Fernández pide ante la ONU un acuerdo sobre las islas Malvinas
Se cumplen 30 años de la rendición de los soldados argentinos en las islas
Alejandro Rebossio
Buenos Aires, El País
Un día como hoy, pero de hace 30 años los soldados argentinos se rendían en las islas Malvinas e iniciaban la retirada del archipiélago dos meses después de haberlo recuperado. La aventura de la última dictadura de Argentina de ocupar las islas del Atlántico Sur que Reino Unido le había quitado en 1833 se daba así por concluida. Aquella derrota de 1982 terminó de redondear el malestar político y económico del pueblo argentino con el régimen que lo gobernaba y al año siguiente volvería la democracia.
Precisamente, con el argumento de que ahora Argentina es un país democrático y que apuesta por la vía pacífica para solucionar la disputa por la soberanía de Malvinas, su presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ha viajado este jueves a Nueva York rodeada de diputados de la oposición para pedir en el Comité de Descolonización de la ONU que Reino Unido se siente a negociar. Es la primera vez que un jefe de Estado asiste a una reunión de ese comité. También el primer ministro británico, David Cameron, ha querido hacer una manifestación pública sobre Malvinas el día del aniversario del final de la guerra. Hizo izar la bandera colonial de las llamadas Falklands en su residencia de Downing Street, al lado de la insignia británica.
"Ver ondear esta mañana la bandera de los que ellos llaman las Falklands me dio vergüenza ajena", ha declarado Fernández en su exposición en el Comité de Descolonización de la ONU. "Las guerras no se celebran", ha añadido la jefa de Estado. "¿Qué pensaría el pueblo alemán o la señora (Angela) Merkel si el 8 de mayo, fecha de la rendición incondicional de Alemania, ondeara la bandera alemana por debajo de la bandera inglesa? ¿Qué pensaría Japón si cada 15 de agosto el presidente de los Estados Unidos hiciera ondear en la Casa Blanca la bandera estadounidense y debajo la bandera japonesa?", se ha preguntado la líder peronista.
La presidenta de Argentina ha rechazado la nueva iniciativa de la Asamblea Legislativa de Malvinas de convocar a un referendo sobre si los 2.900 pobladores, cuyo 70% es de origen británico, quiere seguir bajo el dominio de Reino Unido. "¿Por qué no van a hacer un referéndum también a Afganistán o Irak, a ver qué se piensa de lo que están haciendo?", ha preguntado Fernández. "En el continente (argentino) viven más ingleses que en las islas, donde uno de cada dos habitantes es militar", ha añadido la jefa de Estado. Su Gobierno asegura que no pretende que los malvinenses cambien de nacionalidad sino solo que las Malvinas vuelvan a estar regidas por Argentina. "Si el Reino Unido no respeta las disposiciones de la ONU afecta al mundo global, atenta contra un mundo más justo y equitativo. No pedimos que nos den la razón, pedimos dialogar. ¿Puede alguien en el mundo contemporáneo negarse a dialogar y ponerse como adalid de los derechos humanos? Esta cuestión, como las pocas que quedan, serán solucionadas más temprano que tarde”, se ha esperanzado la presidenta.
Por la mañana, Cameron se había referido al 30° aniversario del final de la guerra. “Es tiempo de rendir tributo a los 255 militares de Reino Unido que pagaron el máximo precio para que la gente de las islas Falkland pudiera vivir en paz y en libertad”, expresó el líder conservador, del mismo partido que la primera ministra que gobernaba su país en 1982, Margaret Thatcher. La victoria bélica revirtió la caída de popularidad de Thatcher, que había aplicado programas de ajustes fiscales y privatizaciones en su país. En cambio, la derrota de Argentina, en la que perdieron la vida 649 de sus hombres, hundió al entonces dictador, Leopoldo Galtieri. El 2 de abril de 1982, el día en que las tropas argentinas llegaron a Malvinas, Galtieri había reunido a una muchedumbre en la plaza de Mayo para celebrar y desafiar a las fuerzas armadas británicas: “Si quieren venir, que vengan”. Y así fue que la potencia europea respondió al desafío del país sudamericano justo en el año de la crisis de la deuda latinoamericana.
