Aferrado al poder, Assad lo arriesga todo
Jul, Reuters
Su padre era un ex militar autócrata que gobernó con mano dura y al que no lo importaba demasiado su imagen pública. El hijo tiene un tono suave y llegó al poder hablando sobre reformas y democracia. Pero las diferencias llegan sólo hasta ahí.
El presidente de Siria, Bashar al-Assad, ha demostrado ser tan intransigente como el fallecido Hafez, que gobernó la república árabe por 29 años y a su muerte en el 2000 legó a su hijo un formidable aparato de poder basado en el dominio de un solo partido, la represión de opositores y una red de espías e informantes.
Bashar sólo tenía 16 años cuando su padre le ordenó liderar una de las peores atrocidades en la historia árabe moderna: la masacre en 1982 de al menos 10.000 sirios en Hama para aplastar una revuelta de musulmanes suníes.
La estrategia funcionó. La lección fue aprendida.
Los opositores del presidente acusan a sus fuerzas de matar al menos a 13.000 personas, incluyendo miles de civiles desarmados, desde marzo del 2011, cuando una vez más detractores suníes desafiaron a la minoría gobernante alauita liderada por los Assad.
El mandatario describe a sus enemigos como terroristas apoyados por potencias extranjeras que han matado a miles de personas.
El mundo que alguna vez vio al joven Asaad, de apenas 34 años cuando asumió el poder, como una esperanza de cambio observa ahora conmocionado a este oftalmólogo con una glamorosa esposa educada en Occidente como uno de los líderes más severos de Oriente Medio.
"Nuestra era, al igual que cualquier otra, es una era sólo de poder, y no hay lugar en ella para los débiles", dijo el mes pasado a estudiantes universitarios en Damasco.
Unas pocas semanas antes, afirmó al nuevo Parlamento: "Cuando uno es cirujano (...) corta una herida, la herida sangra. ¿Le decimos que sus manos están cubiertas de sangre o le agradecemos por salvar al paciente?".
En un cable diplomático estadounidense del 2009, Bashar es descrito como un hombre que se ve a sí mismo como un rey filósofo, pero que encabeza a un grupo de líderes inflexibles en su determinación de mantenerse en el poder.
"Ellos persisten en una mentira incluso pese a la evidencia de lo contrario. No les avergüenza ser pillados en una mentira", dice la evaluación clasificada estadounidense, que fue publicada por WikiLeaks.
SUBESTIMADO
Diez años antes, cuando la debilitada salud de Hafez llevó a la embajada estadounidense a hablar sobre el posible sucesor, otro cable diplomático muestra la forma en que Bashar fue subestimado.
"El hijo mayor Bashar estaría lejos de seguir los pasos de su padre y en cualquier caso nunca disfrutaría de contar con el poder absoluto", indicó.
Aunque no tuvo que conseguir el liderazgo con la serie de acciones violentas de su padre, Assad no contó con las ventajas de la era previa. El brazo protector de la Unión Soviética en tiempos de Guerra Fría ya no está más, aunque Moscú sigue siendo un aliado firme.
En la era de YouTube, masacres como la de Hama no pueden ser ocultadas. Las noticias de la Primavera Arabe se propagaron rápidamente a través de internet, pese a que el servicio secreto de Siria intentó contenerlas.
El miércoles, un atentado suicida en Damasco asestó el mayor golpe hasta al momento al Gobierno de Assad, al matar a su ministro de Defensa y a otro de los miembros de su círculo de seguridad más cercano, su cuñado Assef Shawkat.
Mientras el levantamiento se intensifica, existen señales de que la presión tiene costos personales para el presidente.
Correos electrónicos hackeados que salieron y entraron del iPad de la primera dama Asma revelan un interés por un abrigo antibalas Bullet Blocker, una chaqueta que puede detener un ataque con una Magnum 357.
"Se me preguntó varias veces la semana pasada por qué estaba pálido, y si era por la presión. Dije que no. En realidad, estaba un poco enfermo", dijo Assad a los estudiantes.
A diferencia del fallecido Saddam Hussein en Irak, que llevaba una pistola en la cintura y disparaba rifles con una sola mano, Assad no tiene la apariencia amenazadora o despiadada de un líder autócrata.
Pero su retórica es desafiante cuando se dirige a los insurgentes, a los que ve como herramientas de Estados occidentales o de monarquías suníes que buscan derrocarlo.
El cable filtrado de la embajada estadounidense decía que Assad prefería "los compromisos diplomáticos o un nivel de abstracción que parezca diseñado a frustrar cualquier desafío directo a (...) su criterio".
"El prefiere verse como una suerte de rey filósofo, como Pericles de Damasco", escribió la diplomática estadounidense Maura Connelly. "El presidente responde con ira cuando es retado por visitantes, pero no hasta después de la reunión. Parece evitar la confrontación directa", agregó.
Pero con el atentado del miércoles en el corazón del complejo de seguridad nacional de Damasco, el día para aquella confrontación podría estar más cerca.
