Comienza el juicio del grupo de punk Pussy Riot en Moscú
-Las detenidas por haber cantado en la catedral ortodoxa de Cristo Salvador en Moscú piden perdón por haber cometido un "error ético", pero no se reconocen culpables de vandalismo
-En su actuación del 21 de febrero, criticaron las relaciones entre el presidente Vladímir Putin y la Iglesia Ortodoxa
Pilar Bonet
Moscú, El País
Las integrantes del grupo de punk Pussy Riot, detenidas por haber cantado en la catedral ortodoxa de Cristo Salvador de Moscú, se disculparon por haber ofendido los sentimientos de los fieles y admitieron haber cometido un “error ético”, pero no se reconocieron culpables en el juicio contra ellas que ha comenzado este lunes en Moscú.
El proceso, en el que las activistas Nadia Tolokónnikova, María Aléjina y Yekaterina Samutsévich pueden ser condenadas a siete años de cárcel por gamberrismo basado en el odio religioso, discurre en la misma sala en la que fue juzgado y condenado el magnate del petróleo, Mijaíl Jodorkovski. Al juzgado, además de numerosos periodistas, han acudido decenas de partidarios de las “Pussy Riot” y otras tantas decenas de activistas religiosos que apoyan la acusación.
La vista de la causa ha discurrido a un ritmo acelerado y con una cobertura televisiva en directo realizada desde la página de web del juzgado en colaboración con la agencia gubernamental Ría-Nóvosti. Esa cobertura se ha interrumpido cuando el juez ha satisfecho la petición de la acusación pública y ha permitido sólo la permanencia de la prensa escrita.
Liubov Sokologórskaya, la encargada de quitar la cera de los candelabros de la catedral de Cristo Salvador, ha comparado el baile de las chicas con un “pataleo infernal” y ha asegurado estar todavía “dolida” por el espectáculo que vio. Sokológorskaya figura como víctima en el proceso.
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Rusia tiene prisa por juzgar al grupo punk Pussy Riot
En lugar de tomarse varias horas en leer su acusación de 150 páginas, el fiscal ha expuesto sus argumentos en veinte minutos, y el presidente del tribunal ha asegurado que iban a pasarse la noche en el juzgado, si era necesario. Esta actitud hace pensar que la Justicia rusa tiene prisa por acabar cuanto antes un asunto que ha tenido una gran proyeccción internacional en occidente.
Amnesty International ha declarado a las tres integrantes de Pussy Riot prisioneras de conciencia. Al margen de consideraciones religiosas, morales o estéticas, el caso ha dividido a la opinión pública entre partidarios de castigarlas con severidad o de una sanción administrativa, a lo sumo. Las “Pussy Riot” llevan cinco meses en la cárcel por aquella “performance” en la que, el 21 de febrero, criticaban las relaciones entre Vladímir Putin y la Iglesia Ortodoxa.
Aléjina ha manifestado que el fiscal trata de excluir lo esencial del tema que es su parte política y creativa.Tolokónnikova ha dicho reconocer que había cometido un delito, pero ha rechazado los motivos de odio religioso. “Nunca experimenté odio u hostilidad religiosa en relación a nadie. Respeto el cristianismo”, y ha continuado: “nos atribuyen este motivo de forma salvaje y cruel desde hace cinco meses. Contra nosotros han organizado una intoxicación en los medios y la gente cree la televisión (…) Tenemos una culpa ética, pero no penal”.
Durante el juicio, las “Pussy Riot” han leído la Biblia y han tomado notas.Todas las peticiones de los abogados de las Pussy Riot, incluida una para prolongar el tiempo concedido al estudio del acta de acusación, han sido rechazadas. Aléjina ha dicho que no creían haber inflingido un padecimiento moral a nadie, porque desconocían las reglas eclesiásticas. “Pero en cinco meses de cárcel las hemos aprendido”, ha sentenciado. Dos de las tres juzgadas tienen hijos de corta edad.
-En su actuación del 21 de febrero, criticaron las relaciones entre el presidente Vladímir Putin y la Iglesia Ortodoxa
Pilar Bonet
Moscú, El País
Las integrantes del grupo de punk Pussy Riot, detenidas por haber cantado en la catedral ortodoxa de Cristo Salvador de Moscú, se disculparon por haber ofendido los sentimientos de los fieles y admitieron haber cometido un “error ético”, pero no se reconocieron culpables en el juicio contra ellas que ha comenzado este lunes en Moscú.
El proceso, en el que las activistas Nadia Tolokónnikova, María Aléjina y Yekaterina Samutsévich pueden ser condenadas a siete años de cárcel por gamberrismo basado en el odio religioso, discurre en la misma sala en la que fue juzgado y condenado el magnate del petróleo, Mijaíl Jodorkovski. Al juzgado, además de numerosos periodistas, han acudido decenas de partidarios de las “Pussy Riot” y otras tantas decenas de activistas religiosos que apoyan la acusación.
La vista de la causa ha discurrido a un ritmo acelerado y con una cobertura televisiva en directo realizada desde la página de web del juzgado en colaboración con la agencia gubernamental Ría-Nóvosti. Esa cobertura se ha interrumpido cuando el juez ha satisfecho la petición de la acusación pública y ha permitido sólo la permanencia de la prensa escrita.
Liubov Sokologórskaya, la encargada de quitar la cera de los candelabros de la catedral de Cristo Salvador, ha comparado el baile de las chicas con un “pataleo infernal” y ha asegurado estar todavía “dolida” por el espectáculo que vio. Sokológorskaya figura como víctima en el proceso.
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Amnesty International ha declarado a las tres integrantes de Pussy Riot prisioneras de conciencia. Al margen de consideraciones religiosas, morales o estéticas, el caso ha dividido a la opinión pública entre partidarios de castigarlas con severidad o de una sanción administrativa, a lo sumo. Las “Pussy Riot” llevan cinco meses en la cárcel por aquella “performance” en la que, el 21 de febrero, criticaban las relaciones entre Vladímir Putin y la Iglesia Ortodoxa.
Aléjina ha manifestado que el fiscal trata de excluir lo esencial del tema que es su parte política y creativa.Tolokónnikova ha dicho reconocer que había cometido un delito, pero ha rechazado los motivos de odio religioso. “Nunca experimenté odio u hostilidad religiosa en relación a nadie. Respeto el cristianismo”, y ha continuado: “nos atribuyen este motivo de forma salvaje y cruel desde hace cinco meses. Contra nosotros han organizado una intoxicación en los medios y la gente cree la televisión (…) Tenemos una culpa ética, pero no penal”.
Durante el juicio, las “Pussy Riot” han leído la Biblia y han tomado notas.Todas las peticiones de los abogados de las Pussy Riot, incluida una para prolongar el tiempo concedido al estudio del acta de acusación, han sido rechazadas. Aléjina ha dicho que no creían haber inflingido un padecimiento moral a nadie, porque desconocían las reglas eclesiásticas. “Pero en cinco meses de cárcel las hemos aprendido”, ha sentenciado. Dos de las tres juzgadas tienen hijos de corta edad.