El ataque de Treimse iba dirigido contra activistas y desertores
Los observadores de la ONU concluyen que la ofensiva que causó 200 muertos el jueves se ensañó contra "grupos y casas específicos, principalmente de desertores del ejército y activistas"
Ignacio Cembrero
Damasco / Madrid, El País
Un equipo de observadores de la ONU ha logrado inspeccionar este sábado Treimse, escenario el jueves de la peor matanza perpetrada por el régimen desde que comenzó el alzamiento popular hace 16 meses. Fueron asesinados entre 150 y 230 vecinos. Los representantes de Naciones Unidas concluyeron que el ataque fue dirigido a "grupos y casas específicos, principalmente de desertores del ejército y activistas".
"El ataque de Tremseh al parecer tuvo como objetivo grupos y casas específicos, principalmente de desertores del ejército y activistas. Había charcos y salpicaduras de sangre en varias de las casas, y también casquillos de balas", señaló la misión de la ONU en un comunicado, distribuido en la sede de Naciones Unidas en Nueva York. En el ataque, según los observadores, fueron utilizadas armas de varios tipo, incluidos artillería y morteros.
La masacre sucedió el jueves con el bombardeo del pueblo y el posterior asalto del Ejército sirio. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos señaló que murieron al menos 150 personas, pero testigos presenciales elevan el número de víctimas mortales a 227, mientras que el de heridos rondaría los 300.
El secretario general de la ONU ha endurecido considerablemente el tono tras la matanza y ante la división internacional sobre cómo abordar la crisis siria. "La inacción se convierte en licencia para más masacres", advirtió este jueves Ban Ki-moon, que pidió al Consejo de Seguridad "acciones colectivas y decisivas". La jefa de la diplomacia de EEUU, Hillary Clinton, ha asegurado que las pruebas que ha ofrecido la oposición sobre la matanza de Treimse muestran de manera "irrefutable" que fue un asesinato masivo de "civiles inocentes". Clinton también ha pedido una acción contundente del Consejo de Seguridad, donde Rusia y China han ejercido su derecho a veto anteriormente en este asunto.
Ignacio Cembrero
Damasco / Madrid, El País
Un equipo de observadores de la ONU ha logrado inspeccionar este sábado Treimse, escenario el jueves de la peor matanza perpetrada por el régimen desde que comenzó el alzamiento popular hace 16 meses. Fueron asesinados entre 150 y 230 vecinos. Los representantes de Naciones Unidas concluyeron que el ataque fue dirigido a "grupos y casas específicos, principalmente de desertores del ejército y activistas".
"El ataque de Tremseh al parecer tuvo como objetivo grupos y casas específicos, principalmente de desertores del ejército y activistas. Había charcos y salpicaduras de sangre en varias de las casas, y también casquillos de balas", señaló la misión de la ONU en un comunicado, distribuido en la sede de Naciones Unidas en Nueva York. En el ataque, según los observadores, fueron utilizadas armas de varios tipo, incluidos artillería y morteros.
La masacre sucedió el jueves con el bombardeo del pueblo y el posterior asalto del Ejército sirio. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos señaló que murieron al menos 150 personas, pero testigos presenciales elevan el número de víctimas mortales a 227, mientras que el de heridos rondaría los 300.
El secretario general de la ONU ha endurecido considerablemente el tono tras la matanza y ante la división internacional sobre cómo abordar la crisis siria. "La inacción se convierte en licencia para más masacres", advirtió este jueves Ban Ki-moon, que pidió al Consejo de Seguridad "acciones colectivas y decisivas". La jefa de la diplomacia de EEUU, Hillary Clinton, ha asegurado que las pruebas que ha ofrecido la oposición sobre la matanza de Treimse muestran de manera "irrefutable" que fue un asesinato masivo de "civiles inocentes". Clinton también ha pedido una acción contundente del Consejo de Seguridad, donde Rusia y China han ejercido su derecho a veto anteriormente en este asunto.