Analista: Gobierno ejecuta estrategia de desgaste para imponer carretera por medio del TIPNIS
La Paz, ANF
El gobierno del presidente Evo Morales optó por ejecutar la estrategia de desgaste y la división contra la novena marcha indígena del TIPNIS, que llegó a la sede de Gobierno el 29 de junio pasado, para imponer la construcción de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos por medio del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, mediante la consulta previa, informó este martes, el analista político Carlos Cordero.
Considera que el Gobierno está “empecinado” en la construcción de la carretera y por ello optó por dilatar el tiempo que sea necesario el proceso de diálogo con los representantes de la novena marcha, en tanto utiliza todos los medios a su alcance para rubricar acuerdos con las comunidades indígenas que habitan el TIPNIS y apela a mecanismos jurídicos y mediáticos para desprestigiar la movilización indígena, “que tiene un respaldo voluntario de la sociedad en busca de defender el medio ambiente”.
“Es una estrategia de desgaste de debilitamiento de la marcha, va firmar acuerdos con sectores, va utilizar todos los recursos para imponer su decisión, entonces evidentemente el prolongar un encuentro con la marcha, son parte de estrategia de desgaste, porque el Gobierno no quiere llegar a acuerdos, lo que el Gobierno quiere es imponer su visión respecto al conflicto”, manifestó Cordero a la ANF.
Para Cordero la solución de este conflicto pasa porque se establezca un punto de equilibrio entre los objetivos gubernamentales y los propósitos de los marchistas, lo que significaría consensuar la construcción de la carretera, pero por un trazo alternativo que no dañe la reserva natural, a ello se debe sumar el compromiso del Órgano Ejecutivo para evitar las plantaciones de hoja de coca dentro del TIPNIS.
La vigilia instalada por la novena marcha indígena en puertas de la Vicepresidencia del Estado que cumplió cinco días de vigencia no logró su objetivo de instalar el diálogo con el presidente Evo Morales, quien considera que esta movilización habría planificado junto a un grupo de policías el motín del Año Nuevo Aymara y un supuesto Golpe de Estado, lo cual es imperdonable para la administración del Jefe de Estado.
Asimismo, destacó la protesta pacífica ejecutada por la columna de la marcha del TIPNIS, lo que considera una “presión moral” contra las autoridades gubernamentales, quienes calificaron como interlocutores no válidos a los dirigentes indígenas Bertha Bejarano, Adolfo Chávez y Fernando Vargas, por sus vínculos con el narcotráfico, las casas de juegos y el tráfico de madera.
Por ello considera que este conflicto puede durar de forma indefinida, por lo que recomienda a los representantes indígenas tomar los recaudos necesarios y considerar el retorno de mujeres y niños a sus comunidades de origen con el propósito de preservar la salud de los mismos y no continúen expuestos a las inclemencias del tiempo.
Un grupo considerable de los marchistas que estaban alojados en coliseo de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) se trasladaron la mañana de este lunes a las calles Potosí, Ayacucho y a inmediaciones de la Vicepresidencia del Estado, donde se instaló una vigilia desde el viernes pasado en demanda de un diálogo sin condicionamientos con el Gobierno. No obstante el Ejecutivo calificó esta medida de presión como desestabilizadora y lamentó que la novena marcha sea “rehén del Movimiento Sin Miedo (MSM) y de los partido de la derecha”.
El gobierno del presidente Evo Morales optó por ejecutar la estrategia de desgaste y la división contra la novena marcha indígena del TIPNIS, que llegó a la sede de Gobierno el 29 de junio pasado, para imponer la construcción de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos por medio del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, mediante la consulta previa, informó este martes, el analista político Carlos Cordero.
Considera que el Gobierno está “empecinado” en la construcción de la carretera y por ello optó por dilatar el tiempo que sea necesario el proceso de diálogo con los representantes de la novena marcha, en tanto utiliza todos los medios a su alcance para rubricar acuerdos con las comunidades indígenas que habitan el TIPNIS y apela a mecanismos jurídicos y mediáticos para desprestigiar la movilización indígena, “que tiene un respaldo voluntario de la sociedad en busca de defender el medio ambiente”.
“Es una estrategia de desgaste de debilitamiento de la marcha, va firmar acuerdos con sectores, va utilizar todos los recursos para imponer su decisión, entonces evidentemente el prolongar un encuentro con la marcha, son parte de estrategia de desgaste, porque el Gobierno no quiere llegar a acuerdos, lo que el Gobierno quiere es imponer su visión respecto al conflicto”, manifestó Cordero a la ANF.
Para Cordero la solución de este conflicto pasa porque se establezca un punto de equilibrio entre los objetivos gubernamentales y los propósitos de los marchistas, lo que significaría consensuar la construcción de la carretera, pero por un trazo alternativo que no dañe la reserva natural, a ello se debe sumar el compromiso del Órgano Ejecutivo para evitar las plantaciones de hoja de coca dentro del TIPNIS.
La vigilia instalada por la novena marcha indígena en puertas de la Vicepresidencia del Estado que cumplió cinco días de vigencia no logró su objetivo de instalar el diálogo con el presidente Evo Morales, quien considera que esta movilización habría planificado junto a un grupo de policías el motín del Año Nuevo Aymara y un supuesto Golpe de Estado, lo cual es imperdonable para la administración del Jefe de Estado.
Asimismo, destacó la protesta pacífica ejecutada por la columna de la marcha del TIPNIS, lo que considera una “presión moral” contra las autoridades gubernamentales, quienes calificaron como interlocutores no válidos a los dirigentes indígenas Bertha Bejarano, Adolfo Chávez y Fernando Vargas, por sus vínculos con el narcotráfico, las casas de juegos y el tráfico de madera.
Por ello considera que este conflicto puede durar de forma indefinida, por lo que recomienda a los representantes indígenas tomar los recaudos necesarios y considerar el retorno de mujeres y niños a sus comunidades de origen con el propósito de preservar la salud de los mismos y no continúen expuestos a las inclemencias del tiempo.
Un grupo considerable de los marchistas que estaban alojados en coliseo de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) se trasladaron la mañana de este lunes a las calles Potosí, Ayacucho y a inmediaciones de la Vicepresidencia del Estado, donde se instaló una vigilia desde el viernes pasado en demanda de un diálogo sin condicionamientos con el Gobierno. No obstante el Ejecutivo calificó esta medida de presión como desestabilizadora y lamentó que la novena marcha sea “rehén del Movimiento Sin Miedo (MSM) y de los partido de la derecha”.