La organización olímpica admite defectos de visión en la piscina
Londres, EFE
El impresionante y galardonado Centro Acuático de Londres 2012, diseñado por la prestigiosa arquitecta Zaha Hadid, no es perfecto. La organización ha admitido que algunos aficionados no pudieron ver corectamente los entrenamientos de los saltadores del trampolín más alto, el de10 metros, donde Gran Bretaña goza de buena la posibilidad de medalla con el jovencísimo Tom Daley.
De hecho, se llegaron a vender unas 600 entradas, a un precio cercano a los 60 euros, que ofrecen dificultades de visión. “La gente en los asientos afectados no verá bien a los saltadores cuando salten del trampolín. Solamente se perderán un nanosegundo de acción, que podrán seguir en las pantallas gigantes. Después verán el movimiento del saltador entero”, comentó un portavoz.
Preguntado por si sabían el defecto de la restringida vista que ofrece el centro, el mismo portavoz comentó que lo conocían, pero no dijeron nada cuando vendieron las entradas para atraer a los británicos a la piscina. “Probamos todos los asientos de la piscina para comprobar la vista, pero no dijimos nada de la vista reducida cuando pusimos las entradas a la venta. Buscamos que los británicos vengan a ver los saltos de trampolín”, aseguran desde la organización, según publica el Daily Telegraph.
También dijo que, de los 17.500 que ofrece el aforo del centro acuático, y ante las quejas, 2.400 entradas no han sido puestos en venta para las pruebas oficiales de trampolín al presentar las mismas dificultades de visión provocadas por el techo, excesivamente ondulado.
El impresionante y galardonado Centro Acuático de Londres 2012, diseñado por la prestigiosa arquitecta Zaha Hadid, no es perfecto. La organización ha admitido que algunos aficionados no pudieron ver corectamente los entrenamientos de los saltadores del trampolín más alto, el de10 metros, donde Gran Bretaña goza de buena la posibilidad de medalla con el jovencísimo Tom Daley.
De hecho, se llegaron a vender unas 600 entradas, a un precio cercano a los 60 euros, que ofrecen dificultades de visión. “La gente en los asientos afectados no verá bien a los saltadores cuando salten del trampolín. Solamente se perderán un nanosegundo de acción, que podrán seguir en las pantallas gigantes. Después verán el movimiento del saltador entero”, comentó un portavoz.
Preguntado por si sabían el defecto de la restringida vista que ofrece el centro, el mismo portavoz comentó que lo conocían, pero no dijeron nada cuando vendieron las entradas para atraer a los británicos a la piscina. “Probamos todos los asientos de la piscina para comprobar la vista, pero no dijimos nada de la vista reducida cuando pusimos las entradas a la venta. Buscamos que los británicos vengan a ver los saltos de trampolín”, aseguran desde la organización, según publica el Daily Telegraph.
También dijo que, de los 17.500 que ofrece el aforo del centro acuático, y ante las quejas, 2.400 entradas no han sido puestos en venta para las pruebas oficiales de trampolín al presentar las mismas dificultades de visión provocadas por el techo, excesivamente ondulado.