Cumpleaños de Mandela refleja profundas divisiones Sudáfrica
Johannesburgo, Reuters
Los sudafricanos celebraban el miércoles el cumpleaños 94 de Nelson Mandela con pasteles gigantescos, homenajes masivos y 67 minutos de buenos deseos, uno por cada año de lucha del líder contra la segregación racial y el dominio de la minoría blanca.
Pero más allá de los tributos al primer presidente negro de Sudáfrica, la jornada reveló una disputa entre compañías, políticos y organizaciones de caridad por un trozo de la gloria de "Madiba", el nombre por el cual se le conoce cariñosamente.
El gobernante Congreso Nacional Africano (CAN) emitió un elogio de 1.450 palabras para su líder simbólico, exhortando al país de 50 millones de habitantes a seguir "haciendo realidad los sueños de Madiba para Sudáfrica".
Pero, apenas la semana pasada, la heroína contra el apartheid y ex esposa de Mandela, Winnie Madikizela-Mandela, acusó al partido CAN en una carta filtrada de tratar mezquinamente a su familia y de querer que el líder saliera sólo "cuando puede ser usado para temas de agenda".
La iniciativa "67 minutes" de la organización de caridad Mandela Day también reabrió viejas heridas, en medio de críticas de que es sólo un vehículo para que blancos y nuevos ricos expíen sus culpas ante una de las sociedades más desiguales del mundo, incluso 18 años después del fin de la segregación.
Detrás de las críticas estaba Luther Lebelo, jefe de la rama del CAN en Johannesburgo, quien escribió un artículo publicado en el diario Sowetan sugiriendo que la jornada estaba basada en "actividades de caridad cosméticas" que sólo sirven para perpetuar las divisiones de clase.
Las críticas reflejan la postura dominante entre la abrumadora mayoría negra de Sudáfrica de que la comunidad blanca se las arregló de alguna manera para formar parte del movimiento de Mandela y de su imagen desde las primeras elecciones libres realizadas en 1994.
Los sudafricanos celebraban el miércoles el cumpleaños 94 de Nelson Mandela con pasteles gigantescos, homenajes masivos y 67 minutos de buenos deseos, uno por cada año de lucha del líder contra la segregación racial y el dominio de la minoría blanca.
Pero más allá de los tributos al primer presidente negro de Sudáfrica, la jornada reveló una disputa entre compañías, políticos y organizaciones de caridad por un trozo de la gloria de "Madiba", el nombre por el cual se le conoce cariñosamente.
El gobernante Congreso Nacional Africano (CAN) emitió un elogio de 1.450 palabras para su líder simbólico, exhortando al país de 50 millones de habitantes a seguir "haciendo realidad los sueños de Madiba para Sudáfrica".
Pero, apenas la semana pasada, la heroína contra el apartheid y ex esposa de Mandela, Winnie Madikizela-Mandela, acusó al partido CAN en una carta filtrada de tratar mezquinamente a su familia y de querer que el líder saliera sólo "cuando puede ser usado para temas de agenda".
La iniciativa "67 minutes" de la organización de caridad Mandela Day también reabrió viejas heridas, en medio de críticas de que es sólo un vehículo para que blancos y nuevos ricos expíen sus culpas ante una de las sociedades más desiguales del mundo, incluso 18 años después del fin de la segregación.
Detrás de las críticas estaba Luther Lebelo, jefe de la rama del CAN en Johannesburgo, quien escribió un artículo publicado en el diario Sowetan sugiriendo que la jornada estaba basada en "actividades de caridad cosméticas" que sólo sirven para perpetuar las divisiones de clase.
Las críticas reflejan la postura dominante entre la abrumadora mayoría negra de Sudáfrica de que la comunidad blanca se las arregló de alguna manera para formar parte del movimiento de Mandela y de su imagen desde las primeras elecciones libres realizadas en 1994.