Un experto filtró sin querer las deliberaciones sobre la salud mental de Breivik
Oslo, EP
El experto médico Tarjei Rygnestad, que dirigió una de las comisiones que debía determinar si Anders Behring Breivik --el autor confeso de la masacre perpetrada en julio de 2011 en Oslo y en Utoya-- es mentalmente estable, filtró a la prensa sin pretenderlo una de las reuniones del organismo sobre la salud mental del acusado, según ha explicado al tribunal que se encargaba de la denuncia del propio Rygnestad, que creía que su teléfono había sido pinchado.
Breivik mató a ocho personas con un coche bomba colocado en el distrito gubernamental en Oslo, para distraer a las fuerzas de seguridad del ataque que perpetró horas después en la isla de Utoya, en la que mató a sangre fría a 69 jóvenes que participaban en un campamento del Partido Laborista.
El tribunal que le juzga debe decidir si Breivik está mentalmente sano o padece alguna enfermedad. Dos informes de equipos diferentes determinaron diagnósticos diametralmente opuestos acerca de la salud mental del acusado.
Rygnestad presidió la primera comisión que determinó que Breivik era mentalmente inestable. El experto médico presentó una denuncia ante la Policía después de que la cadena pública NRK citase palabra por palabra una conversación del organismo.
Sin embargo, NRK ha señalado que en ningún momento pinchó el teléfono de Rygnestad. "Uno de nuestros reporteros llamó a Rygnestad ese día. El periodista se dio cuenta de que había descolgado el teléfono pero espero a responder. Como resultado, el reportero escuchó una conversación que creímos muy interesante", ha explicado el jefe de noticias de la cadena, Stein Bjoentegaard.
La noticia de NRK se hacía eco de una conversación de 53 minutos entre miembros de la comisión con la que vertía dudas sobre el primer informe sobre la salud mental del acusado ya que la información destacaba que los miembros de la comisión habían discrepado del análisis final.
Esta noticia podía haber contribuido a que el tribunal ordenase un segundo informe a otro equipo para obtener una segunda opinión sobre Breivik.
"Pensamos que nos habían espiado o pinchado el teléfono", ha señalado Rygnestad ante el tribunal. "Al parecer tenía una llamada de 53 minutos y 30 segundos (...) de la sede de NRK", ha indicado. "De solo una parte de la reunión, NRK ha concluido que se había producido un desacuerdo, pero no hubo ningún desacuerdo", ha asegurado.
El experto médico Tarjei Rygnestad, que dirigió una de las comisiones que debía determinar si Anders Behring Breivik --el autor confeso de la masacre perpetrada en julio de 2011 en Oslo y en Utoya-- es mentalmente estable, filtró a la prensa sin pretenderlo una de las reuniones del organismo sobre la salud mental del acusado, según ha explicado al tribunal que se encargaba de la denuncia del propio Rygnestad, que creía que su teléfono había sido pinchado.
Breivik mató a ocho personas con un coche bomba colocado en el distrito gubernamental en Oslo, para distraer a las fuerzas de seguridad del ataque que perpetró horas después en la isla de Utoya, en la que mató a sangre fría a 69 jóvenes que participaban en un campamento del Partido Laborista.
El tribunal que le juzga debe decidir si Breivik está mentalmente sano o padece alguna enfermedad. Dos informes de equipos diferentes determinaron diagnósticos diametralmente opuestos acerca de la salud mental del acusado.
Rygnestad presidió la primera comisión que determinó que Breivik era mentalmente inestable. El experto médico presentó una denuncia ante la Policía después de que la cadena pública NRK citase palabra por palabra una conversación del organismo.
Sin embargo, NRK ha señalado que en ningún momento pinchó el teléfono de Rygnestad. "Uno de nuestros reporteros llamó a Rygnestad ese día. El periodista se dio cuenta de que había descolgado el teléfono pero espero a responder. Como resultado, el reportero escuchó una conversación que creímos muy interesante", ha explicado el jefe de noticias de la cadena, Stein Bjoentegaard.
La noticia de NRK se hacía eco de una conversación de 53 minutos entre miembros de la comisión con la que vertía dudas sobre el primer informe sobre la salud mental del acusado ya que la información destacaba que los miembros de la comisión habían discrepado del análisis final.
Esta noticia podía haber contribuido a que el tribunal ordenase un segundo informe a otro equipo para obtener una segunda opinión sobre Breivik.
"Pensamos que nos habían espiado o pinchado el teléfono", ha señalado Rygnestad ante el tribunal. "Al parecer tenía una llamada de 53 minutos y 30 segundos (...) de la sede de NRK", ha indicado. "De solo una parte de la reunión, NRK ha concluido que se había producido un desacuerdo, pero no hubo ningún desacuerdo", ha asegurado.