Dos miembros de la Fed no apoyan más alivio monetario
St. Louis, Reuters
Dos altos funcionarios de la Reserva Federal sugirieron el martes que el organismo no se está preparando para relajar la política monetaria en una reunión que celebrará este mes, diciendo que el panorama económico no se ha deteriorado lo suficiente como para actuar.
Pero James Bullard, presidente del banco de la Reserva Federal de St. Louis, y el presidente de la Fed de Dallas, Richard Fisher, se mostraron de acuerdo con la idea de un nuevo estímulo monetario en respuesta a los débiles datos de la economía estadounidenses y las tensiones financieras en Europa.
"El panorama para el 2012 no ha cambiado significativamente hasta ahora", señaló Bullard en una conferencia en St. Louis. "Un cambio en la política monetaria de Estados Unidos en esta coyuntura no alterará la situación en Europa", agregó.
En realidad, la estampida global de inversores hacia la seguridad que brindan los bonos han arrastrado las tasas de interés de Estados Unidos y otros países a mínimos históricos, podría dar un respiro a la Fed, dijo Bullard.
"Una estrategia posible es simplemente embolsarse los menores rendimientos y seguir esperando para ver que pasa con el panorama económico de Estados Unidos", explicó el funcionario.
El rendimiento del bono referencial del Tesoro estadounidense a 10 años, que el viernes cayó a un mínimo récord del 1,44 por ciento, subió a 1,57 por ciento el martes.
Por su parte Fisher, en un discurso en Escocia, dijo que las autoridades de la Fed deben resistirse a tratar de solucionar los problemas económicas con más estímulo monetario. "A menos que haya una implosión, no puedo apoyar otro alivio cuantitativo", señaló.
Dentro de la Fed, Fisher es uno de los más fervientes "halcones" respecto a la inflación, e incluso Bullard, con una postura más moderada, ha propuesto darle a la economía tiempo para que sane.
Pero puestas junto a los comentarios de Sandra Pianalto, presidenta de la Fed de Cleveland, que dijo hace días al diario The Wall Street Journal que los decepcionantes datos de empleo en Estados Unidos difundidos el viernes no ameritaban una respuesta en términos de política monetaria, las declaraciones sugieren que los funcionarios de la Fed no están listos para más relajación monetaria en su reunión del 19 y 20 de junio.
El testimonio que dará el jueves en el Congreso el presidente de la Fed, Ben Bernanke, y un discurso de la vicepresidenta Janet Yellen el miércoles darán un sentido más claro acerca de si los funcionarios más influyentes también quieren abstenerse de tomar alguna nueva medida.
La Fed rebajó a fines del 2008 su tasa de interés a cerca de cero y desde entonces ha comprado 2,3 billones de dólares en activos financieros de largo plazo, en una medida sin precedentes para reactivar la economía tras la peor recesión en décadas.
Cuando la recuperación amenazó estancarse el año pasado, la Fed comenzó a canjear títulos de maduración corta de su cartera por otros de plazos más largos para recortar las tasas de interés de largo plazo. Ese programa finaliza este mes.
La Reserva Federal también ha prometido que mantendrá las tasas de interés cerca de cero hasta fines del 2014.
La mayoría de los funcionarios de la Fed ha señalado en las últimas semanas su comodidad con una política estable, pero una encuesta de Reuters entre firmas de Wall Street que negocian directamente con la Fed indicó que el reporte laboral -que mostró que la economía sólo creó 69.000 empleos el mes pasado- había avivado expectativas de más alivio monetario.
Algunos analistas esperan una ampliación del programa Operación Twist que extienda la maduración de los títulos que la Fed tiene en cartera, mientras que otros esperan que abiertamente compré bonos.
La desaceleración en la creación de empleo en Estados Unidos se produce cuando la crisis de deuda en Europa se intensifica.
España, la cuarta economía más grande de la eurozona, advirtió el martes de que está perdiendo acceso a los mercados de crédito, y los ministros de finanzas de las principales economías sostuvieron una conferencia telefónica para discutir y la crisis.
Sin embargo, Bullard alertó sobre una sobreactuación.
"No creo que sea razonable decir que vamos a tener una política de reacción cada vez que la situación parece recalentarse un poco", dijo en la conferencia en St. Louis, organizada por el Centro de Política Bipartidaria.
Por su parte, Fisher advirtió que la Fed no debería ser "cómplice de las travesuras" de las autoridades políticas de Washington, que no han hecho lo suficiente para apoyar a la alicaída economía estadounidense, algo a lo que se refiere continuamente.
"A menos que las autoridades fiscales puedan estructurar sus asuntos para incentivar al sector privado a poner el dinero barato y abundante que la Fed ha entregado a la economía a trabajar en la creación de empleos, la política monetaria resultará ineficaz", sentenció.
