El Ejército egipcio asume el legislativo tras la disolución del Parlamento
El Cairo, AFP
La Junta Militar egipcia ha retomado el control del poder legislativo. A menos de 48 horas del inicio de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Egipto, el Tribunal Constitucional ha ordenado la disolución de la Cámara baja tras anular un tercio de los escaños elegidos en las elecciones legislativas celebradas entre noviembre y enero, los primeros comicios democráticos de la historia de Egipto. La corte ha declarado además inconstitucional la llamada "ley de aislamiento" que impedía acceder a un cargo público a exfuncionarios del depuesto Hosni Mubarak. De haberse aplicado, esta normativa habría impedido la participación en las presidenciales de este fin de semana del candidato Ahmed Shafiq, el último primer ministro del rais. "No queremos [el poder]", ha manifestado una fuente militar citada por la agencia de noticias egipcia MENA. "Pero de acuerdo a la decisión judicial y la ley, [el poder] vuelve a nosotros".
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Mubarak aún cabalga en Egipto
El veredicto de la corte ha vuelto a inflamar los ánimos de los jóvenes revolucionarios, y se han producido ya altercados entre activistas y fuerzas del orden en las inmediaciones del Tribunal Constitucional. El malestar crece 24 horas después de que el Ministerio de Justicia permitiese por decreto la detención por personal militar de civiles sospechosos de la comisión de delito, devolviendo así al Ejército algunos de los poderes de la ley de emergencia recientemente derogada. Durante la semana pasada, decenas de miles de personas ocuparon la plaza Tahrir reclamando la aplicación de "la ley de aislamiento", y por consiguiente, la descalificación de Shafiq. El hecho de que tanto la Junta Electoral como el Tribunal Constitucional estén formados por magistrados de la confianza de Mubarak ya había levantado enormes suspicacias antes del fallo, que hoy se han visto confirmadas.
Según el tribunal, la legislación electoral bajo la que se celebraron las elecciones parlamentarias del pasado invierno es inconstitucional, lo que implica la disolución del Parlamento, y la asunción por parte de la Junta Militar de plenos poderes legislativos. La controvertida decisión vuelve a situar la azarosa transición egipcia en su punto de partida, y puede representar una peligrosa escalada en la confrontación entre los Hermanos Musulmanes, cuyo brazo electoral dominaba el legislativo, y la Junta Militar. Precisamente un portavoz de los islamistas, Essam el Erian, ha manifestado tras conocer el fallo que Egipto ha entrado en un "túnel oscuro".
Según la ley electoral impugnada, dos tercios de los diputados debían ser elegidos por un sistema de listas de partidos, y el tercio restante correspondería a candidatos individuales. No obstante, tras un acuerdo entre la Junta Militar y los fuerzas políticas, se enmendó la norma para permitir que en la elección de los candidatos individuales pudieran concurrir personas afiliadas a partidos.
La demanda contra la ley electoral, presentada por un abogado egipcio, argumenta que la participación de candidatos vinculados a partidos políticos socava las opciones de ciudadanos independientes de poder servir en el Parlamento. Esta no es la primera vez que el Constitucional invalida unos resultados electorales con esta misma justificación legal, pues ya lo hizo en los años 1987, y 1990. En el año 2000, declaró también inconstitucional la ley electoral, pero por otros motivos.
Mientras el fallo sobre la inconstitucionalidad de la "ley de aislamiento" era esperado, el de la disolución de las dos cámaras del Parlamento ha sido toda una sorpresa. Durante los últimos días, varias filtraciones a la prensa local apuntaban a que se pospondría la sentencia hasta después de las elecciones presidenciales. De acuerdo con las declaraciones a Reuters de Faruq Sultan, el presidente del Tribunal Constitucional, el veredicto representa la disolución de "la totalidad de la cámara" y no solo de un tercio, tal como habían interpretado numerosos medios tras publicarse el fallo.
Ley de aislamiento
La "ley de aislamiento", aprobada en mediados de abril, tenía como finalidad privar a los altos cargos del régimen Mubarak de todos sus derechos políticos, incluido el de ocupar cualquier cargo electo. Así pues, de haberse aplicado, Shafiq debería haber sido descalificado de la carrera presidencial. Sin embargo, en una polémica decisión, la Junta Electoral optó por dar luz verde de forma cautelar a la candidatura del expremierde Mubarak, y elevar la norma al Constitucional para que se pronunciara sobre su legalidad. "El mensaje de este veredicto histórico es que la era de inestabilidad política ha terminado", ha dicho Shafiq en rueda de prensa.
Los juristas egipcios se han mostrado divididos respecto a la constitucionalidad de la norma, que sólo afecta a aquellos que ocuparon los cargos de presidente o vicepresidente de la República, de primer ministro, o posiciones de liderazgo dentro del disuelto PND, el partido del régimen, entre los años 2001 y 2011. Los expertos que se oponen a la legislación argumentan que la "ley de aislamiento" viola los derechos individuales, pues sostienen que el no se pueden sustraer los derechos políticos de una persona sin un veredicto de culpabilidad de un tribunal.
Los dos veredictos marcarán las horas previas a las elecciones del próximo sábado, influyendo en la decisión de muchos egipcios que aún permanecen indecisos, pues no confían ni en Shafiq, ni en su adversario, Mohamed Morsi, el candidato de los Hermanos Musulmanes. Existe el temor entre buena parte de la población de que una victoria de Shafiq comportaría una restauración en toda regla del régimen de Mubarak, que nunca llegó a disolverse pese a la caída del rais.
A buen seguro, estos miedos se han multiplicado durante las últimas horas, pues la prensa egipcia publica hoy que Junta Militar ha aprobado recientemente un decreto que permite a los miembros de los servicios de inteligencia el arresto sin orden judicial de ciudadanos en actos de protesta. Levantado el estado de emergencia hace un par de semanas, las autoridades egipcias, el llamado "estado profundo", ya tienen una nueva herramienta legal para abortar las previsibles movilizaciones masivas que provocaría una victoria de Shafiq.
La Junta Militar egipcia ha retomado el control del poder legislativo. A menos de 48 horas del inicio de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Egipto, el Tribunal Constitucional ha ordenado la disolución de la Cámara baja tras anular un tercio de los escaños elegidos en las elecciones legislativas celebradas entre noviembre y enero, los primeros comicios democráticos de la historia de Egipto. La corte ha declarado además inconstitucional la llamada "ley de aislamiento" que impedía acceder a un cargo público a exfuncionarios del depuesto Hosni Mubarak. De haberse aplicado, esta normativa habría impedido la participación en las presidenciales de este fin de semana del candidato Ahmed Shafiq, el último primer ministro del rais. "No queremos [el poder]", ha manifestado una fuente militar citada por la agencia de noticias egipcia MENA. "Pero de acuerdo a la decisión judicial y la ley, [el poder] vuelve a nosotros".
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Según el tribunal, la legislación electoral bajo la que se celebraron las elecciones parlamentarias del pasado invierno es inconstitucional, lo que implica la disolución del Parlamento, y la asunción por parte de la Junta Militar de plenos poderes legislativos. La controvertida decisión vuelve a situar la azarosa transición egipcia en su punto de partida, y puede representar una peligrosa escalada en la confrontación entre los Hermanos Musulmanes, cuyo brazo electoral dominaba el legislativo, y la Junta Militar. Precisamente un portavoz de los islamistas, Essam el Erian, ha manifestado tras conocer el fallo que Egipto ha entrado en un "túnel oscuro".
Según la ley electoral impugnada, dos tercios de los diputados debían ser elegidos por un sistema de listas de partidos, y el tercio restante correspondería a candidatos individuales. No obstante, tras un acuerdo entre la Junta Militar y los fuerzas políticas, se enmendó la norma para permitir que en la elección de los candidatos individuales pudieran concurrir personas afiliadas a partidos.
La demanda contra la ley electoral, presentada por un abogado egipcio, argumenta que la participación de candidatos vinculados a partidos políticos socava las opciones de ciudadanos independientes de poder servir en el Parlamento. Esta no es la primera vez que el Constitucional invalida unos resultados electorales con esta misma justificación legal, pues ya lo hizo en los años 1987, y 1990. En el año 2000, declaró también inconstitucional la ley electoral, pero por otros motivos.
Mientras el fallo sobre la inconstitucionalidad de la "ley de aislamiento" era esperado, el de la disolución de las dos cámaras del Parlamento ha sido toda una sorpresa. Durante los últimos días, varias filtraciones a la prensa local apuntaban a que se pospondría la sentencia hasta después de las elecciones presidenciales. De acuerdo con las declaraciones a Reuters de Faruq Sultan, el presidente del Tribunal Constitucional, el veredicto representa la disolución de "la totalidad de la cámara" y no solo de un tercio, tal como habían interpretado numerosos medios tras publicarse el fallo.
Ley de aislamiento
La "ley de aislamiento", aprobada en mediados de abril, tenía como finalidad privar a los altos cargos del régimen Mubarak de todos sus derechos políticos, incluido el de ocupar cualquier cargo electo. Así pues, de haberse aplicado, Shafiq debería haber sido descalificado de la carrera presidencial. Sin embargo, en una polémica decisión, la Junta Electoral optó por dar luz verde de forma cautelar a la candidatura del expremierde Mubarak, y elevar la norma al Constitucional para que se pronunciara sobre su legalidad. "El mensaje de este veredicto histórico es que la era de inestabilidad política ha terminado", ha dicho Shafiq en rueda de prensa.
Los juristas egipcios se han mostrado divididos respecto a la constitucionalidad de la norma, que sólo afecta a aquellos que ocuparon los cargos de presidente o vicepresidente de la República, de primer ministro, o posiciones de liderazgo dentro del disuelto PND, el partido del régimen, entre los años 2001 y 2011. Los expertos que se oponen a la legislación argumentan que la "ley de aislamiento" viola los derechos individuales, pues sostienen que el no se pueden sustraer los derechos políticos de una persona sin un veredicto de culpabilidad de un tribunal.
Los dos veredictos marcarán las horas previas a las elecciones del próximo sábado, influyendo en la decisión de muchos egipcios que aún permanecen indecisos, pues no confían ni en Shafiq, ni en su adversario, Mohamed Morsi, el candidato de los Hermanos Musulmanes. Existe el temor entre buena parte de la población de que una victoria de Shafiq comportaría una restauración en toda regla del régimen de Mubarak, que nunca llegó a disolverse pese a la caída del rais.
A buen seguro, estos miedos se han multiplicado durante las últimas horas, pues la prensa egipcia publica hoy que Junta Militar ha aprobado recientemente un decreto que permite a los miembros de los servicios de inteligencia el arresto sin orden judicial de ciudadanos en actos de protesta. Levantado el estado de emergencia hace un par de semanas, las autoridades egipcias, el llamado "estado profundo", ya tienen una nueva herramienta legal para abortar las previsibles movilizaciones masivas que provocaría una victoria de Shafiq.