Su padre era un ex militar autócrata que gobernó con mano dura y al que no lo importaba demasiado su imagen pública. El hijo tiene un tono suave y llegó al poder hablando sobre reformas y democracia. Pero las diferencias llegan sólo hasta ahí.
El presidente de Siria, Bashar al-Assad, ha demostrado ser tan intransigente como el fallecido Hafez, que gobernó la república árabe por 29 años y a su muerte en el 2000 legó a su hijo un formidable aparato de poder basado en el dominio de un solo partido, la represión de opositores y una red de espías e informantes.
Bashar sólo tenía 16 años cuando su padre le ordenó liderar una de las peores atrocidades en la historia árabe moderna: la masacre en 1982 de al menos 10.000 sirios en Hama para aplastar una revuelta de musulmanes suníes.
La estrategia funcionó. La lección fue aprendida.
Los opositores del presidente acusan a sus fuerzas de matar al menos a 13.000 personas, incluyendo miles de civiles desarmados, desde marzo del 2011, cuando una vez más detractores suníes desafiaron a la minoría gobernante alauita liderada por los Assad.
El mandatario describe a sus enemigos como terroristas apoyados por potencias extranjeras que han matado a miles de personas.
El mundo que alguna vez vio al joven Asaad, de apenas 34 años cuando asumió el poder, como una esperanza de cambio observa ahora conmocionado a este oftalmólogo con una glamorosa esposa educada en Occidente como uno de los líderes más severos de Oriente Medio.
"Nuestra era, al igual que cualquier otra, es una era sólo de poder, y no hay lugar en ella para los débiles", dijo el mes pasado a estudiantes universitarios en Damasco.
Unas pocas semanas antes, afirmó al nuevo Parlamento: "Cuando uno es cirujano (...) corta una herida, la herida sangra. ¿Le decimos que sus manos están cubiertas de sangre o le agradecemos por salvar al paciente?".
En un cable diplomático estadounidense del 2009, Bashar es descrito como un hombre que se ve a sí mismo como un rey filósofo, pero que encabeza a un grupo de líderes inflexibles en su determinación de mantenerse en el poder.
"Ellos persisten en una mentira incluso pese a la evidencia de lo contrario. No les avergüenza ser pillados en una mentira", dice la evaluación clasificada estadounidense, que fue publicada por WikiLeaks.
SUBESTIMADO
Diez años antes, cuando la debilitada salud de Hafez llevó a la embajada estadounidense a hablar sobre el posible sucesor, otro cable diplomático muestra la forma en que Bashar fue subestimado.
"El hijo mayor Bashar estaría lejos de seguir los pasos de su padre y en cualquier caso nunca disfrutaría de contar con el poder absoluto", indicó.
Aunque no tuvo que conseguir el liderazgo con la serie de acciones violentas de su padre, Assad no contó con las ventajas de la era previa. El brazo protector de la Unión Soviética en tiempos de Guerra Fría ya no está más, aunque Moscú sigue siendo un aliado firme.
En la era de YouTube, masacres como la de Hama no pueden ser ocultadas. Las noticias de la Primavera Arabe se propagaron rápidamente a través de internet, pese a que el servicio secreto de Siria intentó contenerlas.
El miércoles, un atentado suicida en Damasco asestó el mayor golpe hasta al momento al Gobierno de Assad, al matar a su ministro de Defensa y a otro de los miembros de su círculo de seguridad más cercano, su cuñado Assef Shawkat.
Mientras el levantamiento se intensifica, existen señales de que la presión tiene costos personales para el presidente.
Correos electrónicos hackeados que salieron y entraron del iPad de la primera dama Asma revelan un interés por un abrigo antibalas Bullet Blocker, una chaqueta que puede detener un ataque con una Magnum 357.
"Se me preguntó varias veces la semana pasada por qué estaba pálido, y si era por la presión. Dije que no. En realidad, estaba un poco enfermo", dijo Assad a los estudiantes.
A diferencia del fallecido Saddam Hussein en Irak, que llevaba una pistola en la cintura y disparaba rifles con una sola mano, Assad no tiene la apariencia amenazadora o despiadada de un líder autócrata.
Pero su retórica es desafiante cuando se dirige a los insurgentes, a los que ve como herramientas de Estados occidentales o de monarquías suníes que buscan derrocarlo.
El cable filtrado de la embajada estadounidense decía que Assad prefería "los compromisos diplomáticos o un nivel de abstracción que parezca diseñado a frustrar cualquier desafío directo a (...) su criterio".
"El prefiere verse como una suerte de rey filósofo, como Pericles de Damasco", escribió la diplomática estadounidense Maura Connelly. "El presidente responde con ira cuando es retado por visitantes, pero no hasta después de la reunión. Parece evitar la confrontación directa", agregó.
Pero con el atentado del miércoles en el corazón del complejo de seguridad nacional de Damasco, el día para aquella confrontación podría estar más cerca.