El Banco de España asume su fracaso
- Linde declara que "se actuó con poca decisión o de modo insuficiente o inadecuado"
- El gobernador se estrena en el Congreso afirmando que "no tuvimos éxito en la supervisión"
- Aboga por la "resolución ordenada" de entidades y Guindos rechaza las liquidaciones
Íñigo de Barrón
Madrid, El País
El Congreso de los Diputados empieza a parecerse al parlamento griego de las pasadas revueltas. Está semicerrado al tráfico y controlado por multitud de policías, que han colocado varias filas de vallas en los alrededores. Con la música de fondo de las protestas sociales, llegó al Congreso el nuevo gobernador del Banco de España, Luis Linde, el jefe de los banqueros. Consciente de la situación, al inicio de su discurso dijo este martes que el momento era “de gran dificultad” y que los problemas son de “gran importancia y urgencia”.
Linde no esquivó preguntas. Hizo una fuerte autocrítica, “con la fácil lucidez que da mirar al pasado desde el presente” y admitió errores en la crisis cometidos bajo el mandato de sus antecesores, Jaime Caruana y Miguel Fernández Ordóñez, es decir, con el Gobierno del PP y del PSOE, “de los que me siento responsable”, dijo. “Se actuó con poca decisión o de modo insuficiente o inadecuado”, admitió. A una semana de la declaración de Ordóñez, Rodrigo Rato y otros políticos implicados en la crisis de las cajas, Linde dejó claro que las culpas están repartidas. Quizá por eso, los únicos temas en los que no entró a fondo fueron el futuro de Bankia y en la solución a las preferentes.
En una completa explicación de la crisis, Linde destacó este martes que la banca estuvo sobrecalentada, “con crecimientos del crédito del 23% anual entre 2004 y 2007”, “por lo que sería absurdo negar que no se ha tenido éxito en la labor de vigilancia macroprudencial en los últimos 10 años. Pero no debemos flagelarnos con exceso. No fuimos los peores de la clase”, se consoló. El desequilibrio crediticio se financió fuera de España “por lo que nuestra posición neta deudora con el resto del mundo se situó en el 92% del PIB; como Grecia, Portugal o Irlanda”. Buenos compañeros de viaje. Esta situación suponía una bomba de relojería “que muchas entidades no estaban acostumbradas a gestionar”. El gobernador fue claro al decir que en los años de la burbuja existía “una especie de euforia que llevaba a no ver, o no querer ver, los riesgos que se estaban acumulando”.
Criticó las fusiones frías, aquellos famosos SIP promocionados por Ordóñez, porque contribuyeron a “retrasar ajustes” por presiones de las Comunidades Autónomas. Primer disparo. También atacó las afamadas provisiones anticíclicas, de las que tanto alardeó Caruana. Linde admitió que la idea era buena pero fueron “insuficientes” porque el Banco de España no las mantuvo “ante las críticas de la banca española”. Segundo disparo y quizá un mensaje al sector de que al gobernador no le temblará el pulso.
Con esta situación, y ante la imposibilidad de despejar las dudas internacionales sobre la banca, llegó la recapitalización, dijo, y con ella la intervención europea. ¿Se ha quedado el Banco de España sin poder y bajo el control de Europa?, preguntaron casi todos diputados. Linde admitió que, en cuanto a las cajas nacionalizadas, la iniciativa la llevará Bruselas, pero no en la supervisión del resto del sistema. “Lejos de menos poder de supervisión, tendremos más”, avisó al sector y prometió auditar la actuación de los inspectores en la crisis “porque seguro que podemos mejorar sistemas”. “El Banco de España no está bajo las órdenes de la troika”, afirmó. Sobre la creación de un banco malo, que agrupe activos y créditos inmobiliarios de algunas entidades, admitió que “no lo dirigirá el Banco de España” porque no son expertos. “No se resolverá en pocos años”, advirtió.
Varios grupos (PNV y Amaiur) interrogaron a Linde sobre la desaparición de las cajas. El gobernador dijo: “No ha habido complot contra ellas. Algunas han cometido errores muy graves por la mala gobernanza y la expansión”.
Linde habló de liquidación de entidades, aunque luego aclaró, para no contradecir al ministro Luis de Guindos, que se trataba de una resolución ordenada, es decir, una venta entera o por negocios, nunca dejándolas caer. Sobre las preferentes, Linde solo dijo que colaboraría para buscar una solución al conflicto y de Bankia, que aún es “pronto” para saber si tendrá coste para el Estado.
Ante los periodistas, tras tres horas de comparecencia, quitó hierro a la prima de riesgo: “El impacto que tiene en las cuentas públicas no es dramático porque solo afecta a la deuda que se renueva”. ¿Debería comprar deuda el BCE para ayudar a España?, se le preguntó. Linde, miembro del BCE, comentó que “hay Gobiernos que quieren acabar con estos planes y otros mantenerlos. No creo que vaya a ocurrir en las próximas semanas aunque el programa no está olvidado. No lo creo necesario de forma inmediata”, concluyó.