía sino también pasajeros. De todas formas, creo que no ocurrirá mucho más hasta las elecciones en noviembre. Y entonces, todo dependerá de quién las gane. Si gana de nuevo Obama, habrá más flexibilizaciones; si gana el virtual candidato republicano Mitt Romney, volveremos a una política de mano dura", concluye Suchlicki.

Mientras tanto, el corresponsal de BBC Mundo en La Habana, Fernando Ravsberg, aseguró que en Cuba poco y nada se conoce de la llegada del barco procedente de Miami este jueves por la tarde.

"Ningún medio de prensa ha anunciado su arribo", dice Ravsberg y reitera que durante los últimos años ha crecido el flujo de paquetería desde EE.UU. a Cuba, que incluye desde ropa hasta refrigeradores y ventas por catálogo de productos en el país.

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