España pide ayuda de UE, mercado con menos esperanza
Madrid, Reuters
España solicitó formalmente el lunes los préstamos del rescate de la zona euro para recapitalizar a sus bancos, que cargan con grandes deudas, al tiempo que el euro y las acciones bajaban por el escepticismo de los inversores sobre la cumbre de esta semana de la Unión Europea (UE).
El ministro de Economía de España, Luis de Guindos, pidió hasta 100.000 millones de euros (125.000 millones de dólares) en una carta al presidente del Grupo Euro, Jean-Claude Juncker, diciendo que la suma final de la asistencia financiera se fijaría en una etapa posterior.
Confirmó su intención de firmar un "memorando de entendimiento" por el paquete para el 9 de julio y dijo que la suma debería ser suficiente para cubrir las necesidades de todos los bancos, más una reserva adicional de seguridad.
El rescate, acordado el 9 de junio, apunta a ayudar a que los prestamistas españoles se recuperen de los efectos de un estallido de la burbuja de bienes raíces y una recesión, que han provocado la acumulación de una montaña de préstamos morosos.
Dos auditorías independientes de la semana pasada estimaron las necesidades de capital de los bancos de España, en un escenario de tensión, en hasta 62.000 millones de euros, y en septiembre se presentará una auditoría completa.
Algunos economistas de mercado creen que es tan solo un preludio de un rescate total para el Estado español, cuyos costos de financiamiento se dispararon a un récord en la era de la zona euro por encima del 7 por ciento la semana pasada, aunque luego descendieron a un nivel debajo del 6,50 por ciento.
Los rendimientos de los bonos españoles e italianos comenzaron a subir de nuevo el lunes en la medida que los mercados digerían el resultado de un encuentro de líderes de las cuatro mayores economías de la zona euro en Roma el viernes pasado.
Allí, la canciller alemana Angela Merkel rechazó cualquier nuevo compromiso financiero para apuntalar a la moneda única.
Un documento de trabajo preparado por los principales funcionarios de la UE prevé la introducción gradual de una unión bancaria, empezando con el poder de supervisión para el Banco Central Europeo y el desarrollo de un esquema de garantías de depósitos basado en juntar los sistemas nacionales, además de un fondo de resolución bancario financiado con un arancel.
RECHAZO DE BERLIN
Berlín hasta ahora ha rechazado cualquier garantía de depósitos conjunta o fondo de resolución, además de cualquier transformación de la deuda de la zona euro en mutua.
El ministro de Finanzas Wolfgang Schaeuble enfatizó este mensaje en unas entrevistas del fin de semana, afirmando que arrojar más dinero a la crisis no resolvería los problemas, y diciendo a Grecia que debe esforzarse más, en lugar de buscar un alivio en los programas de rescate.
"Debemos combatir las causas", dijo Schaeuble a la cadena alemana de televisión ZDF. "El dinero por sí solo, o los rescates, o la política monetaria del BCE, eso nunca resolverá el problema. Hay que resolver las causas", agregó.
El funcionario citó a Irlanda y Portugal como países que estaban teniendo éxito con sus programas de ajuste de la UE y el FMI y dijo que Grecia no se había esforzado lo suficiente.
Merkel y el presidente francés Francois Hollande, cuya posición es cercana a la de los cuatro principales funcionarios de la UE, tendrán otra oportunidad para tratar de zanjar sus diferencias antes de la cumbre del jueves y el viernes.
Pero la líder alemana no ha mostrado señales de ceder en su rechazo a asumir nuevos pasivos para los contribuyentes alemanes, hasta que otros Estados de la zona euro acuerden entregar más soberanía sobre los presupuestos y las políticas económicas nacionales a las instituciones de la UE.
Hollande tomó la posición contraria el viernes, diciendo que no se podría transferir más soberanía hasta que hubiera una mayor "solidaridad" en la UE.
La cumbre de dos días de la UE será la vigésima vez que los líderes se encuentran para encontrar la forma de resolver una crisis que se propagó por el continente desde que empezó en Grecia a inicios del 2010.
