Los islamistas paran la destrucción de mausoleos en Malí, la CPI amenaza

Tombuctú, AFP
Los islamistas armados que controlan el norte de Malí suspendieron este domingo por la tarde las demoliciones de mausoleos de santos musulmanes en Tombuctú, calificadas de "crimen de guerra" por la fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) que amenaza con perseguir a sus autores.

En dos días, siete de los 16 mausoleos, construidos con tierra como casi todos los edificios de esta ciudad mítica situada al filo del desierto, fueron destruidos.

Después de los santuarios de Sidi Mahmud (norte de la ciudad), Sidi Moctar (noreste) y Alpha Moya (este) el sábado, este domingo los milicianos del grupo Ansar Din demolieron otros cuatro, incluido el de Sheij el Kebir, situados en el recinto del cementerio de Djingareyber (sur), contó un testigo.

"Mi mensaje para los implicados en este acto criminal es claro: detened la destrucción de bienes religiosos ahora. Es un crimen de guerra que mis servicios están plenamente autorizados a investigar", declaró a la AFP la fiscal de la CPI, Fatu Bensuda, en Dakar, donde se encuentra de visita.

"Mis servicios siguen muy de cerca los acontecimientos en Malí y no dudarán en tomar las medidas apropiadas si las informaciones recabadas indican que se ha cometido un crimen, quienquiera que sea su autor", añadió.

Durante las operaciones de destrucción del domingo, "alguien de Ansar Din dijo que dondequiera que haya mausoleos, serán demolidos, incluso en las mezquitas", afirmó un testigo.

Tombuctú cuenta con tres mezquitas: Djingareyber, Sidi Yahia y Sankoré, todas ellas joyas arquitectónicas incluidas en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO. En las dos primeras hay santos enterrados, según un experto en la historia de Tombuctú y oriundo de esta ciudad.

Ansar Din (Defensor del Islam) hizo saber que todos los mausoleos de Tombuctú serían destruidos después de que el jueves la UNESCO los inscribiera en la lista de patrimonio mundial en peligro. El grupo dijo que no reconoce a esa organización de Naciones Unidas y que actúa "en nombre de Dios".

La agencia de la ONU estimó que la presencia de los islamistas ponía en peligro Tombuctú, conocida como "la ciudad de los 333 santos" en referencia a las personas veneradas de su pasado que yacen en ella.

El gobierno malí pidió este domingo a la ONU que tome medidas para proteger los mausoleos.

"Malí exhorta a la ONU a tomar medidas concretas para poner fin a esos crímenes contra la herencia cultural de la población", declaró la ministra malí de Artes, Turismo y Cultura, Fadima Turé Diallo, en una reunión de la UNESCO en San Petersburgo.

Por su lado, Marruecos reclamó "una intervención urgente" de los Estados islámicos y de la comunidad internacional para proteger el rico patrimonio de Malí y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, estimó que "semejantes ataques contra lugares pertenecientes a la herencia cultural son completamente injustificados".

Tombuctú fue fundada entre el siglo XI y el siglo XII, según los documentos, por tribus tuaregs.

Fue un gran centro intelectual del islam y una antigua metrópolis mercantil próspera gracias a las caravanas.

Sus tres grandes mezquitas, pero sobre todo decenas de miles de manuscritos, algunos de los cuales datan de la era anterior al islam, son un testimonio de su antiguo esplendor y de su edad de oro en el siglo XVI.

La Tumba de los Askia, edificada en 1495 en la región de Gao, incluye un sepulcro piramidal y una mezquita.

El norte de Malí escapa al control del gobierno de Bamako desde el golpe de Estado militar del 22 de marzo que derrocó al presidente Amadou Toumani Touré.

Tras el golpe, los grupos islamistas radicales Ansar Din, Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) y MUJAO tomaron el control de las tres regiones administrativas del norte (Tombuctú, Gao y Kidal), después de doblegar a los rebeldes tuaregs, quienes también están presentes en la zona.

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