El panorama político actual es bien distinto, pese a los desafíos internos que en mayor o menor medida enfrentan Cameron y Fernández. La líder peronista viajó acompañada por disidentes de su partido, radicales y socialistas para reclamar a Londres que cumpla con las resoluciones de la Asamblea General y el Comité de Descolonización de Naciones Unidas que desde la década de los sesenta del siglo pasado piden a ambas partes que se sienten a negociar la soberanía teniendo en cuenta los intereses de los habitantes de las islas. Solo la conservadora Propuesta Republicana (PRO), del alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, se negó a participar de la delegación argentina por las disputas políticas internas que mantiene con el Gobierno de Fernández.
“Vamos a hablar en el Comité de Naciones Unidas sobre Descolonización acerca de un caso de anacronismo colonial en el Atlántico Sur: las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y el área marítima circundante, ubicadas en el extremo sur del continente americano, a menos de 700 kilómetros de nuestras costas, y a 14.000 kilómetros de Reino Unido”, explicó Fernández en un anuncio publicado este jueves en el periódico británico The Times y en la prensa argentina.
“Hace 179 años, el 3 de enero de 1833, una fuerza naval británica expulsaba a las autoridades legítimas argentinas y a la población de las islas Malvinas. Desde entonces, Argentina ha pedido sin descanso su restitución en foros nacionales e internacionales”, recordó Fernández y enumeró los organismos internacionales que respaldaron la reclamación de la ONU: la Organización de Estados Americanos (OEA), las cumbres iberoamerianas y de América del Sur con países árabes y África y el Grupo de los 77 más China, integrado por países en vías de desarrollo.
Pero Cameron no está dispuesto a negociar sino que ha defendido la nueva iniciativa de la población malvinense de celebrar el año próximo un referendo que ratifique su voluntad de seguir perteneciendo a Reino Unido. “Desde hace 180 años, 10 generaciones han llamado a las Falklands su hogar y se han esforzado para asegurar un futuro próspero para sus hijos. Al margen de las amenazas desde ultramar, están lográndolo”, dijo Cameron en alusión a la presión diplomática de Argentina y al boicot que los países sudamericanos iniciaron el año pasado contra barcos que lleven la bandera colonial, la misma que este jueves ondeaba en Downing Street y en Puerto Stanley, o Puerto Argentino, según como se quiera llamar a la capital malvinense.
Alejandro Rebossio
Buenos Aires, El País
Un día como hoy, pero de hace 30 años los soldados argentinos se rendían en las islas Malvinas e iniciaban la retirada del archipiélago dos meses después de haberlo recuperado. La aventura de la última dictadura de Argentina de ocupar las islas del Atlántico Sur que Reino Unido le había quitado en 1833 se daba así por concluida. Aquella derrota de 1982 terminó de redondear el malestar político y económico del pueblo argentino con el régimen que lo gobernaba y al año siguiente volvería la democracia.
Precisamente, con el argumento de que ahora Argentina es un país democrático y que apuesta por la vía pacífica para solucionar la disputa por la soberanía de Malvinas, su presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ha viajado este jueves a Nueva York rodeada de diputados de la oposición para pedir en el Comité de Descolonización de la ONU que Reino Unido se siente a negociar. Es la primera vez que un jefe de Estado asiste a una reunión de ese comité. También el primer ministro británico, David Cameron, ha querido hacer una manifestación pública sobre Malvinas el día del aniversario del final de la guerra. Hizo izar la bandera colonial de las llamadas Falklands en su residencia de Downing Street, al lado de la insignia británica.
"Ver ondear esta mañana la bandera de los que ellos llaman las Falklands me dio vergüenza ajena", ha declarado Fernández en su exposición en el Comité de Descolonización de la ONU. "Las guerras no se celebran", ha añadido la jefa de Estado. "¿Qué pensaría el pueblo alemán o la señora (Angela) Merkel si el 8 de mayo, fecha de la rendición incondicional de Alemania, ondeara la bandera alemana por debajo de la bandera inglesa? ¿Qué pensaría Japón si cada 15 de agosto el presidente de los Estados Unidos hiciera ondear en la Casa Blanca la bandera estadounidense y debajo la bandera japonesa?", se ha preguntado la líder peronista.
La presidenta de Argentina ha rechazado la nueva iniciativa de la Asamblea Legislativa de Malvinas de convocar a un referendo sobre si los 2.900 pobladores, cuyo 70% es de origen británico, quiere seguir bajo el dominio de Reino Unido. "¿Por qué no van a hacer un referéndum también a Afganistán o Irak, a ver qué se piensa de lo que están haciendo?", ha preguntado Fernández. "En el continente (argentino) viven más ingleses que en las islas, donde uno de cada dos habitantes es militar", ha añadido la jefa de Estado. Su Gobierno asegura que no pretende que los malvinenses cambien de nacionalidad sino solo que las Malvinas vuelvan a estar regidas por Argentina. "Si el Reino Unido no respeta las disposiciones de la ONU afecta al mundo global, atenta contra un mundo más justo y equitativo. No pedimos que nos den la razón, pedimos dialogar. ¿Puede alguien en el mundo contemporáneo negarse a dialogar y ponerse como adalid de los derechos humanos? Esta cuestión, como las pocas que quedan, serán solucionadas más temprano que tarde”, se ha esperanzado la presidenta.
Por la mañana, Cameron se había referido al 30° aniversario del final de la guerra. “Es tiempo de rendir tributo a los 255 militares de Reino Unido que pagaron el máximo precio para que la gente de las islas Falkland pudiera vivir en paz y en libertad”, expresó el líder conservador, del mismo partido que la primera ministra que gobernaba su país en 1982, Margaret Thatcher. La victoria bélica revirtió la caída de popularidad de Thatcher, que había aplicado programas de ajustes fiscales y privatizaciones en su país. En cambio, la derrota de Argentina, en la que perdieron la vida 649 de sus hombres, hundió al entonces dictador, Leopoldo Galtieri. El 2 de abril de 1982, el día en que las tropas argentinas llegaron a Malvinas, Galtieri había reunido a una muchedumbre en la plaza de Mayo para celebrar y desafiar a las fuerzas armadas británicas: “Si quieren venir, que vengan”. Y así fue que la potencia europea respondió al desafío del país sudamericano justo en el año de la crisis de la deuda latinoamericana.
El panorama político actual es bien distinto, pese a los desafíos internos que en mayor o menor medida enfrentan Cameron y Fernández. La líder peronista viajó acompañada por disidentes de su partido, radicales y socialistas para reclamar a Londres que cumpla con las resoluciones de la Asamblea General y el Comité de Descolonización de Naciones Unidas que desde la década de los sesenta del siglo pasado piden a ambas partes que se sienten a negociar la soberanía teniendo en cuenta los intereses de los habitantes de las islas. Solo la conservadora Propuesta Republicana (PRO), del alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, se negó a participar de la delegación argentina por las disputas políticas internas que mantiene con el Gobierno de Fernández.
“Vamos a hablar en el Comité de Naciones Unidas sobre Descolonización acerca de un caso de anacronismo colonial en el Atlántico Sur: las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y el área marítima circundante, ubicadas en el extremo sur del continente americano, a menos de 700 kilómetros de nuestras costas, y a 14.000 kilómetros de Reino Unido”, explicó Fernández en un anuncio publicado este jueves en el periódico británico The Times y en la prensa argentina.
“Hace 179 años, el 3 de enero de 1833, una fuerza naval británica expulsaba a las autoridades legítimas argentinas y a la población de las islas Malvinas. Desde entonces, Argentina ha pedido sin descanso su restitución en foros nacionales e internacionales”, recordó Fernández y enumeró los organismos internacionales que respaldaron la reclamación de la ONU: la Organización de Estados Americanos (OEA), las cumbres iberoamerianas y de América del Sur con países árabes y África y el Grupo de los 77 más China, integrado por países en vías de desarrollo.
Pero Cameron no está dispuesto a negociar sino que ha defendido la nueva iniciativa de la población malvinense de celebrar el año próximo un referendo que ratifique su voluntad de seguir perteneciendo a Reino Unido. “Desde hace 180 años, 10 generaciones han llamado a las Falklands su hogar y se han esforzado para asegurar un futuro próspero para sus hijos. Al margen de las amenazas desde ultramar, están lográndolo”, dijo Cameron en alusión a la presión diplomática de Argentina y al boicot que los países sudamericanos iniciaron el año pasado contra barcos que lleven la bandera colonial, la misma que este jueves ondeaba en Downing Street y en Puerto Stanley, o Puerto Argentino, según como se quiera llamar a la capital malvinense.