España solicitó formalmente el lunes los préstamos del rescate de la zona euro para recapitalizar a sus bancos, que cargan con grandes deudas, al tiempo que el euro y las acciones bajaban por el escepticismo de los inversores sobre la cumbre de esta semana de la Unión Europea (UE).
El ministro de Economía de España, Luis de Guindos, pidió hasta 100.000 millones de euros (125.000 millones de dólares) en una carta al presidente del Grupo Euro, Jean-Claude Juncker, diciendo que la suma final de la asistencia financiera se fijaría en una etapa posterior.
Confirmó su intención de firmar un "memorando de entendimiento" por el paquete para el 9 de julio y dijo que la suma debería ser suficiente para cubrir las necesidades de todos los bancos, más una reserva adicional de seguridad.
El rescate, acordado el 9 de junio, apunta a ayudar a que los prestamistas españoles se recuperen de los efectos de un estallido de la burbuja de bienes raíces y una recesión, que han provocado la acumulación de una montaña de préstamos morosos.
Dos auditorías independientes de la semana pasada estimaron las necesidades de capital de los bancos de España, en un escenario de tensión, en hasta 62.000 millones de euros, y en septiembre se presentará una auditoría completa.
Algunos economistas de mercado creen que es tan solo un preludio de un rescate total para el Estado español, cuyos costos de financiamiento se dispararon a un récord en la era de la zona euro por encima del 7 por ciento la semana pasada, aunque luego descendieron a un nivel debajo del 6,50 por ciento.
Los rendimientos de los bonos españoles e italianos comenzaron a subir de nuevo el lunes en la medida que los mercados digerían el resultado de un encuentro de líderes de las cuatro mayores economías de la zona euro en Roma el viernes pasado.
Allí, la canciller alemana Angela Merkel rechazó cualquier nuevo compromiso financiero para apuntalar a la moneda única.
Un documento de trabajo preparado por los principales funcionarios de la UE prevé la introducción gradual de una unión bancaria, empezando con el poder de supervisión para el Banco Central Europeo y el desarrollo de un esquema de garantías de depósitos basado en juntar los sistemas nacionales, además de un fondo de resolución bancario financiado con un arancel.
RECHAZO DE BERLIN
Berlín hasta ahora ha rechazado cualquier garantía de depósitos conjunta o fondo de resolución, además de cualquier transformación de la deuda de la zona euro en mutua.
El ministro de Finanzas Wolfgang Schaeuble enfatizó este mensaje en unas entrevistas del fin de semana, afirmando que arrojar más dinero a la crisis no resolvería los problemas, y diciendo a Grecia que debe esforzarse más, en lugar de buscar un alivio en los programas de rescate.
"Debemos combatir las causas", dijo Schaeuble a la cadena alemana de televisión ZDF. "El dinero por sí solo, o los rescates, o la política monetaria del BCE, eso nunca resolverá el problema. Hay que resolver las causas", agregó.
El funcionario citó a Irlanda y Portugal como países que estaban teniendo éxito con sus programas de ajuste de la UE y el FMI y dijo que Grecia no se había esforzado lo suficiente.
Merkel y el presidente francés Francois Hollande, cuya posición es cercana a la de los cuatro principales funcionarios de la UE, tendrán otra oportunidad para tratar de zanjar sus diferencias antes de la cumbre del jueves y el viernes.
Pero la líder alemana no ha mostrado señales de ceder en su rechazo a asumir nuevos pasivos para los contribuyentes alemanes, hasta que otros Estados de la zona euro acuerden entregar más soberanía sobre los presupuestos y las políticas económicas nacionales a las instituciones de la UE.
Hollande tomó la posición contraria el viernes, diciendo que no se podría transferir más soberanía hasta que hubiera una mayor "solidaridad" en la UE.
La cumbre de dos días de la UE será la vigésima vez que los líderes se encuentran para encontrar la forma de resolver una crisis que se propagó por el continente desde que empezó en Grecia a inicios del 2010.