Dos altos funcionarios de la Reserva Federal sugirieron el martes que el organismo no se está preparando para relajar la política monetaria en una reunión que celebrará este mes, diciendo que el panorama económico no se ha deteriorado lo suficiente como para actuar.
Pero James Bullard, presidente del banco de la Reserva Federal de St. Louis, y el presidente de la Fed de Dallas, Richard Fisher, se mostraron de acuerdo con la idea de un nuevo estímulo monetario en respuesta a los débiles datos de la economía estadounidenses y las tensiones financieras en Europa.
"El panorama para el 2012 no ha cambiado significativamente hasta ahora", señaló Bullard en una conferencia en St. Louis. "Un cambio en la política monetaria de Estados Unidos en esta coyuntura no alterará la situación en Europa", agregó.
En realidad, la estampida global de inversores hacia la seguridad que brindan los bonos han arrastrado las tasas de interés de Estados Unidos y otros países a mínimos históricos, podría dar un respiro a la Fed, dijo Bullard.
"Una estrategia posible es simplemente embolsarse los menores rendimientos y seguir esperando para ver que pasa con el panorama económico de Estados Unidos", explicó el funcionario.
El rendimiento del bono referencial del Tesoro estadounidense a 10 años, que el viernes cayó a un mínimo récord del 1,44 por ciento, subió a 1,57 por ciento el martes.
Por su parte Fisher, en un discurso en Escocia, dijo que las autoridades de la Fed deben resistirse a tratar de solucionar los problemas económicas con más estímulo monetario. "A menos que haya una implosión, no puedo apoyar otro alivio cuantitativo", señaló.
Dentro de la Fed, Fisher es uno de los más fervientes "halcones" respecto a la inflación, e incluso Bullard, con una postura más moderada, ha propuesto darle a la economía tiempo para que sane.
Pero puestas junto a los comentarios de Sandra Pianalto, presidenta de la Fed de Cleveland, que dijo hace días al diario The Wall Street Journal que los decepcionantes datos de empleo en Estados Unidos difundidos el viernes no ameritaban una respuesta en términos de política monetaria, las declaraciones sugieren que los funcionarios de la Fed no están listos para más relajación monetaria en su reunión del 19 y 20 de junio.
El testimonio que dará el jueves en el Congreso el presidente de la Fed, Ben Bernanke, y un discurso de la vicepresidenta Janet Yellen el miércoles darán un sentido más claro acerca de si los funcionarios más influyentes también quieren abstenerse de tomar alguna nueva medida.
La Fed rebajó a fines del 2008 su tasa de interés a cerca de cero y desde entonces ha comprado 2,3 billones de dólares en activos financieros de largo plazo, en una medida sin precedentes para reactivar la economía tras la peor recesión en décadas.
Cuando la recuperación amenazó estancarse el año pasado, la Fed comenzó a canjear títulos de maduración corta de su cartera por otros de plazos más largos para recortar las tasas de interés de largo plazo. Ese programa finaliza este mes.
La Reserva Federal también ha prometido que mantendrá las tasas de interés cerca de cero hasta fines del 2014.
La mayoría de los funcionarios de la Fed ha señalado en las últimas semanas su comodidad con una política estable, pero una encuesta de Reuters entre firmas de Wall Street que negocian directamente con la Fed indicó que el reporte laboral -que mostró que la economía sólo creó 69.000 empleos el mes pasado- había avivado expectativas de más alivio monetario.
Algunos analistas esperan una ampliación del programa Operación Twist que extienda la maduración de los títulos que la Fed tiene en cartera, mientras que otros esperan que abiertamente compré bonos.
La desaceleración en la creación de empleo en Estados Unidos se produce cuando la crisis de deuda en Europa se intensifica.
España, la cuarta economía más grande de la eurozona, advirtió el martes de que está perdiendo acceso a los mercados de crédito, y los ministros de finanzas de las principales economías sostuvieron una conferencia telefónica para discutir y la crisis.
Sin embargo, Bullard alertó sobre una sobreactuación.
"No creo que sea razonable decir que vamos a tener una política de reacción cada vez que la situación parece recalentarse un poco", dijo en la conferencia en St. Louis, organizada por el Centro de Política Bipartidaria.
Por su parte, Fisher advirtió que la Fed no debería ser "cómplice de las travesuras" de las autoridades políticas de Washington, que no han hecho lo suficiente para apoyar a la alicaída economía estadounidense, algo a lo que se refiere continuamente.
"A menos que las autoridades fiscales puedan estructurar sus asuntos para incentivar al sector privado a poner el dinero barato y abundante que la Fed ha entregado a la economía a trabajar en la creación de empleos, la política monetaria resultará ineficaz", sentenció.