El ataque de los talibán a un hotel de Kabul se salda con 20 muertos
Kabul, EP
Al menos 20 personas han muerto como consecuencia de la ocupación y toma de rehenes por parte de los talibán en el Hotel Spozhmai, en Kabul, que concluyó en la mañana de este viernes después de doce horas de asedio por parte de la Policía de élite y de las las fuerzas de la OTAN, según un nuevo balance procedente del Ministerio del Interior.
La ocupación comenzó poco antes de la medianoche del jueves (horario local), cuando un grupo de talibán fuertemente armados con lanzagranadas, cinturones con explosivos y ametralladoras atacó el hotel en el momento en que se estaba celebrando una fiesta privada.
Alrededor de 300 personas se encontraban dentro del edificio en el momento del ataque. Al menos 35 personas fueron liberadas en las primeras horas por la Policía de élite y muchos de los huéspedes escaparon del hotel saltando por la ventana hacia el lago Qargha, que rodea el complejo recreativo.
Los policías y los soldados rodearon el hotel de madrugada, pero la operación de la Policía no se desplegó plenamente hasta el amanecer --cuando intervinieron las fuerzas de la OTAN-- para evitar la muerte de civiles y la confusión de la noche.
Según el portavoz de Interior, Sediq Sediqqi, entre doce y quince civiles, dos guardias de seguridad del hotel, un agente de Policía y cinco insurgentes perdieron la vida en los enfrentamientos. Asimismo, Sediqqi explicó que los talibán habían utilizado a los civiles como escudos humanos y habían retenido alrededor de 50 rehenes.
Los talibán afganos han reivindicado la autoría del ataque, argumentando que los afganos ricos y los extranjeros utilizan el hotel para celebrar "fiestas salvajes" antes de la celebración religiosa del viernes. El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ha declarado que el ataque contra un lugar de estas características demuestra que los enemigos del país están derrotados.
El Lago Qargha, el complejo turístico donde se sitúa el hotel, es una de las pocas alternativas que existen en la capital afgana para las escapadas de fin de semana. Sus hoteles y restaurantes son frecuentados por funcionarios, políticos y empresarios, sobre todo, los jueves por la noche.
Al menos 20 personas han muerto como consecuencia de la ocupación y toma de rehenes por parte de los talibán en el Hotel Spozhmai, en Kabul, que concluyó en la mañana de este viernes después de doce horas de asedio por parte de la Policía de élite y de las las fuerzas de la OTAN, según un nuevo balance procedente del Ministerio del Interior.
La ocupación comenzó poco antes de la medianoche del jueves (horario local), cuando un grupo de talibán fuertemente armados con lanzagranadas, cinturones con explosivos y ametralladoras atacó el hotel en el momento en que se estaba celebrando una fiesta privada.
Alrededor de 300 personas se encontraban dentro del edificio en el momento del ataque. Al menos 35 personas fueron liberadas en las primeras horas por la Policía de élite y muchos de los huéspedes escaparon del hotel saltando por la ventana hacia el lago Qargha, que rodea el complejo recreativo.
Los policías y los soldados rodearon el hotel de madrugada, pero la operación de la Policía no se desplegó plenamente hasta el amanecer --cuando intervinieron las fuerzas de la OTAN-- para evitar la muerte de civiles y la confusión de la noche.
Según el portavoz de Interior, Sediq Sediqqi, entre doce y quince civiles, dos guardias de seguridad del hotel, un agente de Policía y cinco insurgentes perdieron la vida en los enfrentamientos. Asimismo, Sediqqi explicó que los talibán habían utilizado a los civiles como escudos humanos y habían retenido alrededor de 50 rehenes.
Los talibán afganos han reivindicado la autoría del ataque, argumentando que los afganos ricos y los extranjeros utilizan el hotel para celebrar "fiestas salvajes" antes de la celebración religiosa del viernes. El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ha declarado que el ataque contra un lugar de estas características demuestra que los enemigos del país están derrotados.
El Lago Qargha, el complejo turístico donde se sitúa el hotel, es una de las pocas alternativas que existen en la capital afgana para las escapadas de fin de semana. Sus hoteles y restaurantes son frecuentados por funcionarios, políticos y empresarios, sobre todo, los jueves por la noche.