El euro se acerca a pasos agigantados a 1,20 dólares, lastrado por la crisis
LONDRES, AFP
El euro lleva meses en una espiral bajista y se acerca a gran velocidad al umbral de los 1,20 dólares empujado por la inquietud sobre las perspectivas económicas de la zona euro pero, paradójicamente, esta fragilidad podría ser una tabla de salvación para la unión monetaria.
"El euro parece tener cada vez menos amigos, ya que pocos inversores están dispuestos a mantener la divisa en su cartera", explican los analistas de Commerzbank.
En su opinión "la euforia de después de la cumbre europea (de finales de junio, ndlr) se ha transformado en escepticismo respecto a la moneda única, y el euro se halla bajo presión frente a otras divisas importantes desde hace más de dos semanas".
El euro había subido después de que los dirigentes europeos anunciasen la aplicación, antes de finales de año, de un mecanismo para recapitalizar directamente los bancos, bajo ciertas condiciones, a través del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
Pero con la creciente inquietud por la salud del sector bancario de España (en realidad de todo el país) y por Italia, la moneda única europea ha perdido más del 4% de su valor frente al dólar, cayendo incluso el viernes a 1,2163 dólares, su nivel más bajo desde el 29 de junio 2010.
"El mercado anticipa un euro que debería caer pronto a 1,20 dólares", considera Kathleen Brooks, analista de Forex.com. Una situación que algunos observadores no ven mal.
Como destacan los especialistas en el mercado de divisas de Bank of America Merrill Lynch, "es evidente que un euro debilitado, en resumidas cuentas, podría permitir salvarlo".
Para estos expertos, una depreciación significativa del euro frente al dólar permitiría compensar una parte de la pérdida de la competitividad de Italia, por ejemplo, frente a Estados Unidos desde la puesta en marcha de la moneda única.
Un debilitamiento del euro permitiría sobre todo reforzar la competitividad de los exportadores de las dos principales economías de la zona euro -Alemania y Francia- y serviría de balón de oxígeno al crecimiento raquítico de la región.
Según algunos estudios, una caída del 10% de la tasa de cambio efectiva del euro respecto al conjunto de las demás divisas (y no sólo el dólar) podría incrementar en 0,7 puntos porcentuales el crecimiento de la zona euro.
Con todo, no se debe sobrestimar este salvavidas, explica a AFP Michel Martinez, jefe de los economistas de la Société Générale para la zona euro, sobre todo porque "hacen falta al menos seis meses para notar los efectos".
Sobre todo -advierte el economista- "no hay que perder de vista el motivo de la caída de la moneda única, es decir la crisis de la deuda, que empuja a los Gobiernos a multiplicar los planes de austeridad, los cuales, al final, tienen un impacto mucho más negativo en el crecimiento".
Y China, que ayudó a la Unión Monetaria a mantenerse a flote desde el comienzo de la crisis comprando euros para diversificar las reservas cambiarias, podría dejar de estar en condiciones de prestarle tanta ayuda.
En efecto, la fragilidad del euro hace caer el valor de sus activos en esta moneda. Sobre todo corre el riesgo de influir negativamente en las exportaciones de China hacia Europa y aumentar la desaceleración del crecimiento del país, segunda economía mundial.
Por otro lado, la debilidad del euro, aunque bajase hasta 1,15 dólares, podría no ser más que temporal frente a un dólar que podría verse bajo presión debido a las próximas elecciones presidenciales estadounidenses y las incertidumbres políticas y económicas que la acompañan, advierte Kathleen Brooks.
El euro lleva meses en una espiral bajista y se acerca a gran velocidad al umbral de los 1,20 dólares empujado por la inquietud sobre las perspectivas económicas de la zona euro pero, paradójicamente, esta fragilidad podría ser una tabla de salvación para la unión monetaria.
"El euro parece tener cada vez menos amigos, ya que pocos inversores están dispuestos a mantener la divisa en su cartera", explican los analistas de Commerzbank.
En su opinión "la euforia de después de la cumbre europea (de finales de junio, ndlr) se ha transformado en escepticismo respecto a la moneda única, y el euro se halla bajo presión frente a otras divisas importantes desde hace más de dos semanas".
El euro había subido después de que los dirigentes europeos anunciasen la aplicación, antes de finales de año, de un mecanismo para recapitalizar directamente los bancos, bajo ciertas condiciones, a través del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
Pero con la creciente inquietud por la salud del sector bancario de España (en realidad de todo el país) y por Italia, la moneda única europea ha perdido más del 4% de su valor frente al dólar, cayendo incluso el viernes a 1,2163 dólares, su nivel más bajo desde el 29 de junio 2010.
"El mercado anticipa un euro que debería caer pronto a 1,20 dólares", considera Kathleen Brooks, analista de Forex.com. Una situación que algunos observadores no ven mal.
Como destacan los especialistas en el mercado de divisas de Bank of America Merrill Lynch, "es evidente que un euro debilitado, en resumidas cuentas, podría permitir salvarlo".
Para estos expertos, una depreciación significativa del euro frente al dólar permitiría compensar una parte de la pérdida de la competitividad de Italia, por ejemplo, frente a Estados Unidos desde la puesta en marcha de la moneda única.
Un debilitamiento del euro permitiría sobre todo reforzar la competitividad de los exportadores de las dos principales economías de la zona euro -Alemania y Francia- y serviría de balón de oxígeno al crecimiento raquítico de la región.
Según algunos estudios, una caída del 10% de la tasa de cambio efectiva del euro respecto al conjunto de las demás divisas (y no sólo el dólar) podría incrementar en 0,7 puntos porcentuales el crecimiento de la zona euro.
Con todo, no se debe sobrestimar este salvavidas, explica a AFP Michel Martinez, jefe de los economistas de la Société Générale para la zona euro, sobre todo porque "hacen falta al menos seis meses para notar los efectos".
Sobre todo -advierte el economista- "no hay que perder de vista el motivo de la caída de la moneda única, es decir la crisis de la deuda, que empuja a los Gobiernos a multiplicar los planes de austeridad, los cuales, al final, tienen un impacto mucho más negativo en el crecimiento".
Y China, que ayudó a la Unión Monetaria a mantenerse a flote desde el comienzo de la crisis comprando euros para diversificar las reservas cambiarias, podría dejar de estar en condiciones de prestarle tanta ayuda.
En efecto, la fragilidad del euro hace caer el valor de sus activos en esta moneda. Sobre todo corre el riesgo de influir negativamente en las exportaciones de China hacia Europa y aumentar la desaceleración del crecimiento del país, segunda economía mundial.
Por otro lado, la debilidad del euro, aunque bajase hasta 1,15 dólares, podría no ser más que temporal frente a un dólar que podría verse bajo presión debido a las próximas elecciones presidenciales estadounidenses y las incertidumbres políticas y económicas que la acompañan, advierte Kathleen Brooks.