Irán asegura que no permitirá que se repita la "sedición" que siguió a los comicios de 2009
Madrid, EP
El Gobierno de Irán ha afirmado que no permitirá que se repita la "sedición" que siguió a la celebración de elecciones presidenciales en el país en 2009, en referencia a las manifestaciones que recorrieron el país para denunciar un presunto fraude electoral y mostrar su apoyo a los opositores Mehdi Karrubi y Mir Hosein Musavi.
Así, el ministro de Inteligencia iraní, Heidar Moslehi, ha subrayado que algunos líderes de esa "sedición" están planteándose reiniciar las actividades políticas para forzar a Teherán a enfrentarse a nuevos desafíos.
"El Ministerio de Inteligencia está monitorizando los eventos y los manejará para que la gente no tenga que enfrentarse a ningún desafío o siquiera sentir que están siendo desafiados", ha valorado, según ha informado la agencia de noticias iraní IRNA.
Así, ha advertido que, entre los responsables, están "elementos antirrevolucionarios y saboteadores" y que su principal objetivo es "crear disensos entre el Gobierno islámico y el pueblo". "Los jugadores de esta guerra blanda están intentando destruir los lazos entre el pueblo y la administración islámica a través de la destrucción de sus creencias", ha agregado Moslehi.
El 2010, Moslehi acusó a los servicios de Inteligencia occidentales de financiar las protestas que registró el país tras las elecciones, un movimiento político que fue conocido como la Revolución Verde que se saldó con la muerte de unas 20 personas a causa de la represión de las fuerzas de seguridad. "El enemigo invirtió 17.000 millones de dólares (13.836 millones de euros) en la guerra blanda", reveló Moslehi, quien aseguró que hay documentos que lo prueban.
El presidente, Mahmud Ahmadineyad, se hizo con la victoria en los comicios con menos margen del previsto por los sondeos electorales independientes. Pese a que el líder iraní, el ayatolá Alí Jamenei, describió la victoria de Ahmadineyad como de "voluntad divina", ordenó posteriormente la apertura de una investigación por fraude electoral.
El Gobierno de Irán ha afirmado que no permitirá que se repita la "sedición" que siguió a la celebración de elecciones presidenciales en el país en 2009, en referencia a las manifestaciones que recorrieron el país para denunciar un presunto fraude electoral y mostrar su apoyo a los opositores Mehdi Karrubi y Mir Hosein Musavi.
Así, el ministro de Inteligencia iraní, Heidar Moslehi, ha subrayado que algunos líderes de esa "sedición" están planteándose reiniciar las actividades políticas para forzar a Teherán a enfrentarse a nuevos desafíos.
"El Ministerio de Inteligencia está monitorizando los eventos y los manejará para que la gente no tenga que enfrentarse a ningún desafío o siquiera sentir que están siendo desafiados", ha valorado, según ha informado la agencia de noticias iraní IRNA.
Así, ha advertido que, entre los responsables, están "elementos antirrevolucionarios y saboteadores" y que su principal objetivo es "crear disensos entre el Gobierno islámico y el pueblo". "Los jugadores de esta guerra blanda están intentando destruir los lazos entre el pueblo y la administración islámica a través de la destrucción de sus creencias", ha agregado Moslehi.
El 2010, Moslehi acusó a los servicios de Inteligencia occidentales de financiar las protestas que registró el país tras las elecciones, un movimiento político que fue conocido como la Revolución Verde que se saldó con la muerte de unas 20 personas a causa de la represión de las fuerzas de seguridad. "El enemigo invirtió 17.000 millones de dólares (13.836 millones de euros) en la guerra blanda", reveló Moslehi, quien aseguró que hay documentos que lo prueban.
El presidente, Mahmud Ahmadineyad, se hizo con la victoria en los comicios con menos margen del previsto por los sondeos electorales independientes. Pese a que el líder iraní, el ayatolá Alí Jamenei, describió la victoria de Ahmadineyad como de "voluntad divina", ordenó posteriormente la apertura de una investigación por fraude